La Dulcinea: una tradición de un siglo de historia

Rafael Cantero
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En la Feria de 1924, con Francisco Herencia como alcalde y Joaquín Menchero al frente de Festejos, se introdujo como novedad el nombramiento de la Reina y sus Damas de Honor

La Dulcinea: una tradición de un siglo de historia

Durante los varios siglos de historia de la Feria de Ciudad Real, se han producido cambios de emplazamiento del recinto ferial, incorporación en la programación festiva de nuevos actos y espectáculos, desaparición de otros, refundación y adaptación de aquellos otros eventos que iban quedando obsoletos, etc. En este sentido de ir actualizando la oferta festiva con cambios e incorporaciones en el programa de festejos, la feria del año 1924 fue un hito en el devenir de la celebración de las futuras fiestas patronales en honor de la Virgen del Prado.

En 1924, ocupaba la alcaldía don Francisco Herencia Mohino, una persona muy querida en nuestra ciudad y abogado de gran prestigio, y la presidencia de la Comisión de Festejos del Ayuntamiento, la ostentaba el Concejal, don Joaquín Menchero Olarte, un acreditado industrial, conocido con el apodo de "el alfombrista", por tener un negocio de alfombras en la madrileña calle de la Carrera de San Jerónimo. Entre ambas personalidades se confeccionó un programa de festejos, atractivo, lleno de novedades que fueron del agrado del vecindario.

Al tradicional programa de actos y cultos, se le añadieron actividades como un concurso de Bandas de Música, al que acudían bandas de distintas provincias españolas, un concurso de flamenco o de cante "jondo" que era como se anunciaba. También llamó poderosamente la atención el cambio del itinerario de las procesiones de la Virgen del Prado de los días 15 y 22. Por aquel entonces, las dos procesiones, Virgen del Prado y Octava, se celebraban dentro del recinto del Prado, cuya limitada capacidad, impedía a muchos vecinos participar con velas encendidas en dichas procesiones. El nuevo itinerario venía a coincidir prácticamente con el que se mantiene en la actualidad. Este mismo año también se estrenó el himno de la Virgen del Prado, cuya autora fue Cristina de Arteaga.

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Entre estas y otras importantes novedades que se incorporaron al programa de festejos de la feria, que sin lugar a dudas contribuyeron a la renovación de los arcaicos y monótonos programas de años anteriores, destacó sobremanera el nombramiento de la Reina de la feria y sus correspondiente Damas de Honor. Se trataba de elegir a una mujer con las cualidades necesarias que representando a todas las mujeres de nuestra ciudad acompañase a las autoridades en los actos y cultos contenidos en el programa de festejos.

La primera ciudarrealeña que ostentó el título de Reina de las fiestas, fue la juvenil señorita Lucía Ruiz, siendo sus Damas de Honor, Paquita Lorca, Mercedes Guillart, Luisa Turrillo, Encarnación Espadas y Dolores González.

La elección de una reina de las fiestas para Ciudad Real fue muy celebrada por la ciudadanía. La reina y sus damas eran requeridas para cuantos actos se llevaron a cabo, e incluso se organizó en su honor, una multitudinaria fiesta de carácter benéfico en los salones de la Sociedad Obrera-Benéfica que estaban situados en la calle Jacinto.

Unos años más adelante se quiso sustituir la denominación de Reina de la Fiesta, por el nombre de la figura femenina más universal, Dulcinea. Con esta nueva denominación se quiso poner de manifiesto que el nombre de Dulcinea, además de estar estrechamente vinculado con nuestra ciudad, representaba mejor los valores y cualidades que adornan a la mujer manchega, que van más allá de la pura belleza. Se entendía que en cada mujer manchega hay una Dulcinea.

Dulcinea como es sabido por todos es un personaje ficticio de la novela, el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes. Mujer imaginaria y perfecta, inspirada en la campesina Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales. Dulcinea es la encarnación de la Belleza y la Virtud.

Con el devenir de los años, la elección de una Dulcinea para las fiestas de la ciudad se fue consolidando, llegando a ser una figura central e importante en la celebración de nuestras fiestas patronales.

En el año 2015, Ciudad Real quiso rendir un homenaje a esta figura representativa de la Feria y Fiestas de nuestra ciudad, erigiendo un monumento a las espaldas de la Casa Consistorial. El monumento, obra del escultor José Antonio López Arza, está esculpido en bronce y nos presenta a Dulcinea a tamaño natural, vestida con el traje tradicional rico o de fiesta de Ciudad Real.