Dos años y seis meses después de la muerte de una mujer a manos de su pareja en su casa de Villarrubia de los Ojos, el Juzgado de Daimiel que se hizo cargo de las actuaciones da traslado del procedimiento a la Audiencia Provincial de Ciudad Real para su enjuiciamiento. 

Según ha podido saber La Tribuna, practicadas las diligencias de instrucción que obran en la causa, los hechos investigados podrían ser constitutivos de un presunto delito de asesinato y otro de estafa.

El acusado José Manuel Illescas García, de 48 años, está en prisión provisional, comunicada y sin fianza por esta causa. La tarde del 27 de diciembre de 2020 estaba en la casa en la que convivía con María Dolores Gozas Cárdena, de 50 años, y el hijo menor de ella.

El relato de hechos realizado en instrucción es estremecedor. La pareja se encontraba en el salón de la vivienda cuando iniciaron una discusión. Él la agarró por el cuello y le mordió la mano. Fue entonces cuando María Dolores llamó a voces a su hijo de 14 años, quien acudió en su ayuda diciéndole a José Manuel que se marchara de la casa. Después el chico volvió a meterse en su habitación. Según el auto judicial al que ha tenido acceso La Tribuna, poco después, en torno a las cuatro y media de la tarde, llegó a la vivienda una amiga de María Dolores y le contó lo sucedido, que «casi la había asfixiado». 

Las dos se sentaron en el salón haciendo acto de presencia José Manuel, a quien María Dolores le dijo que recogiera sus cosas y se marchara de la vivienda. El hombre se fue al dormitorio y al rato sacó una maleta con sus cosas dentro. Para entonces, la amiga había convencido a María Dolores para que se fuera a casa de su hermana.

El acusado empezó a decirle que le perdonara y le diera otra oportunidad, pero la mujer insistió en que se marchara porque «cualquier día la iba a matar». Le dijo que la dejara en paz. Después ambos se metieron en el dormitorio, cerraron la puerta y de forma sorpresiva le asestó una puñalada en el cuello de unos siete centímetros, causándole la muerte. María Dolores no tuvo posibilidad alguna de defenderse.

A continuación, según consta en la causa, el hombre presuntamente metió el cuerpo sin vida de su pareja dentro del canapé de la cama, lo cerró. Cogió la colcha y limpió la sangre del colchón y suelo, salió de la habitación diciendo «dame un beso» para que lo oyeran el hijo y la amiga. Les dijo «ahora sale Dolo que se está acabando de vestir». Fue al baño y poco después salió de la vivienda.

La amiga y el hijo entraron en el dormitorio y no vieron a la mujer, salieron a la calle para preguntar a José Manuel que ya se había esfumado. Volvieron a entrar en la casa y fue el hijo de 14 años el que encontró el cadáver de su madre dentro del canapé. Mientras tanto, el presunto homicida fue al cajero automático de una entidad crediticia y utilizando la libreta bancaria de María Dolores, conociendo el código secreto usado por ésta, realizó dos extracciones de dinero en dicho, una de 800 euros a las 17.38 horas y otra de 200 euros a las 17.39.

Después huyó a Villarta donde fue detenido en un bar, jugando a las máquinas tragaperras. 

En la causa, además de la Fiscalía, está personada la Junta de Comunidades que ejerce la acusación popular y la familia de la víctima representada por el letrado Miguel López, quien va a pedir una condena por asesinato y estafa y prisión permanente revisable para el encausado.