Aunque el otoño se está haciendo de rogar, con temperaturas todavía elevadas para esta época del año, ya han comenzado las tareas de poda para rebajar el peso y la cantidad de hojas que tiene gran parte del arbolado de la capital. De hecho, estas labores se llevarán a cabo en unos 22.000 árboles de la ciudad, lo que supone el 74% del total del arbolado, que se cifra en 29.636.

La concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, detalló que se podarán hasta 16.500 árboles de parques y jardines de la capital, del total de 19.000 que hay distribuidos en estos espacios verdes, del mismo modo que se acometerán estos trabajos en 5.500 árboles del viario público, de más de 10.000 que hay en estas zonas de la ciudad.

Las tareas de poda comenzaron el pasado 7 de noviembre y está previsto que se prolonguen hasta el 17 de marzo. En ellas trabajan 21 personas distribuidas por equipos en altura, 14, tanto de la sección de Parques y Jardines como de la empresa adjudicataria de la gestión fuera de ronda, Inditec; y siete trabajadores de equipos que intervienen desde el suelo.

Boadella comentó que con la poda se generan unos 3.500 metros cúbicos de residuos vegetales, el 80% de ellos se biotrituran y se utilizan como abono o como picadura en parterres.

Además de las tareas de poda, el Ayuntamiento ha planificado los trabajos de recogida de la hoja, que prevén que se haga más intensa una vez que comience a llegar el frío. Para ello contará con un refuerzo de temporada de ocho personas, a las que sumarán alrededor de ocho más del plan de empleo Mujer +45 y al incremento de la plantilla que se ha llevado a cabo para contar con más ayudantes que puedan conducir la maquinaria disponible en el servicio de Limpieza.

Sobre esta cuestión, Boadella comentó que se prioriza que no se acumule una gran cantidad de hojas en determinadas zonas y se actúa principalmente en calles peatonales y en imbornales, aunque quiso desterrar «la leyenda urbana» de que éstos no tragan si se acumulan muchas hojas, puesto que también se debe a veces a que «la capacidad de carga del sistema de desagüe está a tope». Por último, habló de un «concepto de percepción» al indicar que a su juicio las hojas no son suciedad, sino la huella de la naturaleza en la ciudad.