«La música no se puede parar»

Inmaculada López
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«Los niños son un público muy especial, no les puedes engañar, no les van las etiquetas, les gustan las cosas auténticas»

«La música no se puede parar"

La trayectoria musical de Miguel de Lucas (Guadalajara, 1977) es larga y variopinta pero, sin duda, sus mayores éxitos y reconocimientos le llegaron a partir de 2013 cuando centró su carrera artística en el ámbito infantil con la marca Doctor Sapo. El confinamiento ha hecho florecer nuevos temas en este ingenioso cantautor, esta vez dirigidos a la concurrencia madura, que espera materializar pronto en un disco gracias a la campaña de crowfunding que acaba de lanzar y que, por suerte, va viento en popa.

¿Cómo se inició en la música?

Mi padre siempre ha tocado la guitarra incluso tiene un grupo de amigos con los que canta. Además, tengo otros familiares que están muy en contacto con la música. Me viene de ahí.  Enseguida empecé a tocar la guitarra. Desde pequeño la música ha significado mucho para mí, ha sido una manera de ver el mundo. Luego, llegó la etapa de la adolescencia y la rebelión en la que descubrí algunos grupos de rock español (Extremoduro, Platero y Tú, etc.) que me inspiraron mucho y me incitaron a empezar a componer y a transmitir lo que tengo dentro a través de la música y las canciones. Primero, tuve un grupo de punk-rock que duró poco tiempo, Alterkado. Después, me convertí en Miguel 1, 2, 3 y seguí en solitario con mi guitarra. En esa etapa hice muchísimas canciones, incluso grabé un cassette (risas). Años después, fundé Doctor Sapo. 

¿Cómo se transforma Miguel 1, 2, 3 en Doctor Sapo?

En la realidad, no fue una transformación. Miguel 1, 2, 3 fue una etapa que se cortó. Llegó un momento en que decidí dejarlo, me apunté a clases de guitarra, de canto y, al cabo de unos años, mi primo Iván me propuso formar una banda de rock. Nos pusimos a ensayar con otros dos amigos de Guadalajara y montamos lo que poco después se convirtió en Doctor Sapo, un grupo de rock sin pretensiones. Ese proyecto, con los años, fue evolucionando y llegó un momento en el que me quedé solo porque mis amigos fueron haciendo su vida por otro lado. A partir de ahí, comencé a juntarme con otros músicos, sobre todo de Madrid, y seguí sacando discos. Pero hubo un momento en el que todo dio un cambio radical y empecé a tocar para niños.

 ¿Por qué ese cambio?

Realmente fue por los niños. Los hijos de mis amigos se enamoraban de mis canciones y me fui dando cuenta de que le gustaba mucho a los niños. Fue pura casualidad.  Se dio la circunstancia de que mi amigo Fernando Polaino (que es mi productor, mi músico acompañante y mi gran apoyo en la música) me propuso hacer algún concierto para público infantil y la experiencia me gustó mucho. Poco a poco, fui metiéndome en el mundo infantil y familiar. Es cierto que las canciones no cambiaron porque yo iba escogiendo de mi repertorio aquellas que más se adaptaban. En 2013, creé un disco-libro que se llama Las aventuras de Sam, en el que fui enlazando canciones en las que aparecen personajes (Rogelio, el caracol; Tarzán; Sam, el ratón, etc.) y, a partir de ahí, todo explotó. Empezaron a llamarme de ayuntamientos, de teatros y de colegios para actuar con el espectáculo de Las aventuras de Sam. Gustó muchísimo. Desde entonces y hasta ahora el mundo infantil y familiar se ha convertido en mi trabajo. De hecho, a finales del año pasado, saqué otro proyecto, El Diferente, continuando con esa saga de libro-discos. En este caso, sólo compuse una nueva canción y el resto también son rescatadas y adaptadas.

¿Cuál cree que es el secreto del éxito infantil de Doctor Sapo?

Es un misterio, pero que tengo mis intuiciones.  En primer lugar, tengo la sensación de que por mi forma de componer, por mi voz y por mi manera de expresarme les gusto a los niños y eso es una suerte. También creo que los niños son un público muy especial, no les puedes engañar, no les van las etiquetas, les gustan las cosas auténticas y yo siempre les trato de tú a tú.

¿Qué le han enseñado los niños en estos años de trato tan directo?

Después de sacar Las aventuras de Sam tuve dos hijas. Tanto ellas como los niños en general me han enseñado a disfrutar, a quitarle hierro a los problemas, a ver el lado positivo de las cosas y, sobre todo, a dejarme fluir y a no ponerme capas sobre lo que yo soy.

A nivel educativo, ¿cómo valora el espacio que ocupa la música?

