El valor de la vocación

C. de la Cruz
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Tres estudiantes del Grado de Medicina explican su experiencia tras unirse a la batalla contra el coronavirus dentro de una labor no asistencial que se presenta fundamental para conocer el comportamiento de la pandemia en la población

Desirée Bustos y Paloma García (derecha) desarrollan su labor en la Consejería de Sanidad de Toledo. - Foto: David Pérez

Seis estudiantes del último curso del Grado de Medicina del Campus de Ciudad Real se han sumado a la lucha contra el coronavirus. Paloma García, Desirée Bustos y Pedro José Izquierdo son tres de ellos, tres alumnos que entre lo fácil y lo difícil han elegido esta última opción.

«En casa estamos todos muy a gusto, pero esta decisión se toma por compromiso y vocación», señala Paloma, que añade que «hay compañeros que estaban uno o varios cursos por encima de nosotros y ahora los ves saturados en las puertas de Urgencias. Todo lo que se pueda ayudar es poco». Por su parte, Pedro José recuerda que «es fundamental que colaboremos todos, hay que arrimar el hombro y quien no pueda también ayuda quedándose en casa».

Dado que todavía son estudiantes no pueden desempeñar labores asistenciales. Así, Paloma se ha incorporado al servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad, en Toledo, donde lleva a cabo acciones de Salud Pública con «encuestas para ver dónde hay más casos, dónde hay menos, dónde hay que poner más equipos de protección, datos de pacientes, en qué estado se encuentran… se trata de utilizar bases de datos para realizar análisis». Comparte el mismo destino que su compañera de promoción Desirée Bustos, que ante esta situación no dudaba en «sumarme y ayudar en todo lo posible, es una cuestión de responsabilidad».

El valor de la vocaciónEl valor de la vocaciónTambién en Epidemiología, aunque en el Hospital de Tomelloso, Pedro José destaca que «es fundamental recabar los datos para saber cómo se comporta el coronavirus».

Todo surgió en la propia Universidad de Castilla-La Mancha, donde circularon formularios para inscribirse como voluntarios. «Nos apuntamos para ayudar en lo que hiciera falta», pero el Servicio de Salud de Castilla-La ManchA (Sescam) les ha realizado un contrato, en un principio de un mes, pero prorrogable si fuera necesario.

El próximo mes de mayo se graduarán y fijarán su mirada en el MIR, en enero de 2021, donde elegirán su futuro. Eso sí, «aunque tengo dos o tres vías pensadas esta experiencia sí puede influir a la hora de elegir la especialidad, señala Paloma. Pedro José lo tiene más claro, ya que reconoce su pasión por la neurología.

Tres ejemplos de compromiso y vocación.