«La idea es demoler el hospital de Alarcos, pero hay plan B»

Hilario L. Muñoz
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Sanidad lleva casi dos años hablando prácticamente en exclusiva de la pandemia y de las restricciones del virus. En esta entrevista, la última del año para La Tribuna, hemos querido ahondar en todos los proyectos que han quedado pendientes

«La idea es demoler el hospital de Alarcos, pero hay plan B» - Foto: Rueda Villaverde

¿En 2022 se verá algo de la obra del nuevo centro de salud 1 de la capital o la demolición del antiguo Hospital de Alarcos?

Seguimos en negociaciones con la Tesorería General de la Seguridad Social para la demolición. La última reunión fue el día 10 de diciembre y el presidente dio cuenta de ella ya. Hablamos de Talavera, de Ciudad Real y de Toledo. En Ciudad Real nuestra idea es poder demoler el hospital, pero tenemos un plan B: si no podemos demoler entero el complejo porque la situación negociadora no nos lo permite, ya que tiene otro dueño; sí que vamos a demoler el centro 1. El plan B es irnos a otro sitio a prestar asistencia mientras se construye el nuevo. Ya estamos negociando el alquiler con los dueños y estamos negociando qué tipo de edificación habría que tener de forma provisional. El nuevo centro de salud estará en el mismo sitio. Hay un plan funcional ya aprobado y también hay un plan funcional para la parte provisional. El centro 1 está pendiente de la decisión de cuándo podamos empezar la provisionalidad, son 8 meses para poner en marcha la obra provisional, nos cambiaríamos y empezaríamos la obra del nuevo centro 1.

En cuanto al centro de salud número 4 de la capital que anunció el presidente de Castilla-La Mancha, ¿en qué fase está?

En el número 4 también está hecho el plan funcional con un estudio de reasignación de cupos. Siempre que se amplía un centro de salud en una población grande, como ocurrió en Cuenca o en Guadalajara, donde vamos a abrir uno nuevo, la reasignación es complicada porque hay que aunar varios aspectos: población, profesionales, demografía... La idea es que el centro 4 esté en el entorno del Nuevo Hospital, donde ha habido un crecimiento importante para la ciudad. No hay un sitio determinado, pero ya está el plan funcional preparado y queremos poner en marcha y anunciar la posible ubicación a lo largo de 2022.

¿No hay ubicación aún?

No todavía, lo que sí tenemos hecho son los metros de consultas que debe tener. Ciudad Real va a tener cuatro centros de salud y el número 4 va a estar terminado posiblemente muy cerca de cuando esté terminado el 1.

En cuanto al hospital de Puertollano, ¿qué va a suponer para el futuro de esta comarca?

Hay tres cosas que son determinantes. Primero el cambio a un edificio nuevo que conlleva no solo un cambio estructural, que en sí mismo ya es bueno, sino una renovación tecnológica y de modelo. El hospital de Puertollano se concibió de una manera que principalmente premiaba las camas. Quien lo ha estado gestionando han ido modulando lo más posible el hospital para convertirlo en menos camas y más hospitalización ambulatoria. Segundo, nace con una cartera relacionada con la oncología, absolutamente nueva. Esto es bueno para Puertollano y también para el área de Ciudad Real. Ahora mismo toda la prestación oncológica se presta en Ciudad Real y se va a pasar a Puertollano. La tercera es el tiempo de construcción y lo que importa en una obra de este calibre a una comarca como la de Puertollano, con mucho más empleo y oficios que se emplean en un momento determinado. Es una manera, junto con el aumento de plantilla que haya en su momento, de enriquecer la comarca. En breve podremos saber la empresa adjudicataria.

Pese al COVID hay obras que no se han paralizado. No solo el hospital sino otros pequeños proyectos, centros de salud e inversiones...

El COVID nos ha ralentizado, sobre todo en la primera ola. Desde el verano del año 2020 lo más importante era ver todas las patologías que no estábamos viendo. Había mucha gente que había dejado de ir  al médico porque le daba miedo. Tuvimos que incorporar una nueva vuelta a la normalidad en la atención sanitaria. Luego llegaron esos proyectos que tienen que ver con tecnología e infraestructuras. En estos momentos tenemos más de 250 obras con más de mil millones de euros, unas en marcha y otras para iniciarse. En Ciudad Real, además de los dos centros de salud de la capital, hay proyectos como el de Carrión de Calatrava, el Viso del Marqués que va a empezar a trabajar en breve: las urgencias se van a trasladar en este fin de semana. Están también los de Alcoba y Retuerta o todos los consultorios locales que vamos a ir reformando. Hemos firmado con todas las diputaciones la renovación de un montón de consultorios locales, tanto detalles pequeños como la climatización o la carpintería, así como tejados u obra nueva. 

