El lado más oscuro del fútbol

E. Gómez
-

Alberto del Campo reivindica en 'El gran teatro del fútbol' la pasión por los equipos modestos y aborda los grandes intereses que mueven este deporte

Alberto del Campo posa con su libro. - Foto: Rueda Villaverde

Alberto del Campo (Sevilla, 1971), exfutbolista, antropólogo y colaborador de diferentes medios de comunicación, presentó este miércoles en el Espacio Serendipia de Ciudad Real su última obra, El gran teatro del fútbol . Un ensayo donde se aborda el lado más oscuro del fútbol, «aquello de lo que no se habla en los medios».

El catedrático  de Antropología Social en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) parte de su experiencia compartida con actores de este deporte como jugadores, entrenadores y utilleros para acceder a la trastienda del fútbol, «que nada tiene que ver con el glamour de lo que muestran los medios» y que, añade como ejemplo, obliga en algunos casos a los futbolistas a firmar por contrato «no salir del armario».

Trascendiendo el deporte, pone sus miras en el fútbol como foco de corrupción en aspectos como la compra de derechos televisivos o las presiones de los directivos y empresas vinculadas a los grandes clubes.

Público asistente a la presentación.Público asistente a la presentación. - Foto: Rueda VillaverdeA su juicio, el punto de inflexión se produce en el año 1990. En ese instante, con  la entrada de las televisiones privadas, el fútbol entra en una nueva dimensión. «Hasta ese momento los clubes vivían de los ingresos de sus aficionados y el fútbol era para el espectador que acudía a los campos. Desde entonces, con las televisiones, a los clubes ya no les interesa el público que acude a sus estadios, sino los millones de espectadores que puede haber en cualquier punto del planeta y que hacen de este deporte un negocio fabuloso y que mueve tanto dinero».

Frente a este fútbol pervive otro que conserva su esencia y que defienden plataformas con títulos como 'Odio el fútbol moderno', con importante presencia en redes sociales y que también tiene ya obras de referencia.

Ese fútbol de otro tiempo sigue muy vivo en pequeñas localidades, «donde se mantiene esa pasión de que su equipo pueda ganar al Barcelona en la Copa del Rey. El fútbol como contexto donde expresar nuestras emociones o pasiones sigue siendo fascinante para el público y eso se vive en ciudades con equipos de Segunda B o Tercera. Es más, hay futbolistas que tras jugar muchos años en la élite, vuelven a disfrutar del placer de jugar en clubes modestos, al margen ya de presiones económicas y manteniendo un vínculo mucho más cercano con el aficionado».

Por ello, Del Campo alerta a las instituciones de la necesidad de apoyar ese fútbol modesto, «de un derbi entre Manchego y Calvo Sotelo», puso como ejemplo, que igual no mueve dinero o no trasciende en la televisión, «pero cuyos aficionados lo viven con la misma pasión e intensidad que un Betis-Sevilla».