«Tenemos que enseñar a llorar, sobre todo a los hombres»

D. R.
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Este escritor cordobés afincado en Puertollano ha publicado este año su tercer libro, que lleva por título 'Llora un hombre', en el que aborda la muerte y el amor desde una perspectiva poética, y que sucede a 'Desgarro' y 'Siempre es primavera'

El escritor Julián Serrano Jiménez, con uno de sus libros en el paseo de San Gregorio de Puertollano. - Foto: D. R.

Julián Serrano Jiménez nació en la localidad cordobesa de Conquista y es diplomado en Profesorado de Educación General Básica por la Universidad de Barcelona. Ha publicado los libros de poemas Siempre es primavera, editado por los ayuntamientos de las localidades cordobesas de Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, Pedroche y Conquista en 2003, seguido de Desgarro (2016) y Llora un hombre (2019), ambos por Ediciones Puertollano, puesto que la ciudad industrial es una de sus residencias habituales. Este año participó en la Feria del Libro de Puertollano firmando ejemplares.

¿Cómo surgió su interés por sumergirse en el mundo de la escritura?

Echando la vista atrás, sobre los 17 o 18 años, que es normalmente cuando las personas solemos tener más ese sentimiento de comunicar a los demás por escrito o bien personalmente. A partir de ahí, empecé a escribir con más continuidad. Y gracias a un compañero, que es profesor de Literatura, le cayó en sus manos un boceto de poemas mío y me dijo que sería bueno que lo publicara. Y así lo hice. Primero con la ayuda de ayuntamientos de la comarca de Los Pedroches (Córdoba), y mis dos siguientes libros con Ediciones Puertollano.

Es decir, que en un principio nunca se planteó publicar...

Efectivamente. Al principio empecé a escribir sin intención alguna de publicar, pero a raíz de este compañero empecé a ver que si a él la había gustado, seguro que había otros más a quienes les interesase leer cosas míos. Además, uno de los objetivos que me marco es que a través de mis poemarios la gente vuelva a leer de nuevo a los poetas antiguos, que realmente son los maestros de todos. No es que estén dejados en los institutos, pero sí es cierto que se leen muy poco. Lo que rinde más ahora mismo es la prosa literaria, que está muy bien, pero la poesía antigua a mí me llena y siempre ha pretendido escribir en este formato.

¿Tiene la sensación de que la poesía está algo denostada?

Así es, pero siempre he escrito más en poesía que en prosa. Se me da mucho mejor escribir y expresar mis sentimientos utilizando la poesía, a través del verso. Otros dicen que es más difícil escribir en verso que en poesía, pero en mi caso es totalmente al contrario. Me gusta mucho el verso y mis sentimientos los pongo mucho más definidos en un verso que rellenando una o más hojas.

¿Confía en que a través de sus libros la gente vuelva a leer poesía?

Mi primavera plateada no está ya para buscar fama, sino que lo que quiero es que la gente joven intente repasar a los poetas, sobre todo los de la Generación del 27 y la del 98, que a quienes tenemos una cierta edad nos han marcado.

Este mismo año vio la luz su último libro, Llora un hombre, que toma el testigo de Desgarro.

Primero he de decir que con Desgarro opté por una fórmula no muy habitual, que fue que antes de publicarlo se lo entregué a diez ‘lectores cero’, todos ellos relacionados con el mundo de la literatura, y ver qué opinión les merecía. A cambio, en ese libro les publiqué sus nombres y biografías. Fue algo que me ayudó mucho. Y volviendo a Llora un hombre, con este libro me propuse la pérdida del miedo a la muerte, por un lado, y por otro, el concepto del amor, algo que siempre está presente en mis libros. Para mí, el amor es algo impresionante y siempre tiene que estar presente, al menos en mis libros. He querido enfocar la muerte sin miedo, al contrario que mucha gente, esperando que la muerte llegue con respeto y con cortesía. Y sobre el amor, para mí su concepto es tan amplio que siempre lo pongo en los prólogos o en la introducción de los libros. Un amor que no solo es el habitual entre un hombre y una mujer, sino en el sentido amplio y más espiritual y de sentimientos, ya que hay infinitos tipos de amor.

Porque los hombres también lloran...

Claro que sí. Llorar es bueno y cualquier persona puede llorar. Hay quien piensa que llorar no es de hombres, pero está muy equivocado. Los hombres siempre hemos llorado, aunque sea por dentro, y de hecho es bueno llorar. Hay que visibilizar más nuestros sentimientos y tenemos que enseñar a llorar a las personas, sobre todo a los hombres. No sabemos llorar.

Se dice que no hay dos sin tres. ¿Podríamos decir que no hay tres sin cuatro? Y si es así, ¿para cuándo su próximo libro?

Sueño mucho y deseo mucho, y esto es lo que hace que cada dos por tres escriba poemas, aunque sea en un pequeño papel, y luego les doy forma. Lo más difícil para mí es recopilar los poemas en un libro. No escribo ex profeso para un libro, sino que voy escribiendo poemas conforme me vienen, y luego ya veo si los publico en un libro. De hecho, ya tengo el boceto para un próximo libro. A mí no me gustan los libros de poesía gruesos, sobre todo porque la gente es reacia a leer poesía. La poesía no se puede leer del tirón como la novela, sino que hay que leer poquito a poco y con mucha tranquilidad, y sobre todo reflexionar sobre lo que se lee. Ya tengo preparado casi el cuarto libro, pero aún no tengo fecha. No escribo para ganar, pero tampoco para perder, así que aún queda trabajo de recopilación y de revisión. Sería un volumen más reducido y más centralizado.