COVID y guerra duplica la atención psicológica en la UCLM

Hilario L. Muñoz
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El director del servicio señala que la ansiedad y la depresión se encuentra detrás de estos casos debido a la sensación de vulnerabilidad y a la necesidad de ser mejores en los estudios

COVID y guerra duplica la atención psicológica en la UCLM - Foto: Tomás Fernández de Moya

Antes del curso del COVID había unos 400 estudiantes que se aproximaban al Servicio de Atención Psicológica de la UCLM y el curso pasado fueron más de 700 los que se acercaron. El dato es una muestra de cómo la pandemia ha afectado a los jóvenes, en uno de los momentos claves de su vida, la época universitaria, hubo unas 2.100 consultas el año pasado. Se trata de una situación que ha hecho que la universidad haya optado por un cambio en el servicio para dar respuesta a «un crecimiento exponencial», indicó el encargado de esta área de la UCLM que se ha pasado a llamarse Servicio de Orientación y Asesoramiento Psicológico y Psicopedagógico de la UCLM. Darío Díaz señaló que si antes se ofrecía el servicio «con muchos menos medios y menos recursos», ahora se ha apostado por refundarlo, triplicando el presupuesto que se venía invirtiendo. «Las cifras de este curso aún no las podemos dar, pero las previsiones son que se vuelvan a duplicar, estaremos por encima de mil alumnos con el porcentaje que llevamos», dijo el encargado del servicio.

Detrás de los datos hay tres factores, explicó Díaz, aunque todos se podrían resumir «en la ansiedad», que es lo que está detrás de la mayoría de las consultas. El primero es el COVID, que ha hecho que se agraven las vulnerabilidades que ya existían en los hogares. A él se une al aislamiento y el encierro que «han aumentado nuestros niveles de ansiedad». A esto se suma Ucrania, que es otro tema que multiplica la sensación de vulnerabilidad. Guerra y pandemia, unidos, «quitan la sensación de control» a los jóvenes y les dan la idea de que son vulnerables, que una enfermedad o una guerra pueden dejarles sin el futuro que planifican. «Pensábamos que íbamos a vivir hasta los 80 años, con una vida tranquila, pero ahora, a nuestro alrededor, vemos que se puede morir joven, con la pandemia, o con la guerra, que está relativamente cerca».

El segundo factor se debe a la sociedad que se ha creado y que conlleva unas «exigencias de futuro que tienen las nuevas generaciones». El tercero es la exigencia académica de los estudiantes, que les provoca, por último, aún más ansiedad. «Tienen la responsabilidad de sacar la titulación y de hacerlo bien, porque hay una percepción de que el trabajo es escaso y malo». A esa mirada hacia el futuro se une que los estudiantes tienen las responsabilidades propias de las carreras.

Estos aspectos suponen que casi todo lo que llega al servicio sean estudiantes con ansiedad o con depresión. Son dos términos «muy relacionados» en esta edad, porque los estudiantes suelen tener una fase de ansiedad «que no es constante, porque se resuelve, en algún momento, al acabarse los exámenes, por ejemplo». En ese momento, el cuerpo del alumno está muy agotado y, «en vez de bajar a un punto normal de activación, baja por debajo, y es más fácil caer en la depresión».

Más allá de la atención y la ampliación de personal, el cambio en la denominación del servicio se debe a la incorporación de un servicio de orientación al estudio, así como a la intención de impartir cursos en las aulas de la universidad. Así, se plantea trabajar en habilidades sociales, porque cuesta debido al aumento de las redes sociales y la menor interacción personal, porque durante la pandemia los jóvenes «han pasado mucho tiempo sin interacciones sociales» y esto puede conllevar problemas de autoestima, por ejemplo.

 «La ventaja del servicio es que es rápido»

Para ser atendido en el Servicio de Orientación y Asesoramiento Psicológico y Psicopedagógico es necesario solicitar cita previa vía email (soapp.cr@uclm.es). «La ventaja del servicio es que es rápido», al compararse con otros espacios de atención psicológica. De hecho, la intención es dar cita en una semana. «El objetivo es atender aquellos casos leves de ansiedad o pequeñas depresiones, aunque no lleguen a serlo». De este modo, atendiendo al inicio, se ahorran trastornos posteriores y se me permite con más rapidez que el estudiante sea funcional y pueda seguir estudiando, sin que pierda el año. Otro objetivo es que se pierda el estigma de pedir apoyo. «A la gente no termina de gustarle decir que está yendo al psicólogo», ya no se oculta, como antes, pero «no se hace igual de visible que cuando se va al cardiólogo». Con todo, la gente joven tiene menos estigma, algo que apoya el incremento en las atenciones.