El sábado comenzaba una campaña de sensibilización de la limpieza de los orines de los perros. Se trata de una campaña en positivo, por lo que el ayuntamiento, escuchando las propuestas de los comerciantes de la zona centro, La Castelar, montaba una mesa informativa donde se animaba a usar agua jabonosa después de las micciones de los parros. Para ello entregaba una bolsita, para poner agua con jabón o vinagre, y un portabolsas de recogida de excrementos.

La concejala de comercio, Bárbara Sánchez Mateos explicaba que desde la concejalía de Medio Ambiente han apostado por esta campaña informativa que pretende que los perro no orinen en la calle ensuciando fachadas y mobiliario urbano, pretende que seamos conscientes todos los que tengamos perros de la necesidad de tener las calles limpias.

La concejala afirmaba que “desde el ayuntamiento podremos gastar mucho en tener las calles limpias, pero si luego vienen los perros, y los dueños no somos capaces de recoger tanto sus excrementos como sus orines, tendremos las calles sucias”. Esperamos, decía, que este tipo de campañas consigan que nos solidaricemos todos los dueños, y ya que se ha conseguido que la mayoría recojamos los excrementos, comencemos también a limpiar los orines.

La campaña viene propuesta por los comerciantes de la zona de comercio en el centro donde pasan muchos perros y ensucian con las micciones el mobiliario público y las fachadas. Hay que mantener la zona limpia porque La Castelar es el escaparate de las compras, pero de poco sirve que cada mañana muy temprano se limpie si antes de que abra el comercio vuelve a estar sucio de nuevo, se lamentaba Sánchez Mateos. La concejala de comercio insistía en que desde el ayuntamiento siempre se escuchan las propuestas de los comerciantes para emprender cuantas acciones proponen y son posibles llevar a cabo.

Entre todos tenemos en nuestra mano conseguir que Alcázar sea una ciudad limpia.

En la campaña se ha repartido unas bolsitas para echar agua con jabón o vinagre para limpiar los pises de los perros y un portabolsas para recoger los excrementos.

La calle, insiste, se limpia todas las mañanas a las siete a conciencia con agua y jabón, pero de poco sirve si después no se limpia lo que los perros ensucian con sus micciones, por lo que volvía a pedir la responsabilidad de todos para mantener en buen estado las fachadas y el mobiliario que en muchas ocasiones se ve muy sucio.