La lotera acusada declara que cobró el boleto porque era suyo

Pilar Muñoz
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La víctima se enteró de que su boleto estaba premiado por la Policía y declaró que «confiaba» en la lotera, se fió de ella cuando le dijo que no tenía premio. La procesada en su descargo habla de manejos ocultos

La acusada, ante la juez de Penal 2 de Ciudad Real, declaró que el boleto de la Primitiva premiado era suyo, sin acreditar dónde lo compró - Foto: Tomás Fernández de Moya

La lotera acusada de un delito de estafa, engañar a unos clientes diciéndoles que su boleto de la Primitiva no estaba premiado para después cobrar ella el premio, niega los hechos ante la magistrada del Juzgado de lo Penal 2 de Ciudad Real y en el uso al derecho a la última palabra en el juicio ha ejercido su defensa manifestando creer que «están jugando conmigo. Algo pasa. Se están ocultando cosas. Han ocurrido muchas cosas anteriormente en los sorteos y se están tapando conmigo», ha señalado este martes, tratando de sembrar la sombra de la sospecha.

Frente a su declaración exculpatoria, el testimonio de la víctima que se enteró del asunto meses después por la Policía Nacional.

Los hechos enjuiciados este martes se remontan al 7 de marzo de 2019, cuando una señora fue a la administración de lotería que regentaba la procesada, Consuelo S. P., en el centro comercial de la Avenida Europa de Ciudad Real para saber si sus boletos habían resultado premiados. La lotera le dijo que no y se marchó «confiada».

La mujer ha declarado ante la juez que juega con asiduidad la misma combinación de números desde hace años, hecho que ha sido clave en la investigación que abrió la Policía Nacional sobre la actuación de la lotera por si fuera constitutiva de delito a raíz de unas denuncias. La encausada ha negado los cargos, haber engañado a la cliente, tras alegar que el boleto premiado «era mío» y por eso lo cobró sin poder acreditar ante la juez dónde lo había comprado.

La acusada ha declarado no recordar que la denunciante fuera a comprobar si sus boletos habían resultado premiados. La fiscal Gema Romero del Hombrebueno le ha preguntado en el interrogatorio sobre la mecánica de comprobación de un boleto premiado y la acusada se ha limitado a decir que se pasa por una máquina y si está premiado aparece en una pantalla grande de cara al público. «Ellos ven la pantalla mejor que yo», ha argüido en su descargo. De hecho, es uno de los argumentos esgrimidos por su abogado que ha pedido la absolución para su cliente porque considera que los hechos que se le imputan no han quedado acreditados y también porque entiende que no se dan los elementos principales que se requiere en la comisión de un delito de estafa.

Según el letrado José Roldán, no existe engaño «bastante, suficiente, puesto que la víctima no había adoptado las medidas de protección exigible en este caso como era la simple medida de mirar la pantalla en la aparece si el boleto ha sido premiado».

«La creí, confié en ella». La mujer ha declarado bajo juramento que no miró la pantalla porque «confiaba en ella, la conocía de ir a su Administración de Lotería y si me decía que los boletos no estaban premiados, la creía». Pero, «desde entonces miro la pantalla, antes me fiaba, ya no», ha añadido a preguntas del abogado de la lotera procesada.

La víctima ignoraba que su boleto había sido premiado, se enteró por la Policía. Así lo han corroborado el instructor de las actuaciones por posible estafa y la empleada del despacho de Lotería de la plaza Mayor de Ciudad Real donde la víctima era una cliente asidua. «Siempre jugaba con los mismos números».

La Policía Nacional había abierto una investigación y fue a las administraciones de lotería de Ciudad Real con un listado para que les avisaran si una persona compraba un boleto con esos números.

 Así se pudo seguir el rastro y llegar hasta la víctima que se llevó un gran susto cuando le dijo la empleada de dicho despacho que había llamado a la Policía porque la estaban buscando. Fue cuando descubrió que su boleto había sido agraciado y que la lotera del centro comercial había cobrado horas después el premio e ingresado en la cuenta de su administración de lotería.

La fiscal considera acreditados los hechos y pide para la procesada una pena de dos años de cárcel, además de la responsabilidad civil.

La defensa solicita la absolución porque entiende que «no existe engaño, no hay dolo» y subraya que no se puede condenar por un delito distinto al que imputa la fiscal en relación a apropiación indebida o alzamiento de bienes. 

La Policía investigó otros posibles casos. La acusada negó de forma reiterada, siendo absuelta,  ha indicado su abogado en relación a otra actuación tras poner en tela de juicio la actuación policial al considerar que se queda  «corta» porque sólo se investigó unos años para saber el tiempo que la víctima llevaba jugando la misma combinación de números. Este hecho ha sido clave en la investigación y para sentar en el banquillo a la lotera, cuya administración permanece cerrada desde entonces en espera de la sentencia.

El letrado de la procesada ha invocado la doctrina jurisprudencial del Supremo relativa a los delitos de estafa,  apropiación indebida y alzamiento de bienes curándose en salud. Sostiene que no hay  estafa y que no se puede condenar a su cliente por un delito distinto al que imputa la fiscal porque causaría indefensión. Podría haber sido acusada de apropiación indebida o en en todo caso de alzamiento de bienes, ha argumentado.

Para la fiscal, no hay duda. Considera que hay prueba de cargo suficiente para condenar a la lotera que le dijo a la cliente que el boleto de la Primitiva no estaba premiado con «ánimo de lucro». Este martes ha declarado que cobró el boleto porque era suyo sin poder decir donde lo adquirió. «Me gusta comprar en otras administraciones, más que en la mía», ha justificado el hecho a preguntas de la fiscal.