Los viticultores "no quieren limosnas sino precios justos"

Efe
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La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha se reúne con la Junta y viticultores de Valdepeñas para conocer la gestión por parte de la Consejería de Agricultura de la Denominación de Origen de Valdepeñas

Los viticultores "no quieren limosnas sino precios justos" - Foto: Rueda Villaverde

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha ha advertido de que los viticultores de la región "no quieren limosnas sino precios justos" por su trabajo.

Así se lo ha trasladado el secretario regional de UPA, Julián Morcillo, a la directora general de Alimentación, Elena Escobar, con la que se ha reunido junto a viticultores de Valdepeñas, ha informado la organización agraria en nota de prensa.

El motivo de este encuentro es conocer la gestión por parte de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural ahora que se cumple un año desde que se hiciera cargo de las funciones del órgano de gestión de la Denominación de Origen (DO) Valdepeñas, así como el control sobre expedición y entrega de contraetiquetas.

De hecho, UPA ha valorado el trabajo llevado a cabo en relación a los esfuerzos en garantizar la trazabilidad de los productos, si bien ha considerado imprescindibles los aforos de campo previos a la vendimia y así confirmar "la realidad que existe en el campo" que pasa por que la sequía y la falta de precipitaciones ha hecho que, en los primeros días de vendimia y sobre todo en las parcelas de secano, se aprecie una disminución de cosecha "tremenda".

Según la organización, la reducción de cosecha sumada a la disminución de existencias con respecto al año anterior y al buen ritmo de la comercialización, "deberían de reflejarse en un incremento significativo en los precios".

Sin embargo, ha indicado que los contratos que se están firmando "no son acordes con la situación y no cumplen con la Ley de la Cadena", ya que no garantizan los costes de producción.

Además, ha añadido que los viticultores denuncian que no existe una verdadera negociación de precios entre industria y viticultores, sino una "imposición unilateral".