Regadío del Vicario: un corsé para la ciudad y para Las Casas

Escolástico González
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Su viabilidad económica y su contribución a la economía local no ha sido ni mucho menos la esperada a la inversiones realizadas y están aún pendientes de amortizar en algunos casos

Regadío del Vicario: un corsé para la ciudad y para Las Casas

El término municipal de Ciudad Real se extiende por la N-430 hasta llegar a darse la mano con Alcolea de Calatrava. En esta dirección puede tener unos 20 kilómetros y a mitad de camino se encuentra Valverde.  Por la carretera CM-412, casi en paralelo, por el lado del anejo de Las Casas la extensión es algo más reducida, aunque tiene casi diez kilómetros de longitud, llegando hasta encontrarse con Poblete en el río Guadiana. No obstante, a pesar de ser la parte de más extensión del término municipal, este lado de la ciudad ha estado urbanísticamente encorsetado por el regadío del Vicario.

Pegada a la misma capital y junto con las primeras construcciones urbanas, por ambas carreteras, la ciudad tiene una infraestructura agraria con más de 55 kilómetros de caminos y un plan de regadío que supone una limitación y que ha condicionado el desarrollo urbano y la planificación de las últimas décadas, todo ello, en base a mantener una economía agraria de difícil sostenibilidad en manos de agricultores locales, cuyo éxito se basaba en la transformación del suelo y no en los productos a cultivar.

El vicario. El Pantano del Vicario, de donde recibe su nombre el regadío, fue construido en 1973. El plan de regadío inicia sus primeros pasos con una concentración parcelaria hace 45 años, en 1977, y lleva funcionando 35 años, casi tantos como tiene el actual Plan General de Ordenación Urbana de la capital. En total, el regadío del Vicario fue planificado para una extensión de 4.780 hectáreas y, sin embargo, la realidad del agua embalsada no ha permitido poner en riego más de 1.400 en los mejores años, donde siete de los 35 años no ha habido agua para regar, y, en otros seis el caudal fue insuficiente. Más de un tercio de los años de vida del regadío ha estado sin agua. Esta infraestructura agraria que se creó para contribuir a la economía local con cultivos como la remolacha y el maíz y ha sido inviable por razones obvias.

En la actualidad, la comunidad autónoma, administración con competencias, permitirá la desafección de hasta 3.000 hectáreas de regadío para poder transformarse. Prueba de ello es la desafección puntual que ya se ha producido para construir algunos proyectos públicos en la parte sur del regadío como es el caso del nuevo parque de bomberos y de las parcelas que ocupan las viviendas ilegales de La Pedregosa, en Las Casas. No hay duda de que la realidad económica de la zona agrícola que ha estado protegida, y ha encorsetado la ciudad en estas tres últimas décadas, ha cambiado al desaparecer el agua.

Se puede decir, con rotundidad, que la planificación de los cultivos de regadío en La Mancha, como la remolacha o el maíz, eran fruto de la especulación agraria. Donde hace 20 años había grandes pívots de riego -insostenible-  ahora hay plantaciones de pistacho con goteo. En el caso del plan de regadío del Vicario, su viabilidad económica y su contribución a la economía local no ha sido ni mucho menos la esperada a la inversiones realizadas y están aún pendientes de amortizar en algunos casos.

El plan de regadío del Vicario, obsoleto, antieconómico e insostenible, y que está desafectándose como suelo rústico de protección agrícola es otra prueba más de la necesidad de elaborar un nuevo PGOU para la ciudad y sus anejos. Es necesario abordar los próximos años con otra planificación de la ciudad y de los recursos que ofrece el término municipal.

Los caminos del Vicario. La red de caminos que dan servicio a esta infraestructura, aún pendiente de amortizarse en parte y pendiente de pago por parte de quienes obtuvieron la recalificación de su suelo rústico de secano, en suelo rústico de regadío, parece que ha estado en el limbo, cuando en realidad fueron construidos para dar servicio a la comunidad de regantes y ahora pasan a ser propiedad municipal mediante una cesión que realiza la Junta de Comunidades al Ayuntamiento. Unos caminos que, en teoría, debían de haber sido objeto de reposición a lo largo de la vida del plan y que, sin embargo, han sufrido el mayor de los abandonos consecuencia del fracaso económico del regadío.    

La asunción municipal de la propiedad mediante un convenio, discutible jurídicamente al atribuirse la propiedad a la Junta, no deja de ser un regalo envenenado para todos los habitantes de la ciudad. Reponer el firme de asfalto de los caminos y arreglar aquellos que son de tierra comenzará costando un millón de euros al Ayuntamiento frente a la mitad que aporta la Junta en un convenio político sin proyecto técnico ni auditoría económica del estado de los mismos. Especialmente es un lastre para el futuro y para próximas reposiciones y arreglos. El Ayuntamiento no debería de recibir los caminos sin estar arreglados en su totalidad o, por el contrario, recibir por convenio los fondos necesarios para su reparación. Es lo que hace la comunidad autónoma con el Estado y es lo que debe hacer el Ayuntamiento con la Comunidad.

Las Casas y Valverde. Los anejos de Ciudad Real no han sido muy agraciados en los planeamientos realizados por el Ayuntamiento. Los núcleos de población de ambos anejos, situados a siete y a 11 kilómetros de la capital, son recogidos en el último PGOU del año 1987 de forma escueta y sin pensar en las infraestructuras necesarias para un desarrollo complementario y paralelo al de la propia ciudad a la que pertenecen sus habitantes.  Ni en 1978, ni 1987, ni en posteriores revisiones puntuales, los anejos han sido objeto de atención. Las consecuencias de ello son el estancamiento de uno y la pérdida de habitantes del otro.

Muchas jóvenes familias se han instalado en Miguelturra, Poblete, Pozuelo de Calatrava, etc., por falta de una oferta de suelo adecuada dentro del propio término municipal y lugares como Las Casas y Valverde se quedaron sin posibilidad de crecimiento por falta de planificación y de infraestructuras. Sin lugar a dudas, en el caso de Las Casas el plan de regadío ha tenido mucho que ver con ese estancamiento.  

De haber recogido Ciudad Real el éxodo de los jóvenes que se marcharon a vivir a estos pueblos limítrofes a la capital, hoy la ciudad superaría los 100.000 habitantes. Sin embargo, es una ciudad que da servicios a esos habitantes, pero con los recursos económicos de 75.000.

Conexión valverde-las casas. Para ir desde Las Casas hasta Valverde o, al contrario, se tiene que venir a Ciudad Real para avanzar después por la ronda de circunvalación hasta la N-430. En total se recorre una distancia de 18 kilómetros para ir de un sitio a otro. Ese es el recorrido, en línea, que realiza el autobús urbano que conecta ambos núcleos de población con la ciudad y que tiene un tiempo de viaje de 45 minutos. La opción alternativa, para los particulares, es atravesar uno de los caminos del regadío del Vicario -el Camino Pichón- que une la N-430 y CM-412 y que, a fecha actual, resulta impracticable. Lo ideal sería planificar una conexión directa, de ámbito local o provincial, de ambos núcleos partiendo de los caminos del Vicario y de Sancho Rey para cruzar el Guadiana.