La empresa encargada del Plan de Accesibilidad del Ayuntamiento de Ciudad Real celebró una jornada de diálogo con las entidades que trabajan en accesibilidad de la capital para recabar su opinión. Este proyecto, financiado por la Unión Europea, a través de la Edusi, busca trabajar de una forma transversal y dar un diagnóstico con prioridades de las necesidades de la capital. La intención es que en dos meses se encuentre redactado el plan, que en 2023 se comience a aplicar y entre las medidas de urgencia están los rebajes para los pasos de cebra, una medida de accesibilidad, que, a veces, está mal ejecutada y en la que se quiere incidir.

Así lo explicó la arquitecta Elena Jiménez, encargada de coordinar el contrato para redactar este plan. Jiménez expuso que se trata de escuchar sugerencias y debatir «sobre cómo la ciudad aborda la accesibilidad y las carencias», de cara a que se queden plasmadas en el proyecto. «El plan tiene un plazo de cuatro meses de redacción, llevan ya dos meses de trabajos», dijo la arquitecta, quien apuntó que el plan no se va a centrar solo en el casco urbano, sino que abordará la accesibilidad a terrenos rústicos, porque «tras la pandemia todos hemos necesitado salir más al campo». Como urgencia, la arquitecta señaló que «hay muchas incidencias a través de la línea verde de ciudadanos que tienen problemas en vados peatonales, bordillos que están donde no deberían, desniveles o mala transición del aglomerado entre la acera y la calzada». Por este motivo, una línea de trabajo a futuro es la de desarrollar un proyecto que aglutine todas las incidencias para ejecutarse.

Mientras, la coordinadora del área de Urbanismo en el Ayuntamiento, Pilar Zamora, señaló que la accesibilidad es uno de los pilares en los que se sustenta la Edusi, un proyecto a cinco años, con varias líneas de actuación, por ejemplo, recordó que estos años se han tomado muchas medidas en accesibilidad como el ascensor que se va a instalar en el centro social de Santiago, una reivindicación de años de quienes acuden en este barrio. «No podíamos trabajar sin contar con las asociaciones», tanto de discapacidad como de vecinos, ya que preocupan quien tiene movilidad reducida, pero también quien tenga «un carrito con niños o la cesta de la compra». «La accesibilidad es para toda la ciudad», dijo Zamora, quien cree que esta «hoja de ruta diseñada por expertos» es necesaria para el Ayuntamiento, porque una cosa es que en el papel se cumplan las normas de accesibilidad, pero es necesario estar también vigilantes después «en la ejecución» de los proyectos. «Muchas veces no sabemos de una manera profesional, como está haciendo esta empresa, cómo seguir esas directrices» y en eso incide este proyecto que marcará cómo actuar en los próximos años.