El amor por la Virgen del Prado no conoce distancias

A. Criado
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Los devotos que asistieron a la misa del peregrino desde distintos puntos de la provincia recibieron una credencial similar a la del Camino de Santiago

El amor por la Virgen del Prado no conoce distancias

Es por todos conocida la devoción que los ciudadrealeños sienten por su patrona. Sin embargo, el fervor por la Virgen del Prado no conoce fronteras ni distancias, como cada año demuestran las cientos de personas que asisten a la misa del peregrino en la Catedral, a las seis de la mañana, desde distintos puntos de la provincia.

Picón, Poblete, Bolaños, Herencia, Valenzuela, Miguelturra, las pedanías de Las Casas, Valverde y La Poblachuela... Desde todos estos puntos, y alguno más, parten peregrinos en la madrugada del 15 de agosto (algunos inician su camino un día antes) para encontrarse con la Morena del Prado. La mayor comitiva se desplaza todos los años desde Porzuna, recorriendo los 31 kilómetros que separan a ambos municipios en unas cinco o seis horas. Esther Galiano, vocal de Peregrinos de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen del Prado, destaca la veneración tan especial que existe entre los porzuniegos de la patrona de la capital. Tanto es así, que la Virgen recibe muchas visitas desde esta localidad desde el mismo día que baja del camarín.

Las peregrinaciones en la madrugada del 15 de agosto a la Catedral de Ciudad Real se remontan a muchos años atrás, aunque antes se hacían más a título personal y no en grupos organizados como ahora. Manuel Sánchez reunió a alrededor de 60 personas para realizar la peregrinación desde Miguelturra en 2021. Debido a su devoción mariana, iba a emprender solo el camino, pero la Hermandad de la Virgen del Prado le pidió que le diera difusión entre sus familiares y amigos y la campaña promovida en redes sociales fue, a todas luces, un éxito. Reconoce que llegar a las puertas de la Catedral y escuchar la misa del peregrino fue «una experiencia muy gratificante y emocionante», y este año la ha vuelto a vivir acompañado de un mayor número de fieles.

El amor por la Virgen del Prado no conoce distanciasEl amor por la Virgen del Prado no conoce distancias

La comitiva churriega se concentra en la plaza de la Virgen de la Estrella y desde allí parte hacia Ciudad Real en torno a las tres y media de la madrugada, para llegar a la Catedral justo antes de que el cabildo abra sus puertas, otro de los momentos más emotivos de la jornada. Víctor Manuel es natural de Miguelturra y su devoción por la patrona de la capital la hace extensiva a la figura de la Virgen: «Siempre que he acudido a ella, en momentos muy complicados, me ha dado su protección de Madre».

Esther Galiano destaca el impulso que le dio a la peregrinación el sacerdote Ángel Puentes hace cinco o seis años, cuando involucró al grupo joven de la Hermandad. Inician el recorrido desde la cruz de los mártires que se levanta en la pedanía miguelturreña de Peralbillo. Por su parte, la Asociación de Dulcineas y Damas de Ciudad Real emprenden el camino desde el cerro de Alarcos.

Con el objetivo de dar mayor visibilidad a esta actividad religiosa, la Hermandad de la Virgen del Prado entregó el domingo una credencial a cada uno de los peregrinos que iban llegando a la Catedral, similar a la del Camino de Santiago, certificando su presencia con un sello especial que han diseñado para la ocasión en este 2022. «Es una atractivo más para  los peregrinos, ya que van a poder contabilizar las peregrinaciones que llevan, y sirve además para promocionar esta iniciativa», subraya Galiano.

El amor por la Virgen del Prado no conoce distancias
El amor por la Virgen del Prado no conoce distancias

Asimismo, este año, a petición de la Hermandad, el Cabildo accedió a abrir la Puerta del Perdón de la Catedral, desde las doce de la noche hasta las cinco y media, para que aquellos peregrinos que no pudieran quedarse a la misa de las seis de la mañana, vieran al menos a la Virgen, que durante esas horas brilló con luz propia en mitad de la oscuridad del templo.