De ser tendencia a la preocupación

M. E.
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Elena Cañizares reconoce su inquietud por el acoso al que están siendo sometidas sus compañeras de piso tras hacerse viral su denuncia

Elena Cañizares, antes de dar positivo por COVID-19. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Elena Cañizares, la joven almagreña que ‘reventó’ la red social Twitter tras hacer pública la denuncia de que sus tres compañeras de piso le pidieron que abandonara el mismo tras dar positivo por coronavirus, vivió este martes un día mucho más tranquilo y relajado, aunque aún muy lejos de la ‘normalidad’ que solía presidir su día a día como estudiante de Enfermería en Ciudad Real. Si el lunes su testimonio estuvo en casi todas las televisiones, radios, periódicos y otros medios de comunicación del país, concediendo más de una veintena de entrevistas, ayer martes tuvo más tiempo para descansar y reflexionar sobre todo lo que había sucedido. En cuestión de horas pasaba de ser ‘una más’ a convertirse en la joven más famosa del momento, con más de 63.000 seguidores en Twitter y decenas de miles de interacciones en todos sus mensajes. Todo un fenómeno viral que le llegó a «abrumar». 

Más sosegada y tranquila, Elena Cañizares se confesaba con La Tribuna reconociendo que, si todo esto lo llega a saber, hubiera sido más prudente con su denuncia, aunque en ningún caso se hubiera callado. Está convencida de que la actitud de sus tres compañeras de piso no fue la adecuada, y por ello quiso airear su denuncia, para dar ejemplo y que esta «discriminación» no la sufriera ningún afectado más por el virus. «Si llego a saber que todo esto se iba a hacer tan viral, lo hubiera hecho con más precaución, sin dar nombres o distorsionando las voces de las conversaciones para que no fueran reconocidas», admite.

Porque de todas las sensaciones acumuladas en las últimas horas, Elena se queda con la «preocupación» por el acoso en las redes sociales al que están siendo sometidas las tres compañeras de piso, e incluso otras amigas con el mismo nombre que nada tienen que ver. «Todo esto me ha puesto muy nerviosa. La gente no atiende a razones y sigue acosándolas. Yo he pedido que las dejen en paz, pero muchos siguen. No sé qué hacer más», lamenta.

En este sentido, asegura estar más tranquila desde que el Colegio de Enfermería de Ciudad Real se puso en contacto con ella para poner a su disposición sus servicios jurídicos, como si se tratara de una colegiada más, si es objeto de denuncias. 

Apoyos y obsequios.

En unos casos de un modo sincero y en otros, aprovechando el foco mediático que ofrecía Elena, muchos fueron las empresas y particulares que le mostraron su apoyo, prometiendo envíos de comida, ropa, libros y hasta una nevera. Incluso, un operador de telefonía móvil y fibra le ofreció la estancia en un piso durante todo un año. Sin embargo, la almagreña intentará llegar a un acuerdo para que el coste de ese alquiler sea donado a una ONG. «Hay gente que necesita más que yo que le paguen el alquiler de un piso. Del resto obsequios estoy pensando en subastarlos y donar el dinero a alguna ONGde lucha contra el COVID», afirma.