Con el subidón moral que supuso la agónica clasificación frente al Cartagena todavía muy reciente, el Viña Albali afronta desde esta tarde  un nuevo reto de una dificultad mayúscula. Los vinateros reciben en el pabellón Virgen de la Cabeza (20.45 horas) al Barça, campeón de Europa y gran favorito para revalidar el título de Liga, como lo demuestra su condición de líder de la fase regular.

Ahora bien, esto es fútbol sala y uno de los contendientes el Viña Albali. Dos factores que sumados invitan a soñar. El conjunto vinatero disputará por tercera vez las semifinales de Liga en sus cuatro campañas en Primera División. Para hacerse una idea de la dificultad de lo que ha logrado basta decir que solamente otro conjunto, el Palma, ha llegado a semifinales también estas tres últimas campañas. 

El conjunto de David Ramos se mueve como pez en el agua entre la adversidad. En esos escenarios de máxima dificultad es cuando más a gusto parece sentirse y, por ello, afronta sin ningún complejo esta eliminatoria a ida y vuelta.

Para proporcionar mayor épica a la situación, el conjunto vinatero mantiene las dudas por problemas físicos de dos hombres muy importantes en los esquemas de David Ramos, Lolo y Lemine. Los dos andaluces estaban siendo diferenciales esta campaña y su ausencia ha obligado a dar un paso adelante a otros compañeros, como puede ser el caso de Bateria, fundamental en los cuartos de final, o el propio Lazarevic, que ya ha mostrado destellos de su tremenda calidad.

A todo ello hay que sumar el importante desgaste físico que acumulan los hombres de David Ramos, que han dispuesto de un día menos que su rival para preparar este duelo.

A última hora del domingo y tras 46 minutos de alto voltaje los valdepeñeros certificaban su clasificación para semifinales y en estos tres días se ha alternado la labor de recuperación con la de preparar el partido ante el vigente campeón.

La amplitud de la plantilla puede ser un factor diferencial en este cruce. El Barça llega a Valdepeñas con todos sus jugadores disponibles, pero en estado de alerta después de que el octavo clasificado de la liga regular, ElPozo Murcia, le llevase a la prórroga en cuartos de final.

El nuevo formato de ida y vuelta implantado por la Federación Española no permite margen de error y el Viña Albali confía en obtener un resultado que deje muy viva una eliminatoria que se resolverá el sábado (13 horas) en el Palau Blaugrana. En caso de empate a goles tras los dos partidos se disputaría una prórroga de dos tiempos de tres minutos cada uno, y si persistiera la igualada, el equipo que accedería a la final sería el Barça en virtud de su mejor posición en la liga regular.

La fe, la confianza y la capacidad de sufrimiento están siendo las señas de identidad de la escuadra azul y a ello apela su técnico, David Ramos, que pide a sus jugadores «pensar en grande. Tenemos que ir a ganar, y por cuantos más goles mucho mejor. Estamos en semifinales y hay que disfrutarlo, pensar en positivo y no conformarse ni poner excusas porque es una gran oportunidad», afirma el madrileño.

En la expedición azulgrana la consigna ha sido precisamente huir de cualquier tipo de confianza. Saben cómo se las gasta el Viña Albali y ya vivieron un buen susto ante ElPozo. Han aprendido que cada acción cuenta y que especular pensando en el choque de vuelta puede ser un gran error.

El pabellón Virgen de la Cabeza registrará un nuevo lleno, por lo que en las gradas se quiere vivir una fiesta que no sea la última de la temporada.