Por los restos del palacio de Cruz Roja y su futuro

Hilario L. Muñoz
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'La Tribuna de Ciudad Real' visita la obra que convertirá el palacete modernista, salvado de la piqueta hace tres lustros, en un centro de atención a víctimas de la violencia sexual

La entrada al palacio de la Cruz Roja, con uno de los operarios de Tragsa que trabaja en la obra. - Foto: Tomás Fernández de Moya

En 2008, la piqueta entró en la ronda de Ciruela y derribó parte de la tercera planta de un símbolo de la capital, el palacio del boticario Conrado y Rosa. Este edificio de estilo modernista fue casa familiar, después centro de estudios y, desde los 70, la 'casa' de Cruz Roja. El inmueble ha pasado tres lustros tapado por ladrillos y chapas, esperando un uso y la financiación necesaria para su recuperación. De hecho, hace unas semanas, volvieron los operarios a su interior, tratando de salvarlo de su más que posible hundimiento y de la suciedad por la palomina, «hasta medio metro» hubo que retirar en algunas estancias. La empresa Tragsa se ocupa de esta obra, por encargo de la Junta de Comunidades y con financiación de la Unión Europea, que cambiará la fisonomía del edificio para darle un nuevo, uso, dedicándolo a la atención a las víctimas de la violencia sexual.

Los operarios llevan apenas unos días trabajando en la obra. Meses atrás se limpió la palomina, se sacaron «camiones», y la intención ahora es asentar la edificación, según explicó uno de los arquitectos del proyecto, Luis García, quien junto a su hermano Antonio García, han mimado al máximo esta obra para salvaguardar este símbolo de la capital tal y como se construyó hace un siglo.

«Este edificio se venía abajo», explicó Luis García. Se trabajará en asentar la construcción, «metiendo inyecciones de resina expansiva» en los cimientos y muros de carga. Además, se deberá soldar, una a una, las viguetas que sustentan cada habitación del edificio, y arreglar la cubierta, que fue lo primero que destrozó la piqueta y por dónde entraron cientos de palomas que deterioraron el interior del inmueble.

La escalera interior del edificio.La escalera interior del edificio. - Foto: Tomás Fernández de MoyaAl tiempo que con esa parte estructural, se está trabajando en recuperar la estética del edificio y cada uno de los elementos claves del palacio, como son los suelos, con una baldosa diferente en cada estancia. También con las molduras, que deberán hacerse de nuevo; las puertas, que deben lijarse o reconstruirse; o los forjados, ya que algunos quedaron doblados a golpe de piqueta. Para hacerlo se toman moldes y se trabajará con mimo buscando especialistas, por ejemplo para los bajos relieves que conforman la fachada y que serán uno de los símbolos del edificio.

La tercera parte de estos trabajos pasa por la organización del inmueble. Algunos elementos quedarán a modo de decoración, como las escaleras, tanto la interna como la de caracol que hay nada más acceder al inmueble. En este sentido, la intención es crear un edificio que tendrán en la parte baja cuatro apartamentos destinados a víctimas de agresión sexual y al que se accederá por una puerta que hay justo detrás de esa escalera. El acceso al edificio se hará por el lateral derecho según se entra al patio, donde se construirá una escalera y un ascensor que dará acceso a los nueve despachos que tendrán el edificio. Además, en la azotea se han previsto zonas de usos múltiples a modo de almacén. Habrá patios para los apartamentos, se mantendrán los bancos de las terrazas laterales y se espera dar luminosidad a esta construcción encerrada entre ladrillos y chapas desde que entró la piqueta.

De momento, aún se observa el deterioro del edificio, con múltiples grietas, suciedad o zonas a las que no se puede acceder. También se han hecho ya algunos cambios, derribando parte de los muros laterales, para lograr que se cumpla la accesibilidad en esas zonas. La intención, explicó Luis García, es trabajar en las tres fases a la vez, asentar la estructura, recuperar su belleza y desarrollar la reorganización, porque será necesario llamar a especialistas para algunas de las técnicas que se emplearán en el proyecto. Los 2,5 millones de euros destinados permitirán estos cambios, que estarán listos, si se cumplen las previsiones, el próximo año. 

Luis García, en uno de los futuros apartamentos.
Luis García, en uno de los futuros apartamentos. - Foto: Tomás Fernández de Moya