La fuerza del activismo LGTBI

Agencias
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Cuatro figuras esenciales del colectivo, que contribuyeron a la conquista de derechos como el matrimonio igualitario o a la futura ley trans, reivindican el camino que aún queda por recorrer

1 · Boti García Rodrigo fue una de las fundadoras de la Federación. 2 · Toni Poveda tomó las riendas en 2007. 3 · Beatriz Gimeno, integrante desde los inicios. 4 · Uge San Gil, actual presidenta de la Felgtbi+. - Foto: Emilio Naranjo (EFE)

La celebración ayer del Día Internacional del Orgullo LGTBI, que reivindica la diversidad y la defensa de la igualdad, vuelve a visibilizar la lucha social. Y lo hace con la voz de Beatriz, Toni, Boti y Uge, cuatro figuras destacadas del activismo LGTBI que han contribuido a la conquista de derechos del colectivo como el matrimonio igualitario o la futura ley trans.

Beatriz Gimeno, Toni Poveda, Boti García Rodrigo y Uge San Gil cuentan en esta jornada tan especial para ellos su paso al frente de la Federación Estatal de Lesbianas Gais Trans, Bisexaules, Intersexuales y más (Felgtbi+), que este año cumple 30 años y cuyo bagaje es imprescindible para comprender los hitos conseguidos por el colectivo en España.

«La Federación se había fundado en los 90, pero se quedó en un período de latencia; no tenía actividad y en un momento dado unas cuantas personas decidimos refundarla para, fundamentalmente, tener una herramienta que luchara para conseguir modificaciones legales en España», recordó Gimeno, quien presidió la federación entre 2003 y 2007.

Eran finales de la década de los 90 y principios de los 2000 y entre esas personas se encontraba el socialista fallecido Pedro Zerolo, la propia Gimeno, Poveda y García Rodrigo.

El objetivo de entonces, rememoran los tres activistas, fue conseguir el matrimonio igualitario, algo que llegó en 2005 durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. «Era el momento propicio; se tuvieron que juntar muchos factores, pero desde luego teníamos claro que había que luchar por conseguirlo», señaló Gimeno.

«Fue el inicio de la lucha por la utopía, para ir a por la igualdad legal plena», apuntó García Rodrigo, actual directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI.

Cuando se aprobó la ley, la presidenta de la Federación era Gimeno, ahora diputada de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, y fue un hito que ella pensó que no vería nunca. «Queríamos que se casara gente porque teníamos la impresión de que así nadie pensaría en retrotraer o derogar la ley. Daba mucha alegría comprobar cómo la gente, incluso la más conservadora, enseguida se animó», rememoró Gimeno. A ella le sucedió Toni Poveda, que comenzó su período de presidente de la FELGTB -con él la Federación incluyó la B de bisexuales-, allá por 2007.

El Partido Popular había puesto el recurso de inconstitucionalidad en contra del matrimonio igualitario y acababa de entrar en vigor la ley que permitía a las personas transexuales cambiar de nombre y sexo en el Registro Civil y en el DNI sin necesidad de cirugía.

En esa época, detalla Poveda, uno de los objetivos fue consolidar el derecho al matrimonio y recordar que el PP, «que podía tirar para atrás una ley que nos había dado derechos y una inyección de autoestima que nunca había tenido nuestro colectivo». Integrar a las personas transexuales y seguir construyendo espacios para dar respuesta al VIH se incluían entre las metas.

Una sociedad receptiva

Boti García cogió las riendas de la Federación en 2012, el matrimonio igualitario ya estaba completamente normalizado, y había que trabajar por conseguir dar más pasos para la igualdad real. Para esta histórica activista de los derechos LGTBI, la sociedad española «siempre ha sido absolutamente receptiva a la disidencia sexual». Como muestra, explicó una anécdota con un taxista: iba en un taxi y hablaban en la radio del matrimonio igualitario, y se giró el taxista y me dijo: «Que les den lo que piden, no quitan nada a nadie». Boti, en ese momento, se dio cuenta de que el colectivo LGTB «tenía conquistada a la sociedad, había conseguido claramente el apoyo social».

Y la sociedad ha avanzado, pero aún queda mucho camino por recorrer, insiste la actual presidenta de la Felgtbi+, Uge San Gil, y la entrada en vigor de la ley trans es «el principal reto», pero no el único: combatir los discursos de odio y que haya educación en la diversidad dentro de las aulas para acabar con el acoso a los adolescentes y jóvenes LGTBI.