Una final desde la distancia

Eduardo Gómez
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El francés Eric Thouzeau y el argentino Luciano Venturini vivirán en Ciudad Real la final del Mundial entre las selecciones de sus países

Eric Thouzeau, con la bandera francesa, con Ventu, señalando el escudo de la Federación Argentina. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Francia y Argentina disputan este domingo en el estadio de Lusail la gran final del Mundial de Catar. A 7.000 kilómetros de allí, en Ciudad Real, un francés, Eric Thouzeau, y un argentino, Luciano Venturini, vivirán ese encuentro con pasión y el deseo de que el equipo de su país levante el trofeo.

Eric Thouzeau, natural de Nantes, lleva afincado en Ciudad Real más de cuatro décadas. Casado con una ciudadrealeña, vivió como integrante del cuerpo técnico la época más dorada del Balonmano Ciudad Real. Ahora, ya jubilado, no olvida sus raíces en su país de nacimiento, donde llegó incluso a jugar como futbolista en Tercera División. El defensa argentino, de 31 años y uno de los capitanes del Manchego, llegó a Ciudad Real hace ahora un año y asegura sentirse muy a gusto en la ciudad, igual que su mujer.

A tres días de la final, La Tribuna reúne a Thouzeau con Ventu para analizar el duelo. Ambos tienen previsto ver la final en casa. «Seguramente vengan mis cuñados. Me pongo nervioso al principio, pero a partir del minuto 10 ya esos nervios se olvidan», asegura Thouzeau. Ventu valoró desplazarse a Madrid para seguirlo con otros compatriotas, pero finalmente ha decidido verlo junto a su mujer y algunos compañeros de equipo, como Verdú o Ross. «El portero Mena venía antes, pero desde que festejaba los goles de los rivales ya no le permitimos entrar», bromea.

Como buen argentino, está viviendo con mucha pasión el torneo e incluso reconoce que en los cuartos de final ante Holanda, cuando llegó la prórroga, «me fui de casa, apagué el móvil y me puse a pasear. Encendí luego el celular, llamé a mi mujer y supe que habíamos ganado porque estaba festejando».

Ventu otorga el papel de favorito a Francia, una idea que no comparte Thouzeau. «Veo una final muy igualada. Cada equipo tiene un jugador que puede marcar la diferencia, Messi y Mbappé». Por eso, considera que para Francia la clave será que «no lleguen balones a Messi», mientras que para Ventu será crucial que «Francia no tenga espacios».

A pesar de las lesiones del combinado galo, Eric siempre confió en las posibilidades de que el equipo francés llegara lejos, apelando a la fortaleza del bloque y, en este sentido, Ventu resalta la capacidad de reacción del equipo argentino tras el varapalo que supuso la derrota inicial frente a Arabia Saudí. «Ahí se cambió el sistema, se volvió a lo que se jugaba en la Copa América, con un bloque sólido y bien armado».

Del papel de España, Thouzeau cree que «tiene gente muy buena, pero le faltó quizá un nueve. Falló en ataque, demasiado 'tiki taka'», resume. Ventu no oculta que «me gusta Luis Enrique. Es un tío rebelde, innovó con los 'streaming', pero al equipo le faltó un poco arriba. Murió con sus ideas».

En el caso de triunfo de su selección, Eric ya tiene preparada una botella de champán para festejar y Ventu incluso 'amenaza' con meterse en la fuente de la Plaza Mayor, «pero algo rápido para que no me lleven preso», bromea. «No conocemos a otros argentinos aquí, así que lo celebraríamos con la familia», añade.

Los dos se despiden deseándose suerte y un mensaje pleno de deportividad: «Que gane el mejor».