Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Cuatro reyes, hispanos, despidieron a Isabel de Windsor

22/09/2022

Se han apagado ya los armoniosos y, a la vez, vibrantes, sones de gaitas y tambores de guerra que nos han llegado estos días desde la vieja Inglaterra, más conocida por la pérfida Albión. Y las notas musicales han inundado los aires de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, más la comunidad de naciones, el Imperio de la reina Victoria, porque el pueblo británico volvió a tener que entonar, una vez más, el demorado célebre la reina, o el rey, en su caso, ha muerto, ¡Viva el rey! La reina muerta, Isabel Alejandra II, deja más huérfanos morales y políticos, de lo que uno pueda imaginar, ya que su reinado ha permanecido, impertérrito e inamovible, durante 70 años, saliendo siempre más o menos airosa de la situación o el trance, aunque, en verdad, con juzgarla y reconocerle su papel durante la II Guerra Mundial, ahí es nada, bastaría para considerarla una mujer excepcional para la Historia. Esto no quiere decir que los millones de personas que se han bebido sus exequias, fuesen, fuésemos, monárquicos, porque esa valoración sería absolutamente errónea, pero no es menos cierto que los funerales por Isabel II de Windsor ha sido algo de una magnificencia tal, que han interesado a millones y millones de propios y extraños.

Los funerales y su extensísimo y farragoso protocolo, fruto de cientos de años cuasi aislados en su isla y lo más alejados, aún estando juntos en una misma estancia, del pariente, el amigo, o la visita, tuvieron una extensión a la española. La decisión británica -¡no creo en casualidades ni chambas de ningún tipo!- de sentar, irremediablemente, juntos a los actuales reyes de España, Felipe y Letizia, y a sus antecesores, Juan Carlos y Sofía, lo que al parecer, según los que saben, los que saben menos, los que creen y dicen que saben y los demás, que entre todos son unos pocos abultan y viven de este tipo de cosas y trabajos, extensión casi calcada de la llamada prensa del corazón, que no deja de ser, el todo del anuncio TV del gurú que habla de toda la Liga y toda la Champions. Y sí, como parece que algo sí que hay de enfado familiar, especialmente por las cosas de Juanito en los últimos tiempos -por cierto, Corina, un pellejo, ¿discípula de Fito, el de Fitipaldi, y la hucha?-, pues hay que achacar, perversidad y hasta rencor histórico por ejemplo -yo al menos así lo hago- a los protocolistas, altos funcionarios y hasta lores, y loras, que no quiero yo que se me enfade nuestra ministra Montero- que configuran y supervisan, los mencionados, su trabajo-, pues sucede que tirantez sí parece que había. Y en esto, como todo el mundo opina, hasta los de la prensa color mostaza, caguetilla, pues diré que la reina Letizia, quizás debería abandonar su papel extremo de prefecta o jefa de estudios de un colegio mixto a la española. Un tono menos, o una nota más cómoda aun, quizás podía aportar concordia y relajo para la Casa real, el Gobierno, pese a su sectarismo, y al pueblo español, que es quien todo lo merece, todo lo espera y casi nada consigue. La mejor, desde el republicanismo moderado que ejerzo, la reina Sofía.