"Lo que más me gusta de la Navidad es cantar villancicos"

A. Criado
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Nicolasa Gallego vive desde hace tres años en la residencia Las Cármenes de Poblete. Es natural de Cabezarrubias del Puerto, localidad en la que celebraba de niña las navidades junto a sus padres y sus nueve hermanos

Nicolasa Gallego - Foto: Rueda Villaverde

Las primeras olas de la pandemia de coronavirus se cebaron especialmente con las residencias de mayores. Según datos del Gobierno de Castilla-La Mancha, más de 2.100 personas han fallecido en estos centros por la COVID-19 desde marzo de 2020. Con este escenario, no es de extrañar que la Administración regional pusiera el foco en estos espacios y estableciera fuertes restricciones durante las pasadas fiestas navideñas. Las visitas de familiares ya estaban prohibidas de antemano y aunque se permitió la salida de los residentes cumpliendo una serie de requisitos, la situación epidemiológica en aquellas fechas no invitaba a asumir riesgos innecesarios después de lo vivido solo unos meses atrás.

Nicolasa Gallego Romero, conocida cariñosamente como Nico por sus compañeros y el personal de la residencia STS Las Cármenes de Poblete, no pudo celebrar la Navidad de 2020 junto a sus seres queridos, aunque disfrutó de estas fiestas participando en las numerosas actividades organizadas por el centro pobleteño. Asegura, tras meditarlo unos pocos segundos, que lo que más le gusta es cantar villancicos porque estas canciones le trasladan a la niñez, al hogar familiar: «Soy la séptima de diez hermanos, así que imagínate la que se montaba. Lo pasábamos muy bien todos juntos cantando villancicos en la casa de mis padres en el pueblo». Reconoce, eso sí, que «no era mucho de salir de bailes».

Nico tiene ya 88 primaveras a sus espaldas y rebosa vitalidad y buen humor. Es natural de Cabezarrubias del Puerto y vivió mucho tiempo en la vecina localidad de Puertollano antes de entrar a formar parte de la nueva familia de Las Cármenes hace ahora tres años. De aquella época en el pueblo recuerda también con agrado los típicos dulces navideños que elaboraba su madre por estas fechas, como rosquillos y bartolillos. «Eran todos caseros, no comprados», insiste

Aunque se cierra en banda y dice que quiere unas navidades «tranquilas» sin salir de la residencia para no molestar a sus familiares, Nico tendrá la oportunidad de vivir estas fiestas junto a sus seres queridos, al menos compartirá con ellos alguna de las fechas más señaladas, como Nochebuena o Navidad. De hecho, casi todos los domingos sale a comer fuera con su hijo, apunta el director del centro al final de la entrevista. «Mi hijo vive en Puertollano y tengo nietos y bisnietos», apunta con orgullo. También participará, si la sexta ola no lo impide, en las actividades programadas por el personal de Las Cármenes, como la visita al belén de la parroquia, una chocolatada solidaria en la plaza a beneficio de la asociación Sonrisas (que, a su vez, donará al centro gafas de realidad virtual para trabajar la terapia 3D) y un baile navideño que llevan ensayando los residentes desde hace días.