La crisis sanitaria ha traído con ella una crisis económica de unas proporciones que, de momento, solo se vislumbran. Se trata de una situación crítica y que ha conllevado un aumento de las necesidades de ayuda por parte de los ciudadanos, hasta el punto de que casi un millar de familias, 961, han pedido el apoyo de Cáritas para llegar a final de mes por primera vez. Solo en los dos meses de epidemia, desde el 16 de marzo hasta el 15 de mayo, 2.444 familias han sido atendidas por la organización en la provincia. Desde la entidad recuerdan los ERTE, los despidos o la paralización del sistema laboral y que ha provocado que muchas casas se encuentren sin ingresos, a los que se suman quienes trabajaban en una economía sumergida que ha desaparecido durante los días del confinamiento.
«Hay mucha gente que vivía al día con su nómina», explica el director de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, Fermín Gassol, quien apunta que la situación actual ha provocado que personas que hasta ahora no tenían necesidad se vean obligadas a acudir a Cáritas u otras entidades para cubrir aspectos de primera necesidad. De hecho, muchas de las ayudas se destinan a comprar alimentos y productos de higiene, más que el pago de alquiler o recibos de hipotecas. «Lo primero es comer y después hay que pagar las ayudas más básicas, como la hipoteca», dijo Gassol, quien expuso que en el primer tramo de la crisis se solicitó apoyo para comida y en las últimas semanas ha sido para la vivienda. Las ayudas ya superan las 5.000 intervenciones con un gasto de casi 160.000 euros. El 85% de las ayudas están destinadas al acompañamiento y productos de primera necesidad, a través de la entregan de vales para la adquisición de estos productos por parte de las Cáritas parroquiales.
A estos datos se suman 2.060 intervenciones en forma de ayudas psicológicas, un aspecto de atención de la entidad que han llevado a cabo técnicos y voluntarios de la entidad y que han intervenido con mayores para evitar que se sintieran aisladas. «Se trata de un canal de comunicación para no sentirse aisladas», explica Gassol.
A estas ayudas, el director de Cáritas recuerda que en los centros de atención están limitados por la normativa a solo una persona por habitación, «lo que hace que no podamos atender a todas las personas que quisiéramos».
Hay que tener en cuenta que con la crisis sanitaria Cáritas ha perdido una de sus fuentes de ingresos, las colectas del primer domingo de mes en las iglesias y que se dedican a la entidad. Lo que ha realizado la Iglesia para mantener la posibilidad de ofrecer estas ayudas es realizar donativos por transferencia, así como «una cuenta que el Obispado abrió, por iniciativa del obispo de Ciudad Real, para colaborar en estas ayudas», dijo Gassol.