Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


¿Habrá batalla?

12/10/2022

Dice el presidente de GAD3,  Narciso Michavila, que lo de Castilla- La Mancha será una de las grandes batallas de las próximas elecciones autonómicas. Lo dijo antes del Debate sobre el Estado de la Región, exactamente: «En Castilla-La Mancha teníamos mayoría absoluta del PSOE a principios de año y a falta de ocho meses creo que allí es donde va a estar una de las grandes batallas». Veremos. Las navajas de Albacete han salido de debajo de la mesa y Paco Núñez se encuentra ante su última oportunidad, sin duda. Si no lo consigue el relevo está garantizado en la casa de la gaviota castellano-manchega. Tiene a favor la ola creciente de descontento con Pedro Sánchez y una crisis económica que irá a más. Tiene en contra a un todo terreno como Emiliano García-Page que se mimetiza con la tierra y convierte al PSOE en Castilla-La Mancha en un partido central, transversal y atrapa-nichos de votos distintos y distantes, los que se le suponen a un partido de la izquierda y algunos más, hasta algunos que en otros territorios podrían ir a parar a Vox.
Núñez confía que una alianza con Vox le conceda la suma suficiente y pueda acceder así al Palacio de Fuensalida subido en la ola de descontento nacional. Nadie lo ve fácil, ni siquiera los suyos, que no son ni mucho menos un bloque granítico en torno al líder como en los tiempos de Cospedal. Ni hay la misma unión ni hay el mismo entusiasmo alrededor del cabeza visible del proyecto, tampoco existe una plena convicción ganadora como en aquello años, los únicos en los que el PP ha gobernado en Castilla-La Mancha.  María Dolores Cospedal tenía a su favor ser una de las grandes voces del PP en aquel momento con minutos diarios en los telediarios nacionales. Su procedencia albaceteña era una anécdota necesaria para justificar su presencia en la tierra. Núñez, en cambio, es un producto de la tierra cien por cien que se esfuerza con ahínco por visibilizarse como pieza importe de un PP ganador en España, el de Núñez Feijóo, pero no lo consigue o no le sale el tiro bien atinado. Además, la mala fortuna y la inteligencia estratégica de García-Page le juega malas pasadas, como ese intercambio de elogios entre el presidente de CLM y el líder gallego al poco de una foto de Núñez con Feijóo en la interparlamentaria del PP celebrada en Toledo. Paco Núñez busca fotos convincentes y un discurso que le encaje en la composición nacional del PP, aunque a su relato le sigue faltando algún matiz de la tierra. Le quedan unos meses para perfilar su producto y que podamos saber si habrá batalla o no, como pronostica Michavila, que, todo hay que decirlo, suele acertar más que el CIS en sus pronósticos. A nivel de calle, pueblo y terruño, a nivel también de analistas de lo político,  lo que se percibe es a un Emiliano García-Page confiado, controlando los resortes, pegado al  terreno, y a un Paco Núñez moviéndose a veces con frenesí en busca de alguna llave maestra. Ahora quiere visibilizar una gran interlocución con todos los agentes sociales de la región, toda la carne en el asado de aquí a las elecciones.
Mientras tanto, asistimos la semana pasada al último Debate sobre el Estado de la Región que poca expectación levanta entre los castellano-manchegos. La política en esta región va por derroteros distintos a  los que se marcan en el convento de San Gil, que a veces actúa como una caja de resonancia de los argumentarios de cada partido a nivel nacional. Pero hay medidas, y estamos ahora en una competición fiscal sin precedentes. Cada comunidad autónoma pone su oferta sobre la mesa. La de Castilla-La Mancha quedó concretada en el debate. A nadie le amarga un dulce fiscal de cien o doscientos euros, pero corremos el riesgo de convertir a nuestro país en un auténtico guirigay, taifas fiscales sin armonía de conjunto.
La guerra electoral está servida y ha comenzado con la batalla de los impuestos como primer plato. El país se nos adentra a marcha rápida en bambalinas electoreras y luego Dios dirá. Michavila, al que últimamente se le ha coronado como el rey de las encuestas, pronostica batalla en Castilla-La Mancha contra los pronósticos y contra ciertas percepciones generalizadas. En un tiempo tan convulso como el de ahora todo es posible, y lo menos probable debe ser contado como opción. La pregunta a ocho meses vista está servida: ¿Habrá batalla?

«Lo que se percibe es a un Emiliano García-Page confiado, controlando los resortes, pegado al  terreno, y a un Paco Núñez moviéndose con frenesí en busca de alguna llave maestra»