El sueño de ser torero

Ana Pobes
-

Cada miércoles y viernes del año, salvo en Navidad y Feria, la plaza de toros de Alcázar de San Juan se llena de capotes, muletas, carretones y cuernos de ensayo de los 18 alumnos de la escuela taurina, las futuras promesas del toreo

El sueño de ser torero - Foto: Rueda Villaverde

Todavía faltan unos minutos para que las manillas del reloj marquen las siete y media de la tarde, y la puerta principal de la plaza de toros ya está entreabierta. Detrás de los barrotes de hierro, se encuentra Rubén. A pesar de su corta edad, con desparpajo nos invita a pasar. «¿Vais a hacer ahora las fotografías?», pregunta con sumo interés. Él es el hijo del encargado de la plaza de toros de Alcázar de San Juan, donde todos los miércoles y viernes los 18 alumnos, de entre 8 y 19 años, de la escuela taurina practican sus lances. Son las futuras promesas del toreo.  

Con el transcurso de los minutos, capotes, muletas, carros y cuernos de ensayo toman el ruedo. Son los enseres y trastos de la cantera de toreros, que representa la savia nueva y el futuro de la fiesta nacional. Es el momento de aprender y perfeccionar el toreo de salón, los tercios de la lidia,... pero también de conocer los encastes y reglamentos en las clases teóricas, aquellas que se realizan cuando el tiempo no acompaña.  

 Jaime Castellanos es matador de toros, y su pasión por este mundo le llevó a fundar en 2016, junto a José Luis Lucas, esta escuela taurina. Se trata de las pocas que existen en la provincia y la «más consolidada», comenta Castellanos, director artístico de la escuela taurina alcazareña, y quien en plena plaza de toros no solo pone en valor el esfuerzo y sacrificio que realizan los jóvenes que quieren ser toreros sino también el apoyo económico de la Diputación. Y es que, gracias a esa ayuda de 15.000 euros anuales se adquieren nuevos trastos, se celebra la clase práctica y se torea en el campo. Una subvención, reconoce, muy importante pero también insuficiente. Para argumentarlo pone de  ejemplo las escuelas taurinas de Albacete y Toledo, donde «a pesar que nos doblan en alumnos tienen una partida de 100.000 y 80.000 euros, respectivamente» y eso, al final repercute en los alumnos de la provincia de Ciudad Real, quienes «no tienen las mismas ayudas ni las mismas posibilidades que un chaval de Albacete». «La escuela de Albacete, al recibir más subvenciones hace al menos siete clases prácticas en su sede, mientras nosotros solo podemos hacer una», lamenta al tiempo que pide a las administraciones que no exista tanta discriminación en la formación de los aprendices toreros que pagan, en el caso de Alcázar, una mensualidad de 15 euros.    

El sueño de ser toreroEl sueño de ser torero - Foto: Rueda VillaverdeUn lugar de la enseñanza de la tauromaquia donde también se da suma importancia a los estudios, y con esa finalidad se hace un seguimiento escolar: «No queremos que dejen los estudios por ser torero, y cada trimestre nos entregan las notas académicas. Cuando vemos que alguno empeora en los estudios, le dejamos sin ir a tentar o en vez de pegar cuatro tandas con la muleta solo da tres», argumenta. A partir de ahí, se les intenta inculcar la educación taurina y el respeto a la profesión. Sin olvidar la preparación física, algo esencial para las figuras del toreo. Y de eso se encarga José García, aficionado práctico cuyo nombre artístico es ‘Pepe Botella’. Gracias a ese entrenamiento,  el maestro, una vez que dan comienzo las ferias taurinas, puede disfrutar en cada faena sin que le fallen las piernas. Ni las piernas, ni los brazos, ni la cintura, ni la cabeza, pues la preparación física y mental que se necesita para saltar al ruedo cada vez es más minuciosa y elevada. «La presión del público, el calor que suele hacer durante la temporada taurina y el peso del traje de luces o del capote, que llega a pesar entre cinco o siete kilos, obliga a tener unos entrenamientos muy exigentes. La preparación física es casi el 70% para poder triunfar», insiste Castellanos.

