La delegación española  cerró ayer el Campeonato del Mundo de piragüismo esprint de Halifax (Canadá) con los oros de Carlos Arévalo, que se impuso en la final de K1 200, y el grupo del C4 500, integrado por Juan Moreno, Pablo Graña, Manuel Fontán y Adrián Sieiro; y la plata de María Corbera en C1 200. Estos éxitos colocaron a los nacionales en la cima del medallero.

Arévalo abrió la última jornada del certamen proclamándose campeón del mundo en una regata incontestable, dominador desde el inicio y venciendo el pulso al que era dominador de la prueba en las últimas competiciones, Kolos Csizmadia, que acabó tercero.

El palista gallego había accedido a la prueba definitiva venciendo su serie, pero con el tercer tiempo. Sin embargo, protagonizó una final imponente, primero en todo el recorrido que completó con un tiempo de 36,43.

«Ha sido una regata muy dura con viento en contra, pero me he encontrado muy bien y estoy muy contento. Las sensaciones han sido muy buenas. Ganar el oro en el K4 y ahora del K1 es lo máximo. No puedo aspirar a más», manifestó el español.

En la prueba anterior, María Corbera firmó la cuarta medalla para la delegación nacional, con la que mejora los trofeos conseguidos en la última cita mundial disputada en Copenhague.

Tras ser cuarta en la Copa del Mundo de Racice, Corbera cuajó una gran final en Halifax, en una prueba que inició bien, con el dominio de Lin Wenjun, que cedió ante el poderío de Nevin Harrison (49,87), campeona en 2019, y acabó perdiendo en la pugna por la plata con la española (50,54) por solamente una centésima.

Por último, el C4 500 integrado por Juan Moreno, Pablo Graña, Manuel Fontán y Adrián Sieiro cerró la fiesta para la escuadra nacional con otro metal dorado que se adjudicaron a través de una mejor marca de 1:39,42, quedando por delante de Polonia y Ucrania.