Las peticiones de dividir el IBI crecen pese a bajar el recibo

Manuela Lillo
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Los vecinos han solicitado el fraccionamiento de 4.610 recibos, frente a los 4.468 del año pasado aunque, esta vez, no estará vigente la revisión de valores catastrales

Las peticiones de dividir el IBI crecen pese a bajar el recibo - Foto: Tomás Fernández de Moya

Es la principal fuente de ingresos municipal... y también el impuesto más temido por los vecinos. El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el que graba a los propietarios de viviendas o locales, supone el mayor esfuerzo tributario para las familias y no es de extrañar que, año tras año, crezca la cifra de ciudadrealeños que piden fraccionar el pago. El objetivo es que el impacto para el bolsillo se amortigüe, aunque su importe económico sea el mismo que si se paga de una vez. Y para eso, desde hoy 30 de junio y hasta el 30 de agosto se abre el plazo para el pago voluntario. Transcurrido éste sin abonarlo, el Ayuntamiento cobrará un recargo e incluso podría promover embargos.

Este año, esa cifra de recibos a fraccionar aumenta pese a que en este 2022, por primera vez en una década, bajará el importe del recibo, es decir, lo que verdaderamente pagan los vecinos. Este es el primer ejercicio en el que no estará vigente la revisión de los valores catastrales, la que tiraba al alza del impuesto pese a las distintas bajadas del tipo impositivo que se han ido aprobando en los últimos años desde el Ayuntamiento de Ciudad Real.

En concreto, para este año han pedido el fraccionamiento del recibo 4.610 vecinos de la capital frente a los 4.468 de 2021 y los 4.277 de 2020. El incremento es de alrededor del 4% anual sobre un total de 73.925 recibos, de manera que los recibos que se fraccionan suponen el 6,23%, frente al 6,08% del año anterior. Para el edil de Hacienda, Nicolás Clavero, se trata de una tendencia que se debe a que esta opción supone «más facilidades» para las familias y que cada vez se conoce más esta posibilidad que «no tiene recargo». Sin embargo, desvinculó el aumento de las peticiones de fraccionamiento con la bajada real por primera vez del recibo. «Lo piden antes de saber cuánto le va a costar y porque les viene mejor pagarlo en dos veces».

No obstante, el hecho de que, esta vez sí, los vecinos pagarán menos, no es una novedad. Desde el equipo de Gobierno municipal se han encargado desde hace meses, desde agosto de 2021, de hacer saber que el recibo, esta vez, iba a bajar, lo que también es consecuencia de la reducción del tipo impositivo del 0,80 al 0,79 para este año. De hecho esta era una de las medidas contempladas en el pacto de investidura que firmaron PSOE y Cs en 2019 y que preveía también, y ya está aprobado, que para 2023 el tipo impositivo baje aún más, al 0,78. Es decir, poco a poco se arañan centésimas para aliviar el impacto que tiene este tributo en la economía familiar.

¿Y cuánto va a bajar?

Es, sin duda, la pregunta del millón y la respuesta la dio el concejal de Hacienda: un 1,25%. Así, es cuestión de coger el recibo del año pasado y echar cuentas, aunque Clavero ofreció los datos para lo que sería «un recibo medio» de 500 euros, que bajaría «entre seis y siete euros». Si el recibo es mayor, unos 1.000 euros, puso como ejemplo, la bajada será de unos 12.

Esto también hará algo de mella en la recaudación municipal, que bajará en torno al millón, aunque sólo 350.000 será debido a la reducción del tipo, el resto, hasta el millón, es por la resolución de bases imponibles de los valores, es decir, vecinos que reclamaron al catastro y que obtuvieron una valoración diferente. Para este año, el Ayuntamiento pone al cobro 25.337.352 euros, alrededor de un millón menos que en 2021. A esa cantidad hay que añadir lo que se emitirá por el IBI rústico: 1,2 millones más; y el de características especiales: 332.557 euros.