Los toreros se alimentan y entrenan como verdaderos deportistas de élite, por lo que las clases comienzan con pruebas de resistencia, tablas de abdominales y flexiones, suben y bajan el tendido, y corren por el ruedo, incluso en ocasiones juegan un pequeño partido de fútbol. «Todo eso hace sudar al alumno». «Se preparan como un jugador de élite de cualquier deporte, aunque de momento no es necesario tener una dieta muy exhaustiva, pues son jóvenes y lo queman enseguida», apunta García.    

El sueño de ser torero El sueño de ser torero - Foto: Rueda VillaverdeTestimonios. Ignacio Martínez, es de Alcázar de San Juan. Y este mes de octubre hará dos años que entró en la escuela taurina. Sergio Cartas, su compañero de instituto, le habló de ella y se animó a participar, pues «siempre he tenido ese gusanillo por el mundo de los toros». «Vine un día, probé y me compré los trastos (capote y muleta). Y desde entonces, hasta hoy».

Su sueño es dedicarse a este mundo de manera profesional pero reconoce que es muy difícil porque «hay mucha competencia y las posibilidades son muy pequeñas». Si no, otras de sus pasiones son los animales y la cocina, por lo que su futuro también podrá pasar por ser veterinario o cocinero. Sus figuras referentes en el mundo taurino son Antonio Ferrera y Roca Rey, «un ídolo a seguir». De ellos destaca su tremendo valor «al encerrarse con un toro bravo en la plaza». Y es que, para ser torero no solo se requiere valentía, sino también «mucha práctica, mucho entreno y mucho desparpajo». Aunque es consciente de que «por desgracia» el mundo de la tauromaquia no pasa por uno de sus mejores momentos y pide a los antitaurinos respeto. «Mi sueño es ser torero, y me deben respetar como yo les respeto a ellos», sentencia.  

Muy cerca de él, practicando toreo de salón, se encuentra Víctor Ribelles. Entró a formar parte de la escuela taurina hace cinco años, por lo que es uno de los más veteranos. «Empecé a torear con quien actualmente es mi mozo de espadas, y lo que empezó siendo un hobby y un entretenimiento de por las tardes, acabó enganchándome, por lo que decidí apuntarme a la escuela taurina. Desde entonces, no he parado de torear». Y es que, el toreo es «un veneno que te engancha».

El sueño de ser torero El sueño de ser torero - Foto: Rueda VillaverdeJardinero de profesión, asegura que le gustaría dedicarse al mundo del toro de manera profesional, pero «hay gente muy preparada y con mucho nivel, por lo que ser matador de toros es casi como un milagro». De llegar ese sueño, tiene claro que el día de su alternativa le gustaría compartir cartel con Enrique Ponce y Morante de la Puebla por la «pureza y clasicismo que desprenden los dos». «Mi concepto del toreo es un toreo clásico, no soy de muchas florituras», argumenta. Su valentía le ha llevado ya a matar seis novillos y este verano tuvo la suerte de torear en una novillada sin picadores en Cinco Casas, donde cortó dos orejas. «Cuando todo sale bien y tu gente te apoya, te sientes el rey del mundo. Te sientes único».

Ribelles ya ha tenido la suerte de vestirse en tres ocasiones con el traje de luces. Cuando compró su primer traje, recuerda, pesaba 90 kilos, y lo tuvo que vender más tarde al perder peso. Ahora, comenta con satisfacción, su traje es un grana y oro que en su día perteneció al maestro Miguel Báez ‘El litri’. Y ese, aunque engorde, tiene claro que no lo venderá porque «tiene un valor muy especial». Tan especial como el ambiente que se transmite en esta humilde escuela de futuras figuras del toreo, «donde todos ya son una familia». 

Más fotos:

El sueño de ser torero
El sueño de ser torero - Foto: Rueda Villaverde
El sueño de ser torero
El sueño de ser torero - Foto: Rueda Villaverde
El sueño de ser torero
El sueño de ser torero - Foto: Rueda Villaverde
El sueño de ser torero
El sueño de ser torero - Foto: Rueda Villaverde