En cuanto a la renovación tecnológica, ¿en qué fase está el plan que se presentó y que se acababa el próximo año?

En tecnología hay tres tipos de inversiones diferentes. Por una parte, está el propio plan de renovación que tenía previsto el servicio de Salud y la Consejería. Ha durado cuatro años y ha renovado el PET de Ciudad Real, la resonancia de Tomelloso o todos los TAC de la provincia. Por otra parte, hay una negociación con los fondos europeos que hemos ido teniendo. Vamos a poner las resonancias en los tres hospitales que nos quedaban por tener; Almansa, así como Valdepeñas y Manzanares, en estos dos en este año saldrán a concurso y se adjudicarán y se instalarán en 2022. Luego ha habido pequeñas inversiones tecnológicas como los electrocardiógrafos digitales de atención primaria, que pusimos 250 en una primera fase y otros 250 en una segunda fase o la inversión que hicimos de todos los ecógrafos en centros hospitalarios. Como tercera viene una añadida que es la inversión tecnológica de todos los centros hospitalarios nuevos. Acabamos de terminar Toledo, estamos ahora mismo comprando esa alta tecnología para Guadalajara y nos queda Albacete y Cuenca, más Puertollano, que iniciaremos en 2022. Las compras se hacen dos años antes de terminarlos para poder avanzar en los concursos. Además, hay que cerrar la tecnología y la infraestructura para el Hospital General con ese gran edificio del conocimiento, la simulación o de la cirugía experimental que vamos a tener en el Hospital General. 

En relación a La Mancha, Tomelloso y Alcázar, se dice que hay falta de profesionales.

No faltan profesionales en Alcázar, nos faltan profesionales de ciertas especialidades en todos los centros de España. Ahora mismo hay una carencia de neurólogos, traumatólogos y anestesistas importante. En Castilla-La Mancha hemos dado un salto cualitativo y cuantitativo importante y hemos sido durante tres años seguidos en el Ministerio de Sanidad la comunidad que más especialistas hemos formado de toda España. Sabíamos que lo necesitábamos. Cuando empezamos a trabajar en el 2016, cuando llegué a ser consejero en el 2015, había 190 especialistas formándose en toda la región y ahora formamos a casi 500. Son 300 más que nos ha dado mucho aire. Médicos especialistas, pediatras, neurólogos nos siguen faltando, como en todos los sitios. Mancha Centro es un hospital importante como Tomelloso o Villarrobledo.

¿Por qué se ha nombrado un tercer gerente en apenas dos años para Tomelloso?

En Tomelloso hubo que tomar una decisión con el gerente que había y ponerlo en Guadalajara y la gerente que acabamos de sustituir ha sido por una situación personal. Hemos aprovechado para poner a una persona que conoce a la perfección el centro. Hemos tenido las primeras reuniones con ellos y Tomelloso tiene una unidad de críticos fantástica y tiene en estos momentos más médicos de los que ha tenido nunca. Tiene llena la plantilla de traumatología, que ha costado mucho hacerlo. Es un hospital que no solo trabaja en Tomelloso sino en otras áreas. Ha estado haciendo resonancias a Villarrobledo, hasta que la ha tenido, y sigue haciendo para Alcázar y Ciudad Real.

Mientras, en el sur de la provincia, en Almadén hay abierta una petición en redes para llevar la diálisis al municipio. ¿Sería posible?

No quiero ser políticamente correcto sino sensato: a mí que se quejen los alcaldes o los ciudadanos me parece bien, ellos luchan por tener lo mejor para sus vecinos. Lo que yo les digo siempre que puedo, desde mi cargo de consejero es que aunque nosotros queramos poner un determinado servicio o instalar una determinada cartera de servicios como la diálisis en Almadén,  no es una decisión exclusivamente ni política ni económica. Ojalá y fuese tan fácil, porque yo mismo tendría que estar preocupado por no estar haciendo las cosas bien. Si esto es cuestión de poner 'x' euros diríamos: 'Mañana se hace'. Invertimos cada día en sanidad más de 10 millones de euros, cómo no lo va a haber para la diálisis de Almadén. Pero no es tan fácil porque detrás de la diálisis hay que tener profesionales, y no solo profesionales que des un chasquido y que aparezcan, sino formados y los mejores. Los mejores aparatos los podemos comprar, es un problema económico, y hoy día se va a cualquier firma y se compra, pero un buen nefrólogo y enfermeras adiestradas en este país hay los que hay. Yo no puedo mandar un médico de familia ni un cardiólogo o neurólogo a hacer diálisis a Almadén. Tiene que estar formado y que sepa de este asunto. Tenemos lo que tenemos, no hay más, ni vamos a tener más porque cuesta mucho formarlos y después adiestrarlo en la diálisis.