La música es muy importante en el ser humano por muchas razones: para disfrutar, para transmitir.... Pero, además, es una herramienta muy eficaz para aprender en cualquier ámbito de la vida. Cuando escuchas música, en tu cerebro se activan un montón de zonas y cuando la tocas se multiplican. También es una manera de trabajar el movimiento con los más pequeños, el juego... La música es tan importante y tiene tantas connotaciones y usos que es evidente que está infravalorada a nivel educativo. No sólo debería ocupar una asignatura o una hora diaria en los colegios, sino que debería ser algo que estuviese presente y constante en la Educación.   

Acaba de dar forma a un proyecto discográfico recuperando a Miguel 1,2, 3 . ¿Otro nuevo giro?

Son las canciones las que me ha dictado este cambio de rumbo, aunque hace años que me revoloteaba por la cabeza la idea de recuperar ese nombre artístico para hacer algo distinto. He querido mantener la marca Doctor Sapo sólo para mis proyectos infantiles y familiares. Ahora, me han brotado canciones desde otro lugar, son canciones de desahogo, de autoterapia. Es como cuando te enfadas y das un golpe en la mesa. Creo que han surgido temas buenos y bonitos que quiero grabar en un disco y poder compartirlos. 

¿Cómo son estas nuevas canciones? 

En mi trayectoria, siempre he tenido canciones más rockeras, otras más en la onda cantautor, otras de fusión… Y esto es un poco lo mismo. Lo único que diferencia estas últimas canciones a todo lo demás que he hecho hasta ahora es el lugar de donde vienen y de lo que hablan. Quizá va a ser un disco más rockero y más crudo, con más batería, con más guitarras… Aunque luego no se sabe, dependerá mucho de las sensaciones que tengamos cuando entremos al estudio y de la opinión del que, si todo sale bien, será el productor de este disco, Fernando Polaino.

¿Son fruto del confinamiento?

Totalmente. Esta situación creo que nos ha hecho hacer volar la cabeza a todos, nos ha hecho reconsiderar nuestra vida en general. Es verdad que tenía muchas ideas a medio terminar, pero este confinamiento ha sido fundamental. Compuse una canción, que se llama Un metro cuadrado, inspirada en eso, en estar metido en el piso pequeño en el que vivo con mis dos hijas y con mi mujer. Tenemos una terracita y recortamos unas cartulinas, pintamos flores y mariposas e hicimos nuestro jardín particular. De ahí nació esta canción y empezando a tirar de ese hilo seguí componiendo, terminando otras que tenía a medias y me junté con un buen puñado. Me dí cuenta de que tenía para un disco y decidí lanzar este nuevo proyecto.

Para hacer realidad este disco acaba de lanzar una campaña de crowfundig esta misma semana. ¿Cuáles son las expectativas? 

El crowfundig es una maravilla, para mí fue un gran descubrimiento. Es una manera de hacer posible algo relacionado con la cultura en la que no hay intermediarios. No hay nadie de por medio, no hay oficina, no hay discográfica, no hay nada. Estás tú, que eres el que hace las canciones, y están las personas que quieren escuchar esas canciones. Entonces, se crea una magia especial, te sientes acompañado y atiendes a sus ideas y propuestas porque, al final, ellas son los productores ejecutivos de tu disco. Es el tercer disco que hago de esta manera. Los otros me salieron bien y, bueno, ahora no se sabe. Tengo esa sensación de vértigo del inicio de campaña, pero espero que la gente responda. De momento, estoy recibiendo muchos apoyos.

 Está siendo muy activo en las redes sociales durante esta crisis sanitaria, ofreciendo conciertos en directo. ¿Cómo está siendo esta nueva experiencia virtual con su público?

Muy bonita. Las redes sociales son mi gran plataforma para promocionarme y para estar en contacto con mis seguidores, pero el tema de los directos no lo había tocado nunca. Dadas las circunstancias y que me animó mucha gente, me puse a hacer directos en Facebook e Instagram. Al principio me sentía súper raro, pero voy sacando la parte positiva. El feedback y la respuesta de la gente ha sido maravillosa. 

¿Son malos tiempos para la música?

Creo que no. Son malos tiempos para muchas cosas, pero la música en mayúsculas está en todas partes. La música no se puede parar, está siempre ahí, da igual cómo esté el mercado, la economía o la pandemia. Hay artistas que están haciendo cosas preciosas. Igual soy muy optimista, pero opino así. 

 Más de 15 años en la música y siete discos dan para mucho.  ¿Algún escenario inolvidable?

Tengo muchos, pero ahora mismo me vienen a la mente las tres últimas presentaciones que hicimos de El Diferente en Guadalajara, Madrid y Alcalá antes de la pandemia. Creamos un espectáculo muy especial con Marta Marco como narradora y con cinco músicos sobre el escenario. Creo que han sido los conciertos más especiales de mi vida.