El Caserío Ciudad Real disputa este sábado en el pabellón Puerta de Santa María (19 horas) ante el SAFA Madrid su último partido como local de la temporada en el Grupo F de Primera Estatal, donde ocupa la segunda plaza empatado a puntos con el tercero, el Pinto, por lo que no tiene margen de error en su lucha por disputar la fase de ascenso a Plata. Juan Lumbreras, pivote del equipo, calificó el choque como "una final. A falta de dos jornadas para la conclusión de la liga regular seguimos dependiendo de nosotros mismos en una liga muy igualada, pero como te relajes o no entre la pelota se complicarán las cosas".

El jugador ciudadrealeño recordó que en la primera vuelta lograron vencer por la mínima en el último segundo en la pista del SAFA, lo que habla del peligro de un rival que a estas alturas ya no se jugará nada. En la última jornada los ciudadrealeños visitarán la pista del Palma del Río, "un pabellón muy complicado", advirtió Lumbreras, que cree será necesario ganar los dos partidos que restan para mantener esa privilegiada posición. "Si no lo conseguimos no mereceremos disputar esa fase", apostilló.

El pívot del Caserío destacó el poderío físico del bloque ciudadrealeño y la amplitud de la plantilla, que están siendo determinantes para mantenerse en la zona alta de la clasificación de este Grupo F de Primera Estatal. "Estamos como motos físicamente y estamos con muchas ganas", confesó.

En cuanto al rival, un SAFA que está en mitad de la tabla, Lumbreras indicó que "está poniendo las cosas muy complicadas a los equipos de arriba. No se juegan nada, así que estarán sin presión e intentarán dar la cara", de ahí que solicitó el apoyo de la afición para este choque.

"Nos va la vida en ello, para nosotros es una final", aseguró el director general del Caserío, Antonio Caba, que anunció que como preámbulo al encuentro, a las 16.30 horas, se celebrará un torneo de benjamines, el Torneo Casa Pepe, con el que se pretende fomentar la cantera.

Además, Caba confesó que ya han comenzado las gestiones para intentar acoger de nuevo la fase de ascenso a la División de Honor Plata, en el caso de que el equipo logre acabar entre los dos primeros. El pabellón sería el Puerta de Santa María.