Tras las huellas del cambio climático

EFE
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Terrinches y Argamasilla de Alba albergan sendos proyectos de arqueología relacionados con la denominada 'Cultura de las Motillas'

Tras las huellas del cambio climático

Los ayuntamientos de Terrinches y de Argamasilla de Alba han puesto en marcha dos investigaciones arqueológicas para determinar el impacto que tuvo el cambio climático en esta zona prehistórica de la Mancha y cómo lo superaron sus pobladores.

Los dos proyectos de investigación, cofinanciados por el Gobierno de Castilla-La Mancha en 2019, se están desarrollando en los yacimientos arqueológicos de Castillejo del Bonete, ubicado en Terrinches, y la Motilla del Retamar, en Argamasilla de Alba, y su finalidad es intentar conocer cuál fue el impacto del periodo de sequía del que surgió la denominada ‘Cultura de las Motillas’. Para determinarlo y saber de qué forma superaron la sequía los antiguos pobladores de la zona, los ayuntamientos han puesto en marcha estos proyectos que tienen un importe de 21.000 y de 25.700 euros.

El yacimiento del Castillejo del Bonete fue un enclave sagrado de la ‘Cultura de las Motillas’ y un lugar ceremonial desde la Edad del Cobre (a mediados del III milenio) y durante 1.000 años, como refleja una cueva que fue utilizada como cámara sepulcral y sobre la que se construyeron grandes túmulos y corredores orientados a eventos astronómicos (equinoccios y solsticios). La cueva quedó sellada en la prehistoria, por lo que es una reserva arqueológica de gran interés para estudiar no solo la evolución de las costumbres funerarias, sino también los cambios ambientales.

A su vez, la Motilla de El Retamar forma parte de la red prehistórica regional de explotación sostenible del acuífero para abastecimiento humano y ganadero, fundamentalmente de ovejas. Los retos en este lugar pasan por retomar su investigación para avanzar en la interpretación de las motillas y acometer un plan de conservación que garantice su pervivencia y disfrute, ya que se encuentra a las puertas del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un lugar muy turístico y de gran valor ambiental, según el equipo científico interdisciplinar coordinado por el arqueólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y de la UNED, Luis Benítez de Lugo.

«No es posible entender los cambios sociales y el significado de los monumentos levantados durante la prehistoria en medio del cauce de un río y durante un evento climático que trajo siglos de aridez sin comprender el medio ambiente», afirmó Benítez de Lugo.  Por ello, el equipo interdisciplinar que desarrolla el estudio analizará el cambio climático y su influencia en la dinámica hidrológica al sur de la Meseta y en los cambios sociales de la prehistoria reciente, añadió.