La Agencia Tributaria ha puesto cifras al impacto que tuvo sobre la actividad de las empresas ciudadrealeñas la pandemia del coronavirus. Hacienda ha actualizado los datos de las cuentas anuales no consolidadas del impuesto sobre sociedades, basado en las declaraciones del impuesto correspondiente al ejercicio fiscal del año 2020 y que se traduce en que el COVID rebajó los beneficios de antes de impuesto de las compañías de la provincia de casi 50 millones de euros. La cuenta de resultados de las empresas provinciales bajó desde los 380 millones de euros acumulados en 2019 a 338, Un once por ciento de caída, con el mayor número de empresas en números rojos desde 2013 y con menos compañías ganando dinero desde 2016.
Las cifras de la Agencia Tributaria son claras. El año del COVID no impidió que las empresas ganaran dinero en Ciudad Real. Se trata de los segundos mejores resultados que presentan antes de impuestos en casi una década, desde 2013, cuando se empezó a ofrecer esta información provincializada. El pero, que esos números verdes bajan en casi todos los sectores productivos en Ciudad Real, a excepción del grupo de la construcción y del que agrupa al comercio, las reparaciones y el transporte.
De las casi 15.000 empresas de la provincia que declararon el impuesto de sociedades, más de la mitad, 7.884, presentaron una cuenta de resultados negativa. Perdieron dinero. Más de 172 millones de euros. Un año antes, las compañías en números rojos fueron 7.300 y el resultado contable negativo ascendió a 135 millones. Las mayores pérdidas se acumularon en uno de los grupos de actividad que más dinero ganó, el del comercio. El resultado contable de las empresas que perdieron bajó a los 40 millones de euros. Eso sí, las que ganaron, ganaron mucho más de lo habitual: 86,8 millones, un récord en manos de algo más de 2.000 empresas, casi tantas como las que cerraron el año del coronavirus con pérdidas.
La industria, a la cabeza. El sector que más beneficios genera es el de la industria. El resultado contable que presentaron las 1.600 empresas de la provincia arrojó un resultado de 190 millones de euros, un seis por ciento menos que en 2019. Las empresas que perdieron y sus pérdidas se dispararon por el efecto COVID, crecieron un 60%, y el resultado contable de las que ganaron fue menos que en 2019 con la cifra de empresas en beneficios más baja desde 2014.
Otro grupo de actividad relevante para la economía provincial es el de la agricultura. El campo fue uno de los que mejor salvó el impacto del coronavirus, aunque también notó el golpe de la crisis sanitaria en la cuenta de resultados que se redujo algo más del ocho por ciento. Aquí también hay récord de empresas con pérdidas, 525, y de pérdidas, 10,8 millones. Eso sí, las que ganaron, 623, cerraron el segundo mejor año de beneficios antes de impuestos.
El ladrillo fue el que salvó mejor el año del coronavirus. Las empresas de construcción y las actividades inmobiliarias mejoraron sus resultados hasta los 60,5 millones de euros, su mejor dato de la historia y teniendo en cuenta que hace menos de una década, en 2013, esas cuentas arrojaban un déficit de 81,2 millones. Eso sí, más de la mitad de las compañías de la construcción pierde dinero, 24,7 millones, algo que ocurre tradicionalmente en este grupo de actividad, y las 1.600 empresas con resultado contable positivo llegó a 85 millones
Las que directamente cerraron con números rojos fueron las empresas de servicios personales y ocio. Más de 6,6 millones de pérdidas, con siete de cada diez compañías despidiendo el año del coronavirus con una cuenta de resultados negativa.
"Incertidumbre". Tras los efectos de la pandemia, las empresas miran con recelo la que podría ser una nueva crisis. «El grado de incertidumbre es grande y la gente no sabe a qué atenerse», comenta el presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Marín, quien comentó que con la subida de precios, suben los tipos de interés y se endurecen las condiciones de los bancos para las pymes.
Además, señaló la bajada de la producción en las campañas agrarias y la subida del coste de la energía. Por todo ello, señaló que lo peor es el grado de incertidumbre tan alto que hay y la posibilidad de que se produzca «una inflación de segunda generación», lo que sería «muy peligroso» para las pymes. De registrarse una nueva crisis, «llovería sobre mojado».