Pocas veces la aprobación de una ley se ha celebrado en el salón de plenos con tanto júbilo. Fue a eso de las 14:00 de la tarde cuando PSOE, PP y Ciudadanos votaron unánimente la primera Ley LGTBI de Castilla-La Mancha porque hoy importaban más los colores del arco iris que los de cada partido. Nada más hacer el recuento de los votos, el presidente de las Cortes anunció la aprobación de la ley y la tribuna de invitados, que estaba a rebosar de representantes de estos colectivos, lo empezó a festejar con aplausos, ondeando sus banderas y coreando 'sí, sí, sí, la ley ya está aquí'.

A la consejera de Igualdad, Blanca Fernández, se la vio emocionada en ese momento y también se la escuchó emocionada durante su primera intervención en el debate: «Hoy es un día especial, muy especial para mí en lo político y en lo personal». Confesó que se ha tardado mucho en sacar esta normativa porque ha estado «muy participada», con más de 500 alegaciones. Quiso dar las gracias a los partidos políticos, que han trabajado de manera conjunta en sacar esta ley por acuerdo.

El apoyo del PSOE lo tenía de seguro, por eso incidió en su agradecimiento a la oposición. «Desde el primer momento tanto Ciudadanos como PP me dejaron muy claro que iban a apoyar al Gobierno en esta trayectoria, en este camino», apuntó. Y les agradeció «también por haber aguantado presiones, que las han aguantado, uno más que otros».

La Ley LGTBI sale aprobada de las Cortes por unanimidad - Foto: Javier PozoEn cuanto al contenido de la ley, destacó que se ha elaborado para cumplir un «mandato constitucional» para garantizar la igualdad y luchar contra la discriminación y agresiones.  «¿Qué persona LGTBI no te ha dicho que como mínimo alguna vez no le han insultado o sufrido mobing o acoso? Podemos ser cínicos, pero sabemos que esto es así», recalcó. 

Por eso la ley garantiza asesoramiento psicológico o jurídico, posibilita la creación de un recurso de acogida para quien se ve obligado a irse de su casa o permite a la Junta personarse en caso de asesinato.  También incide en el trabajo en las escuelas.¿Quién puede estar en contra de que eduquemos a nuestros hijos en las aulas en empatía, comprensión, tolerancia?» expuso, «¿qué problema hay en llevar a las aulas valores de siempre?».

La diputada que intervino del PP, Gema Guerrero, destacó que en España el grado de aceptación por parte de la sociedad es más alto que en otros países del entorno, pero lamentó que «no es menos cierto que aún nos encontramos con actitudes discriminatorias contra el colectivo». 

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