Si ha habido una figura de la legislación laboral que ha acaparado el protagonismo durante estos dos años de pandemia, esa ha sido sin duda la de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que, de la noche a la mañana, se convirtieron en el paraguas de protección de multitud de empresas y de trabajadores.
La vigencia de los ERTE finalizó ayer tras las sucesivas prórrogas que fue aprobando el Gobierno y los sindicatos. Ayer, 31 de marzo, fue el día del punto final de esta herramienta que tanto la patronal como los sindicatos han valorado. «Esta figura que se recogía en la anterior reforma laboral ha salvado la vida laboral y económica de muchos trabajadores y de muchas empresas», afirmó el presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Marín, quien reconoció que se trató de una herramienta «que se ha demostrado muy útil».
Esta función que han cumplido los ERTE también fueron resaltados por los sindicatos. «Salvó que se perdiera empleo en este país y salvó a muchas empresas para que no tuvieran que desaparecer o cerrar», afirmó el secretario general de CCOO en Ciudad Real, José Manuel Muñoz. «Las seis prórrogas de los ERTE han permitido en este país sobrepasar la pandemia con el rescate de puestos de trabajo de más de 3,6 millones de puestos de trabajo y han sido muy importantes a nivel social, ya que han permitido que muchas familias no se queden en la calle, porque esta crisis hubiera sido muchísimo peor para los trabajadores», suscribió por su parte la secretaria general de UGT en Ciudad Real, Alfonsi Álvarez.
No hay que olvidar que al inicio de la pandemia, en mayo de 2020, había en la provincia hasta 20.000 trabajadores acogidos a estos expedientes, una cifra que se fue desinflando poco a poco a medida que se fue recuperando la movilidad y reactivando la economía, si bien el pasado mes de febrero aún quedaban en esta situación 468 personas, según datos del Ministerio de Trabajo.
Como nota negativa en cuanto a los ERTE, Marín señaló no obstante la «incertidumbre» a la hora de fijar las sucesivas prórrogas.
En lo que discreparon patronal y sindicatos fue en los nuevos mecanismos de respuesta. Para el presidente de Fecir, la tendencia de los cambios introducidos en la nueva reforma laboral conllevan una mayor rigidez, cuando en un momento de crisis como el actual reclamó justo lo contrario: flexibilidad. Por su parte, Muñoz se refirió a los nuevos mecanismos red, «que viene a sustituir a estos ERTE» y que entran en vigor hoy mismo. Con ellos se permitirá que los empresarios «coticen menos a cambio de que en ningún caso se produzcan despidos». También como cuestión positiva, Álvarez señaló el programa formativo que incluyen esas nuevas herramientas, mientras que Carlos Marín indicó que todavía tienen que ver cómo funcionan estos nuevos mecanismos y pidió «ayudas directas» para las empresas que aún estuvieran en ERTE. Por último, los sindicatos contrastaron la salida de la crisis de 2008, que supuso una «sangría para el empleo», con la salida de la pandemia.