Semana de caos en el Avant

Hilario L. Muñoz
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Un tren parado varias horas, otro con retraso y uno con más billetes que asientos dejan unos días que apuntan a un deterioro que los usuarios llevan semanas denunciando

Semana de caos en el Avant - Foto: Tomás Fernández de Moya

Lo ocurrido la pasada semana con los trenes Avant ha sido la gota que ha colmado el vaso y que los usuarios del servicio vienen denunciando desde hace semanas en redes sociales. Desde el inicio del curso y del uso de los abonos gratuitos, casi no hay semana que pase en la que un viajero de los trenes de media distancia reclame por redes ante una salida o una llegada con retraso, con denuncias sobre todo al de las 19.15 horas, precisamente uno de los trenes envuelto en la polémica de estos días.

La situación del miércoles dejó un Avant en tierra de nadie, durante varias horas. Mientras en Madrid, el tren de las 19.15 tuvo un retraso de más de una hora en su salida, con los viajeros esperando en la vía, desde donde veían cómo salían otros trenes, pero no el que los llevaba a Ciudad Real. La situación siguió el jueves, cuando para el primero de los trenes, el de las 6,42 horas, se vendieron más billetes que asientos, como si fuera de composición doble, de ocho vagones, pero solo llegaron cuatro. Hubo quien viajó sentado en la escalera durante el trayecto y otros de pie. La misma situación de composición doble ocurrió en uno de los trenes del viernes al mediodía, denunciaron usuarios del AVE, mientras que desde Renfe se indica que los retrasos de la semana pasada «obedecen a casos puntuales».

Pero lo que se califica como «caos» en el servicio va mucho más allá de los fallos de esta semana y muchos usuarios ponen el acento en lo que viene pasando desde el año 2020, cuando con la pandemia se produjo una restricción de horarios en el servicio y su recuperación paulatina. «No se entiende que es un servicio que la mayor parte de los usuarios utiliza para ir a trabajar», resume Miriam Donate, una matrona ciudadrealeña que cambió Madrid por Ciudad Real justo antes de la pandemia. «No es un servicio para viajar por ocio, porque me quiera ir a Madrid a darme una vuelta», sino que las características del Avant lo hacen «similar al Cercanías». «La gente de Madrid se mueve por necesidades de la vida diaria en Cercanías y el Avant es igual», explicó. Se trata de una mirada que a Donate le gustaría que tuviera el operador, Renfe, porque sin Avant quienes viven en Ciudad Real no podrían trabajar en Madrid, como le pasa a muchos madrileños, que sin Cercanías no podrían haberse ido a vivir a los municipios de la periferia.

«La dinámica diaria es levantarme a las 5.45 horas y volver a entrar por la puerta de casa a las 17 horas, eso con una reducción de jornada», señala una de las usuarias que ha hablado para La Tribuna. Otra recuerda que los cambios que se han producido tras la pandemia le han llevado a perder el único tren que le permitía «vivir en Ciudad Real, trabajar en Madrid y ser madre».

Más allá de los retrasos. La polémica con la situación de Ciudad Real dentro del mapa ferroviario en las últimas semanas va más allá de estos retrasos, venta de billetes o cambio de horarios. La recuperación de servicios tras el COVID ha conllevado cambios que dejan a Ciudad Real como «una capital de segunda», indicaron usuarios consultados. Como ejemplo ponen lo ocurrido con el AVE Sevilla-Valencia, que tiene de nuevo parada en Cuenca, pero en la provincia se ha optado porque pare en Puertollano en vez de en la capital. Lo mismo se puede decir de la primera operadora privada que ha iniciado la venta de billetes entre Madrid y Sevilla, los trenes Iryo. Sus vagones pasarán por la estación de Ciudad Real, pero no harán parada aquí, como hacen algunos AVE. Sí que lo harán en Córdoba y con un coste menor, en los trenes de primera hora del que tiene Renfe para el trayecto entre Madrid y Ciudad Real.

Con esta situación, en los comentarios de los usuarios de Avant se empiezan a escuchar voces críticas, incluso arrepentidas con su decisión de venirse a Ciudad Real a vivir y mantener su puesto de trabajo en Madrid, o viceversa. En algunos casos, los usuarios recuerdan que el cambio de horario ha hecho la conciliación imposible, así como destinar parte de sus ingresos al cuidado de hijos. Por estos motivos, desde la asociación de usuarios ya pidieron que se contemple la posibilidad de que los usuarios de Avant tenga descuentos como los que está analizando la Junta de Castilla y León para Valladolid o que haya medidas económicas que compensen, vía IRPF o abono de transporte con Madrid, el gasto que supone el Avant.

