La Hermandad de Alarcos celebrará una misa a puerta cerrada

Manuel Espadas
-

Tras la suspensión de la tradicional romería y el resto de actos, el lunes se llevará a cabo un oficio con la asistencia del sacerdote y una veintena de personas

La Virgen de Alarcos, en su ermita y rodeada de romeros. - Foto: RUEDA VILLAVERDE

Este fin de semana se presenta en Ciudad Real huérfano de una de sus tradiciones con más arraigo. La situación de alerta sanitaria obligó en su día a suspender todos los actos relacionados con la festividad de la Virgen de Alarcos, que se celebra este lunes en la capital. El Ayuntamiento, la Hermandad de Nuestra Señora de Alarcos, la Parroquia de San Pedro, la Federación de Peñas Alarcos y la Asociación de Coros y Danzas Nuestra Señora del Prado decidieron a mediados de abril cancelar la Romería de Alarcos y todos sus actos paralelos.

Sin embargo, y a sugerencia de Pablo Martín del Burgo, párroco de San Pedro, sede canónica de la Hermandad de Nuestra Señora de Alarcos, se tomaba la decisión, al menos, de tener un pequeño recuerdo con la patrona. Un recuerdo en forma de misa a puerta cerrada en la ermita de Alarcos en el medio día de este lunes (horario exacto por confirmar al cierre de esta edición).

Al acto apenas están invitados una veintena de asistentes, entre el sacerdote e integrantes del grupo de canto de Pedro Sánchez, algunos de ellos miembros de esta Hermandad. Eso sí, todos los ciudadrealeños que deseen seguir esta misa desde la distancia lo podrán hacer a través de la televisión municipal CRTV.

Su presidente, Antonio Baptista, asume con resignación esta singular situación, recordando que es la primera vez que no se realiza el traslado de la Virgen en romería, de un modo u otro, en los 35 años de existencia de la Hermandad. «En esta situación lo importante es la salud. Ya tendremos la ocasión de volver a disfrutar de la Romería de Alarcos el año que viene», afirma Antonio Baptista.

De este modo, la venerada Virgen de Santa María de Alarcos permanecerá todo el año en su ermita, aguardando la llegada de tiempos mejores, para lo que sus fieles devotos rezarán durante este oficio, íntimo pero seguro que muy sentido y especial.