El aceite de oliva supera los 4 € y marcará una campaña corta

M. Lillo
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El sector agrario y cooperativo destaca la afectación que está teniendo la sequía para este cultivo con apenas enlace de campaña y una rápida escalada de su importe en los mercados

El precio del aceite a granel está experimentando una rápida escale en los últimos días. - Foto: Rueda villaverde

Tras la vendimia, que está dando sus últimos coletazos en la provincia, arrancará la campaña de recogida de la aceituna, una campaña que este año estará marcada por la sequía que ha venido afectado al conjunto de España y que no sólo supondrá una importante merma en la producción, sino también una «tensión en los precios». 

De hecho, esta situación en los precios ya se está notando en los mercados, donde el aceite de oliva supera los cuatro euros la tonelada, siendo índices de comercialización a granel, en las almazaras y cooperativas. Otra cosa es el precio que se fija en los supermercados para los consumidores. 

Son cifras «prácticamente récord», afirma el secretario general de Asaja Ciudad Real, Florencio Rodríguez. En concreto, el aceite de oliva virgen extra está en estos días a una media de 4,380 euros el kilo, cuando el año pasado se situaba en los 3,249 euros; el virgen se paga a 4,224 euros de media, frente a los tres euros que rozaba el año pasado; y el lampante se abona a una media de 3,994 euros el kilo, frente a los 2,853 euros del mismo periodo del año pasado, según los datos del portal POOLred, que refleja que se cerraron operaciones de virgen extra a un máximo de 4,7 euros el kilo y del lampante de hasta 4,2 euros. 

Para el responsable de la Sectorial del Aceite de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Gregorio Gómez, se trata de datos que reflejan «una verdad a medias», pues indica que la mayoría de la cosecha del año pasado está «vendida desde hace tiempo» y actualmente se está «comercializando muy poco», de manera que ese poco que se vende se paga «a un precio más caro», alrededor de los cuatro euros señalados. 

De este modo, se une el escaso enlace de campaña del año pasado con la previsión de una cosecha «muy corta», con entre 80.000 y 90.000 toneladas en el conjunto de la región, mientras que en el caso de la provincia de Ciudad Real, que suele acaparar alrededor del 40%, será de unas 34.000 toneladas, frente a las 53.000 de la campaña de 2020, la última de las consideradas 'normales'. 

A menor oferta, mayor precio, aunque el sector confiesa que no es partidario de un incremento del precio del aceite de oliva que podría espantar a los consumidores y ahuyentarlos hacia otros tipos de aceite. «Ni al mismo sector nos interesa que suba más. El precio justo para que el agricultor cubra los gastos de criar el olivo y para que el consumidor pueda comprarlo está oscilando los cuatro euros», detalló el representante de Cooperativas Agroalimentarias. Por esta razón, afirmó que, a su juicio, el precio del aceite «se estabilizará cuando salga la nueva producción al mercado». 

No comparte del todo esta opinión el representante de Asaja Ciudad Real, quien prevé «firmeza y tensión de precios al alza en los mercados nacionales e internacionales» tras la que será una campaña «muy, muy corta». Y la culpa de esta escasa producción se encuentra en la sequía. La falta de precipitaciones está haciendo mella en la producción de este cultivo leñoso, el más importante de la provincia tras el viñedo. La previsión es mala, aunque las cifras pueden variar aún dependiendo si llueve algo más. De momento, lo caído a principios de semana no es suficiente para dar un giro significativo a las estimaciones de cosecha. 

Pero esta situación no es nueva. La campaña pasada, la de 2021, se adelantó a primeros de noviembre también por la sequía y mientras que al inicio se preveía un descenso de hasta el 30% en relación con las 53.000 toneladas de 2020, finalmente se situó en una merma de en torno al 15%.

Ahora, tras un año en el que se ha hecho más profunda la huella de la falta de agua, la situación ya no solo se ve complicada para este año, también para la del año que viene. Así lo puso de manifiesto Florencio Rodríguez, quien apuntó a la «inseguridad que hay también debido a la sequía para la campaña de 2023-2024».

«La situación es complicada y hace que los precios sean prácticamente de récord», comentó en relación con que «las salidas mes a mes pueden provocar una situación de tensión de precios a lo largo de los próximos meses». 

Las variedades más tempranas de aceituna, que se suelen empezar a recoger a mediados de noviembre, se podrían volver a adelantar en esta ocasión, aunque los representantes agrarios aún miran al cielo para evaluar el impacto real que va a tener en el campo. «Si no llueve será una campaña muy complicada», apostilló Gregorio Gómez. Sin embargo, en el caso de que se registraran lluvias significativas, el escenario se podría tornar menos oscuro en la provincia, aunque en el conjunto del país también se prevé una cosecha baja, de unas 900.000 toneladas.