¿Por qué hay tantas dificultades para pedir cita en la Primaria?

La pandemia nos ha cambiado la versión o incluso el modelo. Nosotros decíamos: 'No vaya al centro si no es absolutamente necesario, que lo atenderemos por teléfono'. La pandemia se ha conjugado con una escasez de profesionales y una implantación de un modelo que desconocíamos, que era el telefónico o el telemático. A lo largo de casi dos años hemos estado instalados en un modelo desconocido para nosotros y que se ha ido colando por la rendija. Ahora decimos que eso se ha terminado y tenemos que volver al tradicional. Estamos en ese volver. En agosto o septiembre de este año había 800 agendas abiertas en la región de forma física, la semana pasada había 1.922. Excepto en algunas áreas muy rurales en que la agenda se produce cuando va el médico y la enfermera, en el resto está abierta. Ya hemos vuelto al modelo tradicional desde el punto de vista de la teoría, ahora falta que todo eso se lleve a la práctica. Ahora ya le decimos a los profesionales: 'No vale el teléfono, ya lo físico', pero cuesta volver a la normalidad.

Y en cuánto a los medios tecnológicos. ¿Por qué falla tanto la aplicación?

En cuanto a los medios tecnológicos estamos procurando cambiar de plataforma la APP. A lo largo del tiempo se ha ido haciendo más vieja y hay fallos también por la mayor utilización de los canales. Queremos sacar un concurso para cambiar esa plataforma que ya no funciona también. Hay un 50 por ciento menos de quejas en este momento que hace dos meses, pero sigue teniendo fallos sobre todo de conexión.

Los contratos de refuerzo a sanitarios están firmados hasta el 31 de marzo. ¿Habrá una nueva renovación?

Nosotros fuimos la comunidad que más personas contratamos desde el punto de vista relativo, relacionando habitantes con contratos, y en números absolutos estamos después de Madrid con 9.363, que fue el número total. Hemos sido la comunidad que más hemos mantenido, con 4.600 hasta hace poco. Ahora tenemos más, estamos más cerca de 6.000. Esto es así porque le hemos dado mucha importancia al rastreo y a la vacunación y eso nos ha obligado a mantener esta cifra. Hay que mantenerlo hasta el 31 de marzo porque después de Navidad vamos a necesitar a toda esta gente. Después veremos, pero no vamos a prescindir de nadie más mientras veamos que la situación es la que es. Es un acierto y tenemos el sistema muy reforzado. Cuando decimos, por ejemplo, que había que vacunar este fin de semana, nos podemos permitir a todo un batallón vacunando. Cuando decimos que rastreamos por encima de la media es porque tenemos mucha gente rastreando, tanto asistenciales como el 100 por ciento en salud pública. 

¿Qué sensaciones tiene de cara al año 2022?

Con la vacuna y los medicamentos auguro un 2022 que no será de final de pandemia, pero sí que estará mucho más cercada. También auguro un 2022 con más variantes, el virus muta como todos los virus. Auguro un 2022 con cautela y más optimista. Respecto a lo que no es el COVID si va como lo aventuro, será un 2022 más dedicado a otras patologías y a las infraestructuras, como el Instituto de Investigación de Castilla-la Mancha, el edificio de simulación de Ciudad Real, abrir el hospital de Guadalajara de forma definitiva o la obra de Puertollano. Será un 2022 y un 2023 con muchas cosas en marcha. Será volver a como era el 2019, ya que nos lo va a permitir el virus. Va a ser un año de destaponar muchos proyectos, que no terminan de explotar.

¿Y en cuanto al COVID?

Me gustaría terminar diciendo que en Castilla-La Mancha nos podemos permitir no poner restricciones, pero es importante mantener las medidas barrera. La sociedad en sí misma es el mejor termómetro que tenemos. Se están suspendiendo cenas me dicen, lógico, la gente tiene miedo y las restricciones las ponemos nosotros mismos. Podemos vivir con responsabilidad y vacunas.