Fecir recela de los datos del 'boom' de la contratación fija

R. Ch.
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«Estamos haciendo trampas al solitario», afirman en la patronal, donde advierten de la creación de «falsos fijos»

Fecir recela de los datos del ‘boom’ de la contratación fija - Foto: Christian Castrillo

Mujeres y hombres de 25 a 29 años en actividades, sobre todo, dedicadas a los servicios y a jornada completa para ellos y parcial para ellas. Ese es el perfil de los grandes beneficiados del 'boom' de la contratación indefinida que vive Ciudad Real y que en el pasado mes de abril marcó un hito: los contratos fijos superaron, por primera vez, a los temporales.

Nunca antes se había empleado tanto de manera indefinida en la provincia, unas cifras de estabilidad laboral que se consiguen tras la puesta en marcha de la reforma laboral que ha multiplicado por siete y por ocho el número, por ejemplo, de los contratos estables que firman en Ciudad Real los y las menores de 20 años en apenas cuatro meses. 

Una avalancha de altas fijas que la patronal Fecir pone en cuarentena. «Nos estamos haciendo trampas al solitario», advierte el presidente de la asociación empresarial de referencia en la provincia, Carlos Marín. La organización agraria Asaja abrió la pasada semana la caja de las dudas: «Si el Gobierno, con la reforma laboral, ha querido solucionar el problema de los 'falsos eventuales' en los diferentes sectores económicos, lo ha hecho creando otro problema, que es la creación de los 'falsos fijos'», una definición que comparte Marín. Los eventuales han pasado a ser fijos discontinuos y la evolución del mercado laboral este 2022 es «engañosa», asegura Marín, tras el cambio de las 'reglas de juego' para favorecer la estabilidad. Avisa de las repercusiones que tendrá en un plazo no muy largo, «con despidos y un aumento de los procedimientos en los juzgados» ante contratos fijos que no se podrán mantener y también con repercusiones queja ya a corto plazo: «Hay empresarios que con la incertidumbre actual y ante la obligación de contratar de forma fija no lo están haciendo». 

Algo con lo que también coincide el presidente de la asociación empresarial de la construcción de Ciudad Real (APEC), Manuel Carmona. «El reflejo que tiene en las estadísticas de contratación es que aumentan los contratos indefinidos, pero también hay que decir que si prácticamente no te dejan otra posibilidad de contratar, las empresas tienen dos opciones: o hacen el indefinido o no contratan». 

El del ladrillo es el sector que más ha notado este incremento de la estabilidad en la contratación. Carmona explica a La Tribuna que la construcción ha sido la única actividad al que la reforma le ha permitido tener un contrato «específico», el llamado contrato indefinido adscrito a obra, «que parte de la premisa de que la persona trabajadora en la construcción es indefinida, pero que si está adscrita a una obra y ésta finaliza, se le pueda extinguir y liquidar el contrato con una indemnización determinada». 

Para Carmona, esta realidad tiene «una doble derivada, pues si bien obliga a la contratación indefinida de principio, permite cierta flexibilidad en función del volumen de obras de la empresa, porque no hay que olvidar que la temporalidad es inherente a la actividad de algunos sectores como la construcción», algo que el presidente de los constructores de la provincia, recuerda, «no quiere decir ni que sean contratos precarios ni fraudulentos, como se vende muchas veces, sino simplemente que una empresa puede tener hoy cuatro obras y dentro de seis meses dos, y si bien es entendible que el personal de estructura permanezca, los trabajadores adscritos a la obra deben ser contratados en función de la actividad de la empresa». 

«En espera de cómo se utilicen e interpreten los contratos eventuales que permite la reforma laboral, y que siguen siendo una duda, el contrato indefinido adscrito a obra es prácticamente la única posibilidad que se deja para contratar», asegura Carmona. 

Para asumir esa estacionalidad, el nuevo marco de contratación abre la puerta a los contratos fijos discontinuos. En apenas cuatro meses, el número de ciudadrealeños que están dados de alta en la Seguridad Social con este tipo de relaciones ha crecido más del 50%.  Son trabajos estables, pero que se desarrollan de forma intermitente, lo que obliga a la empresa a contar con el trabajador en diferentes periodos para retomar la actividad. El peso de este tipo de contratos es aún minoritario en la provincia, apenas representan el dos por ciento del total, mientras que los ciudadrealeños fijos a tiempo completo son el 47% de los afiliados, pero su evolución va al alza. Este tipo de contratos se utilizan desde los monitores de esquí, o en el caso de las recolecciones de cosechas. Aquí, en Ciudad Real, a falta de que el campo active las grandes campañas, «la perspectiva del tiempo nos dirá el valor de estas medidas», apuntan fuentes de CEOE.