La creciente litigiosidad y la falta de jueces es una combinación que irremediablemente lleva a una justicia tardía. El déficit de jueces en Ciudad Real es palmario desde hace años, subraya la magistrada de la Audiencia Provincial Pilar Astray, quien, en representación de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), alerta de juzgados sobrecargados en Ciudad Real y de la apremiante necesidad de la creación, al menos, de un juzgado específico de Violencia de Género y otro de Familia para prestar una atención y dedicación exclusiva a las víctimas.

De un tiempo a esta parte han aumentado los asuntos de familia, que «son muy sensibles» porque generalmente afectan a menores y, por ello, requieren una atención especial y premura en la resolución de los casos, remarca la magistrada Astray tras reiterar también la necesidad de crear un órgano judicial específico para la Violencia de Género, competencia que recae sobre el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ciudad Real. De ahí que Pilar Astray considere que «se debe actualizar la Ley de Planta de manera seria».

La magistrada es tajante en sus declaraciones a La Tribuna respecto a la situación de la Justicia, que ha sido uno de los asuntos principales tratados en el I Congreso Interasociativo de jueces celebrado hace unos días en Albacete. Las cuatro asociaciones mayoritarias de jueces (Asociación Profesional de la Magistratura, Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Juezas y Jueces para la Democracia y Foro Judicial Independiente) se han unido para reclamar que la planta judicial «se adecue a la ratio europea de número de jueces», a través una «adecuada planificación» de las convocatorias de oposiciones, para acabar con la actual sobrecarga de los juzgados.

«España está a la cola de Europa en número de jueces por habitantes y Ciudad Real, a la cola de España. Hecho que impide prestar un servicio al ciudadano en tiempo y forma», remarca la magistrada delegada de la Asociación Profesional de la Magistratura, tras reiterar que «la dotación es muy escasa» e incidir en la litigiosidad. «Puede que haya algún país o ciudad similar a Ciudad Real en cuanto a número de jueces, pero la litigiosidad no es tan abundante». De ahí que la situación se agrave y urja ampliar la planta judicial. Se habla mucho de que la Justicia es lenta, pero poco o nada de juzgados sobrecargados como es el caso de los de Primera Instancia e Instrucción de Ciudad Real y de otros partidos judiciales de la provincia como Tomelloso o Puertollano. En la demarcación de Ciudad Real hay siete juzgados mixtos, tres de ellos con competencias añadidas. El número 3 tiene el Registro Civil y las cláusulas suelo de manera exclusiva y no excluyente; sobre el 5 recae la Violencia de Género y todo lo relativo a Mercantil sobre el 4. Los jueces de estos órganos judiciales dan respuesta «rápida y preferente» a los casos considerados prioritarios como la Violencia de Género o de familia, tratando de no demorar el resto de asuntos aunque es harto difícil por la falta de jueces. En la Audiencia de Ciudad Real también es notoria la escasez de magistrados como revelan los dos comisionados por Justicia, uno de ellos para atender todo el volumen de civil motivado principalmente por las apelaciones. Del mismo modo, evidencian la sobrecarga de trabajo en la Audiencia los asuntos incoados en 2020 que se están resolviendo ahora, en 2022. «Se está haciendo un enorme esfuerzo para atender al ciudadano en forma, pero somos pocos para resolver tanta litigiosidad, aparte de celebrar los juicios, dictar sentencias, autos y demás».

La magistrada Astray asegura que «aplaudimos» la creación del Juzgado de Primera de Instancia e Instrucción número 8, aún en el papel del BOE, y que el número 4 pase a ser exclusivo de Mercantil, pero no deja de ser un «parche más», ya que no resuelve la situación que los juzgados de Ciudad Real arrastran desde hace décadas.

«Están bastante sobrecargados», reitera tras aludir al anteproyecto de ley y otros proyectos o ideas como la de inteligencia artificial. «No puede suplantar a los jueces», subraya Astray.

La falta de personal y medios viene de muy lejos en Ciudad Real, sin visos de solución por clamoroso que sea el déficit. La concatenación de hechos desde la crisis de 2008, los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria, las cláusulas suelo, las condiciones de contratación y por último el Covid han ido agravando la situación, hasta el punto de que los jueces ya no callan.