«Explicaciones veraces». «Hay retrasos desde hace un mes y no nos queda más remedio que adaptarnos», indicó el presidente de la asociación de usuarios del AVE en Ciudad Real, Álvaro García-Rayo, por lo que, al menos, piden que haya «explicaciones veraces». A modo de ejemplo, recuerda que el miércoles se dijo constantemente que era por razones meteorológicas, mientras por otros canales se apuntaba a un fallo en la catenaria. De hecho, una reivindicación que se repite es que haya retrasos, que son previsibles, se sabe que un tren va a salir o va a llegar con cierto retraso, y no se avise de antemano. «Si supiéramos ciertos retrasos, podríamos tener margen para cancelar el billete y utilizar otro medio de transporte», dijo el presidente de una asociación que está a punto de cumplir un año de existencia y que ha crecido hasta el centenar de integrantes.

A la vez, reivindican la necesidad de que haya una interlocución por parte de las administraciones, que se reivindique el papel del Avant como integrador del territorio, ante esas voces que se arrepienten de su decisión de venirse a vivir Ciudad Real trabajando en Madrid o que no se lo recomendarían ahora a nadie. En este sentido, se plantean reuniones con la administración para que haya un cambio de horarios que se fundamenten en las necesidades de los 4.700 usuarios que calculan hacen uso del abono del Avant, para evitar los picos de demanda que hay a primera hora y las caídas a media mañana, por ejemplo. La intención es que haya encuentros con PP y PSOE para dar a conocer sus propuestas y proponer a Renfe una reforma de horarios.

Hay que tener en cuenta que igual que en redes se oyen críticas al Avant entres sus usuarios, también hay quien lo mira como una opción de cambiar su vida y dejar Madrid, en plena subida de los alquileres, y plantearse vivir pendiente de los horarios de los trenes, pero en una vivienda de mayor tamaño. En este sentido, con las quejas, los usuarios buscan que «haya trenes más llenos» y que haya un servicio «rápido y barato» que abra la puerta a plantearse un cambio de ciudad y de vida. 

Silvia, cinco años viajando
«Para trabajar estoy fuera 11 horas»
Trabajo diariamente en Madrid desde hace 5 años y soy usuaria del tren Avant Ciudad Real-Madrid», viajando  «una media de 4 ó 3 veces por semana», gracias al teletrabajo tras la pandemia. De este modo se presenta Silvia, una trabajadora desde hace 15 años de una empresa multinacional, que no tiene sede en Ciudad Real, «ni posibilidad de crearla». Silvia es una de las ciudadrealeñas que tras vivir una década en Madrid decidió volver a su ciudad, para estar más cerca de su pareja y su familia. «Mi marido es autónomo y tiene un pequeño negocio», a lo que se ha sumado Paula, una bebé de 10 meses. Aquí en Ciudad Real vive, paga impuestos «religiosamente», hace las compras más grandes, como el  coche o la casa, pero «¿a cambio de qué?», se pregunta cuando observa «semanas incansables» porque para una jornada de trabajo de 6 horas y 30 minutos estoy fuera de casa casi 11». «Eso sí, he formado una gran familia de usuarios, que, por desgracia, tenderá a desaparecer por las últimas incidencias y porque nuestra situación se hace insostenible». 

Ismael, de Daimiel a Madrid en el Avant
«Este año percibo un deterioro enorme»
Soy de Daimiel, profesor de FP en un instituto de Madrid». De este modo, explica Ismael su relación con el Avant, el medio de transporte por el que eligió Madrid para su trabajo. «Hay infinitas más posibilidades de conexión en transporte público con Madrid que con cualquier otra ciudad de Castilla-La Mancha» y «el Avant te da la posibilidad de dormir en casa y estar con la familia», comenta. Su vida, como la de muchos otros ciudadrealeños que viven en la provincia y trabajan en Madrid, comienza pronto, a las 5.20 horas, con la intención de coger el primero de los trenes, «el de las 6.42 horas, y de esa forma pillar el de las 15.45 horas o en algunas ocasiones el de las 14.15 horas», gracias a que siempre elige para sus clases las primeras horas del día, algo que «agradecen los compis madrileños». Este 2022 es su segundo año consecutivo viajando en Avant y afirma que percibe «un deterioro enorme en el servicio este año, sin duda». 

Inés, cambio por el horario
«Hoy no invitaría a nadie a vivir aquí»
Llevo cuatro años viviendo en Ciudad Real y los mismos viajando a trabajar a Madrid, a mi actual trabajo, en el que ya llevo casi 20 años». Quien habla es Inés, una trabajadora que decidió dejar el Madrid donde vivía de alquiler con su familia para comprarse un piso en Ciudad Real y que sus «hijas se criaran sin tanta mudanza». «Al venir a Ciudad Real no pensamos que la conciliación sería tan difícil». Como explicación, señala que tiene que pedir a sus vecinos que recojan a la pequeña del colegio porque el Avant llega tarde tantas veces o que gasta su sueldo en contratar a alguien porque han cambiado el tren de salida de las 8 a las 7.42 horas y los colegios en Ciudad Real abren a las 7.30. «Como no soy Superman, no llego», señala para remarcar que «a día de hoy no invitaría a nadie a vivir aquí y vivir mi experiencia». Como ejemplos, recuerda que no hay colegios públicos donde se atienda a los niños de 8 a 17 horas y el Avant es carísimo, «casi la mitad de mi sueldo al mes». «Actualmente, no veo ninguna ventaja y las que vi en su momento se han perdido con los retrasos», comenta con frustración. 

