Declara que se autoinculpó para salvar a su novia

Pilar Muñoz
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Uno de los tres acusados de tráfico de drogas declara en la Audiencia de Ciudad Real que cargó con la culpa porque su vida era "una ruina", "tenía una condena de 23 años y pensé que ese delito me iba a salir gratis y así salvaba a la chica"

Declara que se autoinculpó para salvar a su novia - Foto: Foto Tomas

Francisco A. A. reitera en el derecho a la última palabra que se autoinculpó para salvar a su entonces pareja sentimental, también acusada de tráfico de drogas. En la tercera sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real contra él, su hermano y exnovia ha vuelto a dar muestras de su desenfreno, tomándose licencias difíciles de entender. Francisco A. A. se ha mostrado retador, respondón, insolente y provocador, aunque al final del juicio ha rebajado esta conducta para aseverar que es inocente.   

Francisco A. A. ha recordado este viernes, ante el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Ciudad Real, que le estaban buscando la Policía y la Guardia Civil cuando dicen que se dedicaba a vender drogas en una vivienda de Daimiel y que sería del género tonto trapichear teniendo a todos los agentes buscándole para pillarle y encerrarle. 

En su descargo se agarra a la circunstancia en la que se encontraba en abril de 2019: huido de la justicia, en busca y captura, tras ser condenado a 23 años de prisión. Una condena muy elevada, motivo por el que dice que se inculpó aun siendo inocente. Cuenta que tras ser capturado y detenido por tráfico de drogas declaró ante el juez instructor que era culpable en defensa de Estrella I. D., su entonces pareja, porque "pensé: yo estoy arruinado, este delito me va a salir gratis y la chica se salva". Pero después, a resultas de cómo se han desarrollado los acontecimientos, considera que se equivocó al cargar con la culpa y ahora sostiene que "no estaba en Daimiel", que escapó y se escondió en un pueblo de Córdoba. "Un día volví para tener relaciones con mi entonces novia y me cogieron". Esta es la historia, según Francisco A. A. que se ha explayado en el derecho a la última palabra. 

El pecado de la exnovia. Sin embargo, su exnovia le desmiente y afirma que ella no tiene nada que ver con el tráfico de drogas. Su único pecado, según la acusada, ha sido estar con una persona en el momento equivocado. "Soy inocente", ha proclamado ante el Tribunal enjuiciador mediante videoconferencia. No ha querido comparecer en la vista, compartir banquillo con su exnovio y el hermano de éste.

La declaración del hermano. Juan A. A., hermano de Francisco, también está encausado e igualmente ha hecho uso del derecho a la última palabra en el juicio. Ha dicho que la Guardia Civil ha ido a por ellos sin motivo ni razón. Él es un hombre trabajador, casado y padre de dos hijos que jamás se ha dedicado al tráfico de drogas. Dice que se siente perseguido por la Policía y la Guardia Civil porque su hermano huyó de la justicia. Juan A. A. ha cargado también contra la prensa que ha cubierto esta mañana el juicio. 

A definitivas. Los letrados de los acusados han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales instando a la absolución al considerar que no hay prueba alguna del delito de tráfico de drogas que se les imputa.

El Ministerio Fiscal, por contra, estima acreditados los hechos, aunque ha modificado  el escrito de acusación porque hay dos informes contradictorios de Sanidad, uno habla de 2,63 gramos de heroína y otro de 0,63 gramos. En beneficio de los reos, la fiscal tomó el informe de la menor cantidad.

En cuanto a los hechos, el Ministerio Fiscal considera que han quedado acreditados y pide una condena de cuatro años de cárcel. "No cabe duda de que los tres vendían drogas en una vivienda de Daimiel. En el salón se halló un gran despliegue de sustancias y elementos para el tráfico, entre ellos 27 dosis, unas envueltas en papel blanco y otras en azul, preparadas para la venta", ha subrayado la fiscal en su informe final.

Los abogados Jesús Enrique García Herrera, Raimon Alberich y Dámaso Arcediano difieren. Estiman que no hay pruebas, ni siquiera indicios contra sus clientes. "No se puede condenar por sospechas", ha apuntado Arcediano.

El letrado García Herrera ha tratado de desmontar la tesis del Ministerio Fiscal tras reiterar que el testigo que denunció a Francisco A. A. no ha comparecido ni otros también llamados a testificar. Los que sí han subido este viernes al estrado han dicho que en aquella época (primavera del 2019) eran consumidores, pero que nunca habían comprado sustancias en la vivienda de Daimiel donde la acusación dicen que traficaban. Es más han declarado que no sabían que en esa casa se vendiera heroína y cocaína.

Demanda atendida. El juicio ha estado a punto de suspenderse otra vez precisamente por la incomparecencia de los testigos. Los abogados de los acusados han pedido la suspensión al considerar importante oír en la sala de vista sus testimonios. Francisco A. A. ha clamado contra la decisión. "No me jodas, otra suspensión ... No, no". El Tribunal se ha retirado a deliberar si continuaban o suspendían el juicio. Ha atendido a la súplica de Francisco A. A. y la vista oral se ha retomado. 

Francisco A. A. está en prisión desde su captura, el 7 de junio de 2019.