Piden mejoras para «un servicio que deja que desear»

M. Lillo
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El presidente de la nueva asociación AVE Ciudad Real reclama que se mantenga la mayor flexibilización en el uso de abonos, así como posibles ayudas directas o deducciones para facilitar su utilización

Álvaro García, presidente de la asociación, en la estación ayer de Ciudad Real tras su llegada desde Madrid. - Foto: Rueda Villaverde

La puesta en marcha de la Alta Velocidad Española (AVE) fue «en su momento bastante importante para Ciudad Real y la provincia», que entonces dejó de estar «prácticamente incomunicada» a aprovechar su posición geográfica para lograr que hiciera parada el que era uno de los trenes más modernos de Europa. Así lo reconoce el presidente de la Asociación AVE Ciudad Real, Álvaro García, quien señala, no obstante, que a pesar del tirón que tuvo entonces, es necesario pensar en el ahora, en la nueva generación de usuarios de este tren y en las circunstancias laborales derivadas de la pandemia.

Han pasado 30 años y a muchos de los usuarios ya les queda lejano aquel hito. Él mismo, un joven abogado de 31 años que combina los desplazamientos en tren a Madrid con el teletrabajo, es un ejemplo de este nuevo perfil, los commuter. Apunta a los cambios que ha habido desde aquel 1992 y reclama mejoras con un único objetivo: «Que el tren vaya lleno, pero con condiciones dignas».

Para el presidente de esta asociación, que echó a andar a finales del pasado año y que cuenta con unos 70 socios, el servicio de Alta Velocidad «deja mucho que desear». Aunque poco a poco se han ido recuperando frecuencias tras la parálisis que supuso la pandemia, todavía no ha regresado el tren con salida a las 8.07 horas de Ciudad Real y a las 12,32 y los de vuelta desde Madrid a las 20.15 horas y a las 22.15 horas. Además, piden que se adelante el de las 6.42 para que tenga salida a las 6.15 horas desde Puertollano y a las 6.30 horas desde Ciudad Real.  

García pide que se mantenga la flexibilización en el empleo de los abonos que se implantó con la crisis sanitaria y cuya moratoria vence en poco más de dos meses, a finales de junio. Reclama que se haga definitiva la validez de 20 días para el uso del abono de diez viajes, frente a los ocho en los que se tenían que utilizar antes de la pandemia, y de 60 días para el abono de entre 30 y 50 viajes, frente a los 30 días al que obligaba el periodo anterior.

Señala el peso que tiene en la actualidad el teletrabajo, de manera que muchos usuarios ya no viajan diariamente a Madrid, sino que combinan los desplazamientos dos o tres días a la semana con el teletrabajo los días laborales restantes y de ahí que reclamen que la extensión del plazo de uso «sea permanente».

Otra de las demandas de esta asociación es la concesión de ayudas directas o deducciones fiscales para los pasajeros que cumplan unos requisitos como estar empadronados en Castilla-La Mancha, mantener una vinculación laboral con empresas, entidades o instituciones ubicadas en la Comunidad de Madrid o que su domicilio fiscal esté en la región. Una fórmula que plantean sería la de abrir ayudas directas por parte de Renfe o a través de deducciones en el tramo autonómico.

García señala al coste que tienen los abonos: 121,4 euros para los 10 viajes y de 476,9 el de 40 años, y temen «una subida inminente» del precio de los billetes debido al precio de la luz o, como mucho, «al argumento para no dar ayudas» cuando consideran que juegan un papel clave para frenar la despoblación que afecta a la tierra.

Una voz en el desierto

Otra de las quejas de esta asociación es la falta de interlocutores. Ni Renfe ni la alcaldesa de Ciudad Real les han recibido para escuchar sus demandas, aunque en el Ayuntamiento de la capital se aprobó una moción para reclamar mejoras para el servicio. Sólo han mantenido conversaciones - dijo- con el Grupo Popular, con el parlamentario nacional del PSOE Miguel González y con algún concejal del Ayuntamiento de Puertollano. Lamentan en esta asociación la «desidia» de los dirigentes políticos en relación con una cuestión tan importante para el desarrollo de la provincia.

Por último, reclaman que el tren Iryo, el primero que se pondrá en marcha con un operador privado tras la liberalización del tráfico ferroviario de pasajeros en noviembre, con rutas como la Madrid-Córdoba o Madrid-Sevilla y Málaga, tenga parada en Ciudad Real y Puertollano. «Es bastante insultante que sea una tierra de paso y a mí, si fuera político, me daría sonrojo que pase de largo por aquí», dijo en referencia a que eso implicaría el que haya «ciudadanos de segunda y de tercera».