Gema, una década a bordo del Avant
«Nunca  ha habido tantos problemas»
Soy viajera de Avant desde septiembre 2012. Siempre me iba en el tren de las 7.17 y venía a las 19.15 y nunca ha habido tantos problemas y retrasos como los que hay ahora y que vienen más o menos desde el 2020». De este modo, explica Gema, una usuaria desde 2012 del Avant en Ciudad Real. «Ahora, desde que soy madre, me he tenido que reducir jornada y, por un lado, el tren de las 7.42 me viene de perlas, es lo único bueno que veo y vuelvo a las 15.45 horas», pero este tren, «últimamente», llega con 5 minutos o más de retrasos, lo que le impide acompañar a su hijo a extraescolares. «No entiendo por qué siempre el trayecto Ciudad Real-Madrid es el que más retrasos sufre», se pregunta y observa cómo compañeros que van a su trabajo desde Valladolid, también en Avant, «no sufren tanto retraso y tienen más frecuencias». «En cuanto a las quejas y demás que ponemos en Renfe... a veces pienso que caen en saco roto» y apunta una que puso y desde la que han pasado más de 30 días sin respuesta.

Miriam Donate, vivir en un hotel durante la pandemia
«Lo he pasado realmente mal por la restricción de horarios»
Una oferta de trabajo de su pareja impulsó a Miriam a cambiar Madrid por Ciudad Real. «Uso el Avant para ir y venir a trabajar desde enero de 2020», por lo que llegó justo en el momento en el que los usuarios comentan que comenzaron los problemas. «Lo he pasado realmente mal, especialmente en la pandemia, por la restricción de horarios» y llegó a vivir en un hotel, porque con la retirada de horarios que hubo con el COVID se le hizo imposible ir del trabajo a casa. «A día de hoy, me afectan los retrasos en cuanto a que se supone que yo me vine a vivir a Ciudad Real en base a los horarios que Renfe tenía antes de la pandemia». El problema para Miriam es que al recuperarse los trenes se han modificado algunos y las decisiones que tomaron con esos horarios se han vuelto equivocados. «Si fallan, llego tarde a mi puesto de trabajo» y además, «de vez en cuando, sin avisar ni decir nada, hay continuos retrasos» lo que, en su caso, como es sanitaria, implica que las persona de antes no puede dejar su turno. «Siempre estoy un poco en vilo» porque al final compaginar vida en Ciudad Real y trabajo en Madrid, depende de que se mantenga el servicio tal y como está.

Renfe y Adif se echan las culpas de lo ocurrido esta semana. «Una avería que afecta al sistema de electrificación (pantógrafo/catenaria) ha obligado a detener el tren AVE Madrid-Málaga de las 16.35 horas, por lo que Renfe ha enviado un tren para transbordar a los viajeros afectados y garantizar el viaje a destino». Esta es la nota publicada el viernes, en la que no se hacía siquiera referencia al tren Avant que también se vio afectado, y que algunos usuarios señalan como una muestra más de la inexistencia del Avant. El problema de esta explicación es conocer los motivos, cuando Renfe citaba en otro Tweet que debido a las «condiciones atmosféricas adversas se encuentra interrumpida la circulación entre Sevilla y Madrid», sin nombrar que entre Madrid y Orgaz los trenes transitaban por vía única.

Se trata de un reparto de culpas entre Adif, quien gestiona la explotación del ferrocarril,y Renfe, la operadora de los trenes, que deja a los usuarios en medio cuando reclaman. «Ni en Atocha, ni en el interior del tren se ha informado de que los retrasos fueses por motivos climatológicos. Siempre se ha referido a problemas en la infraestructura, Adif», escribía en redes sociales el senador y portavoz del Grupo municipal Popular del PP en la capital, Francisco Cañizares.

Lo ocurrido ha llegado al Congreso en forma de pregunta por parte de la diputada socialista del PSOE Cristina López. La respuesta de la secretaria general de Transportes y Movilidad del Ministerio, María José Rallo, fue que «ha habido unas cuestiones vinculadas al viento», en referencia a las respuestas dadas por Renfe y Adif esta semana. Unas incidencias que «han tenido un impacto importante del servicio ferroviario», dijo Rallo, quien afirmó que el Ministerio es «consciente de la frustración que crea en los usuarios cuando hay retrasos en los servicios ferroviarios».