Durante el mes de junio se registraron en la provincia de Ciudad Real 6.054 nuevos casos de coronavirus. El dato contrasta con la situación de arranque del verano de 2021, cuando fueron 758 los contagios, o junio de 2020, con 354. La que se ha denominado séptima ola, otros hablan de octava, empieza a romper su silencio y durante la última semana cada día se han registrado más de 300 positivos en la provincia.
Se trata de una cifra, aportada por el Ministerio de Sanidad, que muestra la importancia de seguir controlando el virus. Hay más casos y los hospitalizados, con más de un centenar desde la pasada semana, son también más en comparación con los años pasados de pandemia. En 2021 había solo una decena de ingresos a primeros de julio, lo mismo que en 2020. Son datos que justifican que ya hay voces, como las del Ministerio o los médicos de familia, que piden recomendar la mascarilla en interiores o en grandes aglomeraciones.
«Hay que actuar con responsabilidad», apuntó la secretaria provincial del sindicato de enfermería Satse. En declaraciones a La Tribuna, Sara Oropesa señaló la importancia de llevar la mascarilla por «todos los profesionales sanitarios» y la sociedad en general, ya que «ha resultado eficaz», y se puede tomar como una medida de protección personal, sin que sea necesario que haya un cambio marcado por las autoridades sanitarias. Hay que tener en cuenta que «hay ingresos con COVID, no por el COVID», explicó la secretaria provincial de Satse. En concreto, explicó que se trata de pacientes a los que al realizarle una PCR, por otros motivos en el hospital, se ve que tienen COVID y se detecta el caso. Por este motivo, no hay una presión asistencial tan alta como había otros años, pese al centenar de positivos ingresados, ya que se trata de atender los síntomas.
A esta situación es a la que apunta también el presidente de Acescam, José Manuel Llario, quien recuerda que los protocolos y la intervención es similar a la que ha habido en tiempo de gripe A. «El virus es contagioso y se extiende más, pero no es tan letal» y, de hecho, en las residencias, donde, según información de la Junta de Comunidades, hay 124 con brotes activos, no se han producido cambios en los protocolos de visitas ni en la atención. «Se atajan los síntomas» de quien tiene COVID y se aísla, con la salvedad de que los trabajadores que dan positivo tienen cinco días de baja tras la prueba. «Hay que tomar precauciones», dijo Llario, quien recordó que en los centros sociosanitarios se sigue utilizando la mascarilla.