Una campaña 'negra' por lo desastrosa o prácticamente en blanco en cuanto a la producción. Así será la temporada de almendra de este año, ya que «el 80 por ciento, o más, de la cosecha se ha perdido» en la provincia de Ciudad Real, según afirmó a La Tribuna el portavoz de la sectorial de Frutos Secos de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Emilio Galdrán. 

La causa es «que se ha juntado todo»:desde las heladas registradas meses atrás, cuando los almendros ya habían florecido, hasta los hongos y enfermedades producidas por las lluvias persistentes e incluso los daños que provocan los animales, tronchando árboles o haciendo que la producción caiga al suelo y se eche a perder. 

Por todo ello, la campaña se da «por perdida prácticamente» en el conjunto de la región, donde se prevé una merma del 65% de la producción en relación con el año pasado, cuando «fue ya pequeña» y del 80% si se compara con una campaña normal. La producción en la región podría pasar de las 12.000 toneladas de 2021 a unas 4.000 en este 2022, siendo las provincias de Ciudad Real y de Guadalajara las que menos cosecha tendrán debido también al menor peso que representa este cultivo en el conjunto de la región y a lo que ya se da por perdido. 

El panorama no sólo se ensombrece para este año, también para el siguiente. Con tan poca producción y el precio de los abonos disparado, se prevé que muchos agricultores no les apliquen estos tratamientos, lo que podría afectar a la cosecha de 2023. La situación es tal que «en algunas zonas se están arrancando almendros, es muy preocupante», lamentó Galdrán. 

Los precios, además, tampoco darán para compensar y aunque se mantienen «no van a subir en gran medida», dado que el 80% de la producción mundial se concentra en Estados Unidos y aunque habrá allí también menos cosecha debido a la sequía, lo que sale del almendro da para abastecer el mercado, ya que también queda bastante reserva de la cosecha mundial anterior. No obstante, el representante de Cooperativas Agroalimentarias confía en que esta circunstancia no nuble en exceso la mayor apuesta que se ha venido haciendo por este cultivo en los últimos años, dado que requiere de un menor consumo de agua y se ha demostrado como rentable. «La gente se lo está pensando un poco más, pero con los precios que tenemos y si la situación es normal, es un producto rentable», concluyó.