La trisomía es el término científico de la mutación que hay detrás de cada persona con síndrome de Down. Implica que en vez de dos copias del cromosoma 21 hay tres y eso conlleva los rasgos característicos del síndrome. Esa trisomía es lo que hace diferentes, una diferencia que puede implicar también una mayor capacidad para sentir o para amar. Así lo reflejó María José Mora cuando en el taller de Down Caminar en Ciudad Real le pidieron que dibujara un corazón. Lo hizo con una corona extra, tres en lugar de dos, lo que permite hacer un corazón más grande como el suyo, demostrando la capacidad extraordinaria de amar y de albergar sentimientos que tiene.
«Siempre nos ha gustado involucrarlos en las iniciativas para que aporten su punto de vista y este taller salió de esta forma tan singular», explicó la monitora de Caminar, Laura Mora. A María José Mora, le salió ese trazado tan singular que parece la «trisomía», pero con forma de corazón. «Si todo el mundo tiene dos de todo, ellos tienen tres, también en el corazón, como algo positivo, un hueco extra», añadió Celia Muñoz, responsable del centro ocupacional de Caminar. Muñoz explicó que quienes tienen síndrome de Down ven todo de «una manera muy intensa». Lo que les hizo ver que estaban ante un proyecto que puede servir para mostrar sus sentimientos, al ver que «un corazón, con este modo tan diferente, no perdería la figura de corazón». «Visualmente es muy potente en ese sentido» porque es un corazón «diferente», pero que no pierde su esencia.
De ese corazón trisómico ha surgido la propuesta de ir sumando artistas que vayan dando sentido al proyecto. Así, Caminar, junto a Laborvalía, han cogido ese símbolo y han desarrollado el proyecto Ikigai, una palabra japonesa que significa aquello por lo que realmente merece la pena levantarse. Para ello han realizado corazones como el que dibujó María José Mora, con el mismo tamaño y dispuesto en una base, y los han repartido entre los centros ocupacionales de la provincia de Ciudad Real y a 16 artistas de renombre. «Los artistas y los centros le han ido dando su forma y su sentido de Ikigai», aportando cada uno los elementos que le han podido interesar. Caminar hizo el suyo con los integrantes del taller, entre ellos María José, que optaron por hacer una escultura con objetos reciclados. María José tuvo la idea del corazón trisómico, pero la obra es común de varias integrantes del centro ocupacional que «fueron creando» su propuesta artística.
El centro ocupacional de Caminar en Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de MoyaDe aquella pequeña idea del corazón ha ido surgiendo una iniciativa simbólica más amplia que concluirá con una exposición que podrá verse a finales de año. Se trata de una propuesta que puede viralizarse, convertirse en un símbolo y que se suma a otras propuestas de la provincia como los superhéroes de Laborvalía, que incluyen una superheroína, Sinora Down, que tiene el poder de parar el tiempo y que tiene una mascota, Zen la tortuga, que paso a paso, sin prisa, como las personas con síndrome de down, va consiguiendo sus objetivos en la vida. Ahora se sabe que ambos tienen un corazón trisómico.
día mundial. Con motivo del 21 de marzo, Caminar salió a la calle y estuvo activa en redes sociales con el nombre #GraciasPorTanto, para significar la importancia que tienen las personas con Síndrome de Down. Además, el centro ocupacional de la entidad contó con la visita de la delegada de la Junta de Comunidades, Carmen Teresa Olmedo, quien renovó el compromiso de plena colaboración que el Gobierno de Castilla-La Mancha mantiene con la asociación Down Caminar de Ciudad Real y que se tradujo el año pasado en una aportación directa de 385.000 euros y este año se elevará por encima de los 401.000 euros.