Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


El golferío nacional se desborda

21/04/2022

Hay muchos españoles, pero que muchos, entre los que me encuentro, que no son, no somos, capaces de empezar a entender, cada mañana, la facilidad y el descaro con  los que en este puñetero país, otrora pobre pero serio y honrado -en esto incluyo a Lázaro  de Tormes y a todos los lázaros, e incluso a todos los Dioni que en el mundo han sido-, se montan chiringuitos de todo tipo y pelaje, para enriquecerse de manera golfa, delincuencial y cabreante para la mayoría de los españoles, que vamos con la ley  y las correctas normas por delante.

Y es que aquí, ya lo sabemos, la nómina de los golfos, y así lo viene denominando nuestro querido y respetado Mambrino, el del Yelmo, desde que servidor de ustedes principió, hace unos cincuenta años, a escribir artículos bajo éste u otros nombres, digo que la nómina de los golfos con título, más la lista de los aspirantes a ello, a golfos, que aún no han pasado el examen ni aprobado la oposición correspondiente, hará que la cosa de los que buscan el dinero fácil suba y suba como la espuma de los malos vinos con agujeros, desde los mejores champagne a los más vulgares cavas, que de todo hay, desgraciadamente, en la viña del señor Dom Perignon o en la del tío Eustaquio. 

Ya ven como, por si teníamos poco golferío y poco trinque, especialmente en el mundo de la política y de los movimientos de ciertos negocios y demás, ahora nos salen con un intento de pelotazo a lo grande, pero grande, en el que, inexplicablemente, gentes relevantes del fútbol -mañana será el ciclismo, o el tenis, o la carrera de galgos, o la petanca, o la pesca del cangrejo rojo de río, cada uno en su importancia e influencia en el panorama nacional-  se había, se han, montado una  historia, a la vez simple a la vez enrevesada, en la que jugando muy sucio, nunca mejor dicho porque hablando de fútbol estamos, para llevarse una buena pila de millones de euros, burlarse de todos los españoles, incluidos los que no somos futboleros, y vender la final, o no sé muy bien qué coño llevarse, y dejar algo que es nuestro, digan lo que digan y se apoyen en lo que quieran apoyarse. 

Al frente del negocio, el presidente de la Federación Española -Sánchez, ¡prohibe el uso del término Española!- y el jugador del Barcelona Piqué, que, al parecer, tiene alma de comisionista. Unos dicen que todo este embrollo era legal, otros que huele más podrido que lo de Dinamarca y que algunos otras miles cosas en este, insisto, puñetero y engolfado país, espero que logremos ver algo, aunque  noto escasa diligencia de la Fiscalía, o de quien corresponda -V. G., el añorado, por su efectividad, Auxilio Social-, para iniciar alguna investigación o así.

Si fuese una golfería del PP, o incluso de Vox, Ferreritas nos tendría machacados como una pella de bosta debajo de las ruedacas de un tractor o de las cadenas de un tanque de Putín, (o de Putón).