Leí una vez en una de las hojas de aquellos tochos de calendario anual, una máxima que venía a decir que, todas las buenas cosas que hay en la vida han de verse con cristales de aumento, lo que daba pie a que la bondad de las cosas depende de cómo las veamos ante nuestros. Nuestra experiencia de vida nos desplaza a otras apreciaciones determinantes: el bien no está en las cosas, sino en nuestra capacidad para apreciarlas. 
Algo de este pragmatismo culinario les ha ocurrido a los norteamericanos que han descubierto las delicias del gusto contenidas en el queso manchego. Un bocado exquisito dónde los haya. Ayer, en portada de nuestro periódico, se anunciaba, referido al sector agroalimentario y a cuatro columnas que el queso cerraba «uno de los mejores años de ventas en EEUU tras los aranceles». Y añadía, además: «Ciudad Real logra vender más de treinta millones de euros», muy por encima del aceite y del vino. Y además es líder de España en el país norteamericano. Alguna de las cuatro firmas queseras muy acreditadas que existen en La Solana habrán plantado allende los mares sus afamados productos lácteos. 
Lo que sí sabemos es que la mayoría de los personajes premiados en las distintas Semanas de la Zarzuela que pasaron por aquí se enamoraron de nuestros productos lácteos. El primero en ponerlos por las nubes fue el tenor Pedro Lavirgen, que sigue degustando el queso solanero. El tenor, que ha recorrido con su voz los escenarios de medio planeta, no tiene pelos en la lengua con su afirmación: «El mejor del mundo». Y otro tanto le ocurrió al tenor canario Alfredo Kraus, que lo comprobó en su visita a la Cooperativa del Campo Santa Catalana de La Solana, destacando en el ágape que se le brindó a él y familia «el maridaje que tenían sus vinos Los Galanes con el queso de la tierra», calificándolos también de extraordinarios, como así informaban las crónicas de prensa por aquellos días. 
Y del vino y queso campeones, a la Champions futbolera. Hoy el Real Madrid, equipo rey de esta competición, se enfrenta al PSG francés en el Campo de los Príncipes, en París. El equipo francés está plagado de figuras rutilantes del fútbol mundial:es uno de los equipos forjado a fuerza de talonario, con palabras de Johan Cruyff, al que tuvimos el honor de entrevistar cuando era jugador del Barcelona. Tenía su particular opinión sobre este deporte: «Lo más sencillo es lo más fácil en el fútbol», nos comentó con esta afirmación que la completaba de esta manera: «Puedes jugar mucho y bien, pero si no metes la pelota, no ganas». Es lo que le ocurrió al Real Madrid el pasado sábado, cuando se enfrentó al Villarreal. Suerte para su partido en París. Media Europa está pendiente. 
Y con otro deseo superior al deportivo finalizamos este comentario. «Tiene que llover…tiene que llover a cántaros», como reza la canción. Las fotos con tierra seca y cuarteada se publican ya con profusión en la prensa por todo el territorio nacional. La sequía se ha convertido en un fantasma que nos visita y asusta cíclicamente arrastrada por el calentamiento de la tierra. Y en esas estamos.