Comer en el pueblo tiene premio

La Tribuna
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La Academia de la Gastronomía prepara la segunda edición de los premios a la cocina rural

Comer en el pueblo tiene premio - Foto: Rueda Villaverde

La Academia Castellano-Manchega de Gastronomía trabaja para valorizar los productos agroalimentarios de nuestra tierra, fomentar y apoyar el turismo gastronómico en la región, unos objetivos para los que abarca diversas actividades que van desde la celebración de concursos de cocina entre profesionales de la restauración hasta la creación de una biblioteca y un archivo fotográfico. 

Y en esa filosofía nacieron  los Broches de la Gastronomía Rural, que el pasado año reconocieron la labor y el esfuerzo de veinticinco establecimientos de hostelería y restauración –cinco por cada provincia- que mantienen el legado de nuestra cultura culinaria en municipios de menos de tres mil habitantes. «La filosofía de los broches consiste en premiar a aquellos restaurantes que hacen valer nuestra cocina, nuestros productos y nuestras tradiciones culinarias en aquellos lugares donde hay menos población y, por tanto, parece que son algo menos conocidos», explica el presidente de la Academia, José María San Román Aguila. «En la filosofía de los Broches se esconde la autenticidad de nuestra región y de lo mejor de nuestras tradiciones aplicado al mundo de la gastronomía. Por eso, para reconocer a esos auténticos luchadores que son los restauradores en lugares en riesgo de despoblación hemos creado estos Broches. Son un homenaje y un agradecimiento para ellos».

Esta corporación de derecho público y carácter consultivo para la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha fue creada por la Administración regional con la vista puesta en la formación, la divulgación y la mejora de la cocina regional mediante el conocimiento de los distintos alimentos producidos en Castilla-La Mancha, especialmente los acogidos a las distintas Denominaciones de Origen regionales y productos de calidad diferenciada, en el marco de la Dieta Mediterránea, como patrón alimentario, que tiene múltiples beneficios para la salud, y apoyando la actividad local en aplicación de la economía circular y el disfrute de los productos de proximidad.

Comer en el pueblo tiene premioComer en el pueblo tiene premio - Foto: Rueda VillaverdeLos Broches valorizan la comida de pueblo. «Comer es una de las realidades más comunes del ser humano. Y también, por qué no decirlo, una de las que más democratización merece», añade el presidente. Lo que ocurre es que muchas veces vamos con prisa y no podemos comer como deberíamos. Comer en el pueblo se diferencia de comer en la ciudad porque en el pueblo volvemos a las raíces, encontramos una elaboración más casera, más propia, más auténtica… De hecho, es muy habitual que a cualquier persona que se le pregunte y descienda de algún municipio concreto podrá recordar los cocidos de su abuela o los guisos de su madre».

Sin embargo, para San Román, esta realidad está tan lejos del reconocimiento social como lo está el mundo urbano del mundo rural. «De hecho, ahora empieza a reconocerse más al mundo rural gracias a la legislación en materia de despoblación que se está poniendo en activo en varias autonomías de España, siendo Castilla-La Mancha la comunidad autónoma pionera en esta materia. En cualquier caso, toda ayuda al mundo rural es poca. Al fin y al cabo, ellos son los primeros productores y quienes comienzan la cadena alimentaria. Y en consecuencia, son los que aportan uno de los granitos más importantes para poder disfrutar de nuestra gastronomía».

Ese patrimonio cultural conservado por los pequeños núcleos rurales,  que en su mayoría están en riesgo de despoblación, cuentan con la complicidad del cocinero que se está convirtiendo en el gran difusor de la gastronomía tradicional. «Se va conociendo más gracias a que el cocinero tiene un perfil distinto producto de su integración en los medios de comunicación. Programas como MasterChef han contribuido no solo a que la labor del cocinero sea reconocida como lo que es, la de un experto y un profesional, sino que además se democratice la gastronomía y se ponga a grandes figuras junto a personas de a pie. Ello es, sin duda, una forma de conocimiento a través de la integración más positiva», –explica el presidente.

El carácter de interés público de la Academia Castellano-Manchega de Gastronomía le fue otorgado por decreto de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en octubre de 2019, en virtud de la ley regional de Academias de Castilla-La Mancha. Y los Broches de la Gastronomía Rural son ya uno de sus principales logros, como señala José María San Román: «La Academia tiene, con respecto al mundo rural, dos grandes logros. El primero de ellos, como se ha dicho, son los broches gastronómicos, financiados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que se ha implicado profundamente en este proyecto. El segundo, la implicación dentro del seno de la Academia de personas que precisamente están vinculadas al mundo de la gastronomía en lugares en riesgo de despoblación. Así las cosas, la Academia busca, como le piden los tiempos, que la gastronomía se integre de una forma mucho más adecuada en la vida de las personas».

Ya se está preparando la segunda edición de los Broches Gastronómicos, que este año contará con dos galardones por provincia. Y próximamente se va a publicar en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha el Reglamento que regirá los Broches de aquí al futuro, así como la convocatoria de este año 2022. «Va a ser una oportunidad apasionante que, además, va a responder a estos tiempos en los que estamos saliendo de la pandemia progresivamente y todos queremos volver hacer una vida normal», remata el presidente de la Academia.