En el 'Jardín' de cáñamo

H. L. Muñoz
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Jesús Fernández, la persona detrás de la plantación de Almagro, donde la Guardia Civil dio el mayor golpe a la marihuana, lleva dos años plantando cannabis sin sustancias psicoactivas

En el ‘Jardín’ de cáñamo - Foto: Rueda Villaverde

«Soy un agricultor». De este modo expone Jesús Fernández, uno de los implicados al inicio en Jardines, la operación de principios de mes en el que, según la Guardia Civil, se incautó el mayor alijo de marihuana descubierto hasta el momento. Marihuana que Fernández afirma, mostrando numerosa documentación, que es cáñamo, sin propiedades psicoactivas y que ha seguido todo un procedimiento reglado, primero plantarla en sus fincas, en Almagro y Villacañas y Tembleque (Toledo), dos espacios que están tutelados por su Fundación. En todos estos cultivos, señala, se ha plantado Cannabis Sativa L, un tipo de cáñamo que tiene una concentración muy baja de THC, el compuesto psicoactivo, y que cumple toda la normativa actual.

Fernández atiende a La Tribuna, en una finca donde aún están secándose las 37.000 plantas, que la Guardia Civil dice que tiene, y que están distribuidas en cuatro invernaderos y en un proceso de secado. En otro espacio se encuentran también cuatro toneladas de «picadura de marihuana», así lo llamó la Guardia Civil, en varias sacas.

«No se han llevado nada». Explica que este es el segundo año en el que planta cannabis, el año pasado le salió un hongo y por eso está en las sacas, como picadura, a la espera de encontrar un buen precio de venta para convertirlo en biomasa o se pueda emplear en la fabricación para aceite de cannabis, como los empleados para aromatizar. Mientras, las plantas secas son las de esta cosecha, y estaban a la espera de ser enviadas a E-Canna Farming SL, la empresa que se encarga de su procesado y que se ubica en Valencia, la otra parte de la operación Jardines, donde se localizaron las 32 toneladas del alijo que se citan en la operación. «Si esa planta no la secas, se cuece» antes de llegar a la industria y enviarla al procesado.

En el ‘Jardín’ de cáñamoEn el ‘Jardín’ de cáñamo - Foto: Fotos Rueda VillaverdePor poner en situación, Fernández recuerda que él es empresario y agricultor. Las plantaciones las realiza a través de una fundación. «Nosotros hemos plantado cannabis, entre otras cosas, porque esta planta emite una cantidad muy grande a la atmósfera de oxígeno y capta mucho CO2». Además, sirve para mejorar los suelos dañados. Por último, añade:  «Es como un cerdo, se aprovecha absolutamente todo», lo que permite «unos rendimientos». De hecho, su intención es volver a intentarlo, «plantar incluso más», el próximo año.

Para llegar a tener dos cosechas, Fernández explica que ha tramitado un largo proceso como agricultor. Primero, con las semillas, compradas de una de las 61 variedades autorizadas en la Unión Europea y para las que piden, señala, trazabilidad. Recurrió a un notario que se lo entregó a un vivero. La normativa, explica Fernández, marca que deben germinar bajo control y él acudió a uno de los semilleros en Valencia que está autorizado. Tiene «toda la documentación», apunta. Cuando salieron de allí, las plantas viajaron en camión hasta Almagro y las otras dos fincas, para lo que el semillero informó a la Guardia Civil, indicando las plantas que llevaba y su destino, «con hora de salida y de llegada». Una vez plantadas, Fernández registró tres escritos ante los cuarteles de la Guardia Civil, en los que señalaba el número de parcelas y la variedad de cannabis que había plantado.

Mientras, solicitó la PAC a su banco, la plantación de cáñamo recibe ayudas europeas, e informó a la Cámara Agraria de cada municipio de su plantación. Por último, en su plantación, la de Almagro y que él gestiona, las otras dos las tutela, pero son llevadas por otras personas, instaló luces por la noche, para evitar la entrada de ladrones y puso un cartel en la valla donde indicaba que lo que había planteado era cáñamo, no marihuana y su móvil para que lo llamara quien quisiera. «Me encantaría ver a la Guardia Civil allí en la plantación porque así los cacos no van a venir a jorobar», señala Fernández, quien recuerda que un traficante o el dueño del mayor alijo de marihuana no actúa de esta manera.

En el ‘Jardín’ de cáñamoEn el ‘Jardín’ de cáñamo - Foto: Rueda VillaverdeHasta aquí con la primera cosecha, pero este año la normativa marca que antes de plantar debe contar con un centro de procesado. Ahí entra E-Canna. «Es como la almazara» cuando un grupo de agricultores se unen para procesar la aceituna. A esta industria se llevan las plantas para que se procesen y después cada agricultor podría vender su cosecha. A la empresa valenciana no solo acude Francisco, sino que hay plantaciones distribuidas por otros puntos de España, que como la suya se trata el cáñamo, explica Jesús. Entre ellas una de Asturias y a la que también se ha incluido dentro de la operación Jardines.

El problema, explica Jesús Fernández, es que esta documentación no se ha tenido en cuenta, incluso enseña un documento de hace unos meses de la Guardia Civil en el que hablan de las cuatro toneladas de picadura que tiene en una nave y recuerda que se dejó allí. Por este motivo, pide que se hagan pruebas a sus plantas y no se aferren a normativas que considera no entran en este caso, debido a las variedades de cannabis que ha plantado. En concreto, a una que habla de que «toda planta de cannabis que tenga flor es droga». Las suyas tienen, pero indica que en la misma normativa se indica que quedan exentos de esa norma «cualquier planta de cannabis que previo análisis que se le haga nivel de THC sea inferior a 0,2» y el suyo, afirma, está por debajo de esa concentración. En este sentido, E-Canna es la única empresa que procesa cannabis y que tiene autorización para la venta de flor, un producto de alta demanda actualmente por sus múltiples propiedades.

Hay que tener en cuenta que con datos del Ministerio de Agricultura, la superficie dedicada al cultivo del cáñamo se ha multiplicado por ocho desde 2016 y ha pasado de 61 a 510 hectáreas, según las declaraciones de PAC realizadas ese año. En el comunicado donde el Ministerio habla sobre el aumento del cultivo, se recuerda que el cáñamo (Cannabis sativa L.) se ha cultivado a lo largo de la historia como fuente de fibra para uso textil o papel, para la obtención de productos alimentarios, con fines medicinales o para usos cosméticos.

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En el ‘Jardín’ de cáñamo - Foto: Rueda Villaverde

Tras lo ocurrido, Fernández ha escrito cartas al rey, al Defensor del Pueblo y al presidente del Gobierno exponiendo su caso y pide la intervención del Ministerio de Agricultura ante este asunto. Mientras, a la espera de la nueva cosecha, avanza que se está creando una asociación de agricultores damnificados por esta y otras operaciones, que como problema está que se daña toda la cosecha para proteger este cultivo. De hecho, en las de Toledo se ha triturado todo, como una medida para evitar que avance el procedimiento contra los agricultores.