Despertar con una guerra en tu patria

Hilario L. Muñoz
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Natalia Zhylitska e Ivanna Fenchka son dos de los 500 ucranianos que viven en la provincia y que tienen el corazón en su patria desde que recibieron las primeras llamadas con el sonido de los misiles

Despertar con una guerra en tu patria - Foto: Rueda Villaverde

Más de 20 años llevan viviendo en España Natalia Zhylitska e Ivanna Fenchak, dos ucranianas que forman parte de la vida de Ciudad Real, la primera con sus pinturas y la segunda, dando clase en la Escuela Oficial de Idiomas. Pese a esos años, desde ayer tienen la mente en su patria, la Ucrania que Rusia empezó a ocupar de madrugada. El móvil las despertó a ambas, como seguramente ocurrió con el medio millar de ucranianos que viven en la provincia. Sus familiares las llamaron al ver los primeros misiles, y desde entonces siguen con sus rutinas, aunque la mente y el corazón están en Kiev.

«He hablado con mi familia, me ha dicho que todavía está la zona tranquila», aunque cerca de su hogar, un pueblo próximo a la frontera con Eslovaquia, ha habido bombarderos, señala Fenchak. Su hermana relataba las largas colas en los supermercados buscando productos de primera necesidad, mientras que sus primos, cuando habló con ellos a primera hora de ayer, se preguntaban qué tenían que hacer con la fábrica de muebles en la que trabajan. «A nadie le importan los muebles ya», se quejaba esta profesora que da clase de ruso y que vive el conflicto en La Mancha, junto a sus hijos Nicolás y Vladislav. 

Al final, tras una mañana de noticias, Fenchak optó por apagar la televisión, porque nada de lo que se dice aquí ni allí tenía sentido. «Nadie sabe nada» y ni siquiera su familia sabía muy bien qué era lo que tenía que hacer tras la entrada de las tropas rusas en su país. Salvando la distancia, la situación fue similar a la que se vivió en los primeros momentos de pandemia, cuando la incertidumbre reinaba. Solo saben que «no pueden salir de la ciudad» y que en su futuro puede estar la necesidad de marcharse y empezar una nueva vida lejos. En España tendrían una casa.

Despertar con una guerra en tu patriaDespertar con una guerra en tu patria - Foto: Rueda Villaverde«No pensábamos que podía pasar esto», señaló Fenchak, quien recuerda que su país ha sido siempre «una nación tranquila» y, ahora, se muestra aliviada por haber ido a visitar a su familia la pasada Navidad, antes de que cerraran las fronteras. 

«Continuamente me están escribiendo y mandando vídeos», dijo Zhylitska, quien tiene a su familia en Ucrania, cerca de la frontera de Polonia y de Bielorrusia. El primer contacto con lo que pasaba en casa lo tuvo con su hermana, a las nueve de la mañana, cuando le dijo que estaba viendo «misiles por la ventana». Ella es profesora en un instituto donde se han organizado para acoger a gente de la zona, ya que tienen un refugio.  La pintora tuvo una mañana cargada de mensajes, hablando también con amigos en Kiev «que no pueden salir del país por aire», porque los aeropuertos están cerrados. Su familia, como la de Fenchak, no ha tomado la decisión de salir del país, todavía: «Están solucionando cosas del trabajo», y algunos ya tenían lista una mochila con la documentación por si tuvieran que salir rápido del país. «Hace un mes, cuando empezó este conflicto, nos ofrecimos por si querían venir», pero hay familiares mayores que no podrían salir y optaron por seguir allí. 

«Tu cuerpo, tu alma, tu corazón y tu mente está preocupada, yo he crecido y he estudiado allí», comenta Zhylitska, como una manera de expresar lo que se siente al ver la guerra en la que fue tu casa.  A la vez se mostraba agradecida por las muestras de cariño de conocidos de todo el mundo que le han preguntado y se han preocupado por lo que ocurre en su país.  El problema, recordó, es la impotencia, porque desde la distancia es difícil saber «lo que está pasando allí».