Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


El Supremo rehabilita, y más, al coronel De los Cobos

30/03/2023

No les quepa la menor duda de que de tener Pedro Sánchez la potestad de adjudicar títulos nobiliarios -ducados, marquesados, condados, vizcondados, baronías y hasta porteros de finca urbana-, estaría ya hoy cocidito, fuese el que fuese el elegido, el que sin duda otorgaría a nuestra incombustible Ana Obregón, dado el inmenso favor que le ha hecho, y así seguirá por tiempo indeterminado, esta influencer de ¿68? añazos. Y es que ya sabe, usted lector y el resto de los españoles a los que le va el mundo del corazón, la lágrima, el chisme y la farándula barata, que a Ana Obregón, incapaz de superar la muerte de su hijo, decidió hace meses adoptar una hija por el método de maternidad subrogada. Y ya han visto ustedes que una buena parte de España, empezando por la prensa digital, y demás medios de comunicación proclives a este tipo de asuntos, más lo que las feministas y demás compañeras, compañeros y ¿compañeres, Irene?, urdieron, liaron y reliaron en el Congreso y demás foros, forillos y barras de bar y tabernas, con aquello de reabrir el debate de la subrogación y demás leyes, planes, modos de afrontar el tema que nos ocupa y ha permitido, parece que de forma, modo y resultado legal, ha permitido a Ana Obregón, iniciar el camino hacia la paz y el sosiego causado por la muerte de su hijo Aless Lecquio. Pero no se vea en estas líneas ni un atisbo de censura para Ana, su decisión y su logro, -¡bastante tiene y seguirá teniendo!- véase una crítica dura, y si quieren ácida, hacia tanto cuentista, tanto aprovechado, tanto, -en esto hay más buitras que buitres, que se levantan todas las mañanas, o todas las tardes, o todas las noches, que vaya uno aquí a saber cuando se levanta cada cual, con un solo pensamiento y un solo plan: mirar por todos los medios que no se les escape la ruina, el divorcio, el crimen o el desparcimiento de alguno o alguna, ya que las páginas del couché o los espacios en las ondas y las cámaras hay que llenarlos como sea y a costa de lo que sea. Aunque ello, y más si el lío adquiere las dimensiones de ayer, que ya digo distrajo, el lío, a más de media España, lo que al PSOE, inmerso en algún que otro lío con tíos, sobrinos, coroneles sectaria e injustamente perseguidos y purgados -de esto sabe servidor de ustedes un poco-, generales encarcelados, directoras generales que huyen, porque parece que han pillado al esposo en el despacho de uno o varios notarios, ello en plan de escriturar, para luego inscribir propiedades de primera categoría. 
Por todo esto y más, insisto, no vean nada contra Ana Obregón; véanlo contra la raza política, que tardó minutos en echar las campanas al vuelo de la desinformación, la distorsión y ocultamiento de los problemas del Gobierno, y algunos de la oposición aunque menos, muchos menos, y ello a solo semanas ya de las municipales y autonómicas, y… en lontananza de finales de año, las generales. Por esto, porque la tragedia de Ana Obregón revolucionó el día, -ya veremos cuantas semanas y cuentos meses seguirá jugando este papel-, y arropó a Pedro Sánchez y a su Gobierno Frank…, perdón, me gusta más Pájaro Loco, es por lo que este, el boos de todos los booses, le habría dado un ducado, cuando menos, e incluso le hubiese regalado un cartón de Fortuna, que es más suave.