"La novela de Olmo muestra el lado humano de los personajes"

Juana Samanes
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"La novela de Olmo muestra el lado humano de los personajes" - Foto: J.J.Guillen

No ha sido sencillo pero lo ha conseguido. El gaditano Juan Miguel del Castillo tiene ya dos películas en su filmografía que agradan tanto al público como a la crítica. Hablamos de Techo y comida, un multipremiado drama de 2015, y ahora llega La maniobra de la tortuga, un interesante thriller que aborda con inteligencia el tema de la violencia sexual.

Su cinta está basada en una novela homónima de Benito Olmo, pero ¿a qué obedece ese título?
En la novela está explicado, en la película no porque no me gusta hacerlo, pero lo aclaro. Cuando las tortugas tienen miedo, se esconden en su caparazón. Esto es lo que hace el personaje que interpreta Mona Martínez, que lanza al inspector Bianquetti a investigar el asesinato de una chica y ella se quita de en medio. 

La violencia sexual hacia las mujeres convierten a este filme en algo de rabiosa actualidad. No sé si barajó que con ese aspecto conectaría más con los espectadores.
Después de rodar Techo y comida, el tema de la violencia machista que trataba la novela de Benito del Olmo me interesó porque creo que lo trataba de forma potente. También me atrajo que la acción discurriera en Cádiz. El destino me llevó a leer la novela.

Se trata de un thriller policial, pero con tintes sociales. ¿Precisamente ese aspecto, ese toque social, fue lo que le impulsó a adaptarla al cine?
Efectivamente, en la novela, el personaje de Cristina, esa enfermera que ha tenido que huir de su ciudad para alejarse de su expareja, estaba poco desarrollado y en la película le he dado más peso. Me gusta mostrar el lado humano de los personajes, por ejemplo un inspector de Policía que llora ante la cámara, por esa cicatriz enorme que le ha dejado perder a una hija de forma violenta.

Precisamente sobre la historia de Cristina y el acoso que siente, se trasluce que es pesimista.
Esto se debe al sistema, que no funciona porque algo se le escapa. En España hay muchos profesionales y trabajadores intentando erradicar la violencia machista, pero sigue tristemente produciéndose. En la película no damos soluciones, pero sí intentamos darle más visibilidad. Yo pretendo que el mensaje dure en el tiempo, que el espectador se lo lleve a casa y reflexione sobre ello.

Ha vuelto a contar con Natalia de Molina como en Techo y comida. ¿Se entiende bien con ella?
Encajaba muy bien con el personaje, porque ella, como el personaje de Cristina, son de Granada, no tenía que cambiar su acento. Además, cuando terminamos Techo y comida acabamos muy contentos porque nos entendemos muy bien. Y en La maniobra de la tortuga me ha vuelto a sorprender favorablemente.

¿La elección del actor François Tatien a qué se debió? 
Me lo recomendaron las chicas que hicieron el casting de la película porque él reside en Zurich. Yo me enamoré de él en cuanto lo vi, porque tiene esa fuerza bruta del inspector Bianquetti, que tan bien describe Olmo en su novela. Pero también la sensibilidad que yo buscaba, porque dramáticamente lo hace genial. La mayoría de sus secuencias están grabadas en la primera toma. Ha sido todo un regalo.