Músculo joven para emprender

M.L.
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Con su recién creado centro deportivo, Macario Polo es uno de esos jóvenes autónomos en 'peligro de extinción' que aún hay en la capital

Músculo joven para emprender - Foto: Tomás Fernández de Moya

Con sólo 25 años echarse a la espalda un negocio y buscarse un futuro laboral propio es más que meritorio. Esto es lo que ha hecho Macario Polo, un joven ciudadrealeño que hace tan sólo un mes abrió las puertas de un nuevo negocio, un centro deportivo, H Sport Center, ubicado en la calle Olivo, esquina con Obispo Hervás, y que cada día despliega una sonrisa al entrar al que es su primer negocio propio.

Un proyecto que ha planteado con ilusión y con mucho mimo y con el que se está adentrando en el complicado mundo del autónomo, máxime en este tiempo de incertidumbre y de inflación disparada en el que los autónomos jóvenes abandonan el barco y buscan la estabilidad de un empleo de funcionario, para toda la vida.

Él, sin embargo, nada a contracorriente, pero lo hace con su sueño bajo el brazo y con la que es su máxima satisfacción: «Puedes trabajar a tu manera y ver cómo los clientes experimentan una mejoría», afirma este joven emprendedor que tras trabajar durante un tiempo en clínicas con multiprofesionales ha dado el salto para montar su propio centro de trabajo.

Es graduado en Ciencias del Deporte, donde se formó en Toledo, así como Máster en Prevención y Readaptación de Lesiones y también Máster en Investigación de Ejercicio y Patologías. Tras no encontrar mucha oferta laboral en su sector o en condiciones no muy buenas en las que hallaba, pasó a formar parte del colectivo que cotiza bajo el régimen especial de autónomo, ese mundo en el que hace tan solo un mes se le cargó una cuota de 350 euros y en el que tiene que sopesar algunos contras como «no tienes derecho a paro y las vacaciones no son pagadas», del mismo modo que apuntó a los inconvenientes que supondría si tuviera que cogerse una baja. No obstante, del lado positivo de ser autónomo, destaca la posibilidad de gestionarse su propio horario, aunque a veces sea a costa de echar muchas horas de trabajo al día o la satisfacción de desarrollar como uno desea el trabajo que ha elegido. «En cuanto al negocio yo he intentado ofrecer el servicio de un entrenamiento personal al precio de un entrenamiento en grupo, como mucho grupos de cuatro personas en los que cada uno hace su entrenamiento», que es adecuado al estado físico, posibles lesiones o la finalidad del entrenamiento